Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Cuba, especializada en salvar vidas

Autor:

Tomás Borge

Repulsivo. Un puñado de gorilas ideológicos, encabezados por el célebre escritor Mario Vargas Llosa —experto en verdades a medias y mentiras absolutas— dicen en increíble comunicado: “Orlando Zapata Tamayo fue injustamente encarcelado y brutalmente torturado” y el Parlamento Europeo “condena enérgicamente la muerte evitable y cruel del disidente político”, que murió denunciando “la falta de derechos y democracia de su país”.

Hace poco, mientras estaba en Chile, llegaron 70 médicos cubanos a curar heridos, instalando en las zonas de desastre dos hospitales de campaña donde han atendido, hasta ahora, a miles de pacientes. Quienes berrean contra Cuba no dicen nada sobre esta generosidad extraordinaria.

Centenares de médicos cubanos prestan servicios en Haití. Miles de voluntarios de la isla caribeña recorren el mundo aliviando dolores y tristezas. Tales hazañas provienen de un país cercado por el odio y el bloqueo económico y donde, por eso mismo, no abunda la abundancia. En varios lugares de la tierra —incluyendo Nicaragua— han muerto centenares de cubanos protegiendo a hombres, mujeres y niños.

Se necesita estar envilecido para no reconocer que la Revolución Cubana y sus dirigentes se han especializado en eso, en salvar vidas. Así como los dirigentes de países como Estados Unidos, Israel, y Gran Bretaña se especializan en eliminar seres humanos, en Cuba se dedican a salvarlos, ahí la lucha por la vida es irrebatible. El Parlamento Europeo sordo de nacimiento y con avanzado mal de catarata, no ve ni oye esta verdad como vio a duras penas los crímenes en Gaza y no oye el llanto de los niños heridos por los sionistas. La mayoría de estos sabios se han zurcido la boca para no decir nada por el millón —no uno, un millón— de muertos en Iraq. El cinismo se transforma en hemorragia cuando se exige respeto —que se lo otorgó— a un delincuente, mientras se hacen los idiotas con el bloqueo contra millones de seres. Da náusea.

Fue lamentable el fallecimiento, a como lo es cualquier muerte en circunstancias similares, del reo común Orlando Zapata, convertido por la magia de la manipulación en “reo político”. No tengo ninguna duda que se hizo todo lo posible por evitar el desenlace fatal, de acuerdo con la vocación cubana. Zapata, como consecuencia de la debilidad provocada por el ayuno, sufrió una neumonía fatal.

Conozco de cerca a los dirigentes de Cuba, en especial a Fidel. He conversado con ellos largas horas en la más estrecha intimidad y he quedado persuadido de su ilimitada honradez y magnificiencia. En Cuba jamás se ha maltratado a un prisionero. Lo comprobé en numerosas visitas a ese país cuando fui Ministro del Interior, lo cual me permitía —y me permite— señalarlo como ejemplo a mis compañeros en Nicaragua.

Nunca se ha lanzado una bomba lacrimógena, no se ha disparado —como se hace en numerosos países— contra manifestantes. Jamás se ha dicho —con todo y el placer que les daría decirlo— que ha habido un solo desaparecido en esa tierra de la generosidad. No se exportan, ni se usan, instrumentos de tortura, a como lo hacen algunos países europeos —República Checa, Alemania y Hungría— y donde nueve países de ese continente, los aplican para interrogar prisioneros. Si alguien lo duda, consúltelo por Internet.

Ahora el gorilato ideológico está feliz con el desbordamiento de la morbosidad mediática. Esta campaña lastima la dignidad. Es, definitivamente, repulsiva. Por fortuna, tal como lo esperaba la decencia humana, una sustantiva cantidad de intelectuales, dirigentes políticos, gobernantes, universitarios y la gente humilde de las calles estrechas, han levantando sus puños en defensa de Cuba y de sus limpios estandartes.

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