Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Hemos crecido

Autor:

Roberto Díaz Martorell

Los que tengan algunas décadas o ya peinen canas, seguro se acuerdan de un anuncio televisivo con enfoque vocacional en el que un infante se acercaba a un agente del orden público y le decía «Policía, policía, tú eres mi amigo».

Pues hoy se acerca mucho a la realidad, y digo esto porque desde que se reportó el primer caso positivo de la COVID-19 en Cuba, el 11 de marzo de 2020, la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) desempeña un rol vital en las medidas de prevención social, y no me refiero a cuidar colas o vigilar puntos de acceso, sino a ser más ciudadanos que agentes, sin perder la perspectiva.

Ya usted los ve más risueños, a pesar del nasobuco, menos formales, más comunicativos y persuasivos hasta la máxima expresión. «Por favor, póngase correctamente la mascarilla»… «Es necesario que mantengan la distancia, es por su bien y por su salud», son frases que no se cansan de repetir.

Aun cuando les asiste el derecho a sancionar, apelan a la comprensión de las personas, a la concientización del riesgo: «Si cooperan es mejor, así ayudamos a todos. Si les ponemos multas, lo hacen, pero eso no es cooperar, todo lo hacemos por nuestra salud», escuché a uno decirles a personas agrupadas en una cola para comprar alimentos. Y comprendieron.

El escenario que genera la COVID-19 en el mundo y en Cuba es alarmante y ha provocado una transformación sustancial en el tratamiento a la salud humana, pero la conducta social, asociada a las medidas gubernamentales y policiales, también ha cambiado, por suerte y en su mayor parte para bien.

Por eso coincido con el teniente coronel Yuliexis Domínguez Laborde, jefe de la Delegación Territorial de la PNR en la Isla de la Juventud, cuando dijo que ahora, además de incrementarse  la carga laboral y la responsabilidad, también se ha renovado la imagen y el proceder del agente del orden público.

Y es real. El policía es un ente al que se mira con respeto, distancia, precaución. Todavía existen personas reacias a dialogar con él por temor a ser tildado con motes desagradables —que no vienen al caso— y hasta prefieren no tropezarse con alguno, pero estos tiempos de coronavirus han acercado y humanizado su imagen aunque puedan darse casos en sentido negativo.

Se aprecia, cuando los ves en acción, más comprensión de los problemas asociados a las necesidades de la población, mayor cautela, educación y humildad para conversar, convencer, orientar y exigir el cumplimiento de la Ley, que es, por demás, su misión.

Por eso en estos días, cuando el mayor riesgo aún está por llegar, según los expertos, mantenga buena conducta, cumpla con las medidas de protección sanitaria y de bioseguridad, quédese en casa, y si sale no desestime la proximidad de un policía que hoy, como decía el anuncio televisivo de antaño, también puede ser tu amigo.

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