Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

A la tercera, ¿va la vencida?

Autor:

Haydée León Moya

Como en la primera, la segunda, y ahora la tercera fase de la recuperación tras el enfrentamiento al coronavirus, desde Guantánamo nos preguntamos —visto el repunte de los casos, el relajamiento y la irresponsabilidad— si realmente ha calado en la gente lo conveniente que sería para todos que ese virus mortal salga, definitivamente, de nuestras vidas.

¿Será que, como en ciertas apuestas por la suerte, a la tercera pudiéramos vivir con un poco más de tranquilidad?

Ojalá que sí. Eso queremos, esperamos. El problema, porque lo hay, es que ahora mismo apreciamos, en el comportamiento de algunos y en la falta de soluciones de fondo, que no hay un aprendizaje real de las malas y amargas experiencias que todavía vivimos más allá de la capital del país.

No podemos generalizar. Al interior de las oficinas del carné de Identidad de Guantánamo se reconoce un estricto control de las medidas para evitar la aglomeración de personas: sillas suficientes para guardar distancia, exigencia por el nasobuco, agua clorada para la higienización de las manos, agilidad en el trámite, información adecuada, interés visible de los responsables porque todo fluya sin problemas, buen trato... Y es un buen ejemplo.

Lo penoso es que el mal ejemplo está justo afuera de esa entidad, «enredado» en el tumulto irresponsable y la falta de orden, de nasobucos y de prudencia de quienes esperan su turno.

Una clara muestra de medidas que no se adoptan con un enfoque integral y verdaderamente efectivo, porque, a juicio de esta reportera, bien podría controlarse de una manera más clara el acceso a la entidad, en dependencia de la cantidad de servicios posibles en un horario corrido, entre ocho de la mañana y tres de la tarde.

De nada sirve que puertas adentro de las entidades todo esté en orden si afuera se le abren brechas para dejar entrar a la pandemia, atentando contra tanto esfuerzo gubernamental para evitar que los enfermos, los confinamientos, las cuarentenas, los críticos y fallecidos sigan siendo noticia en la isla.

Porque las colas no son el problema, sino la consecuencia de procesos excesivamente burocráticos, del paso lentísimo de la informatización de trámites esenciales, y —en el caso de las más «famosas» por estos días— de la brecha tan grande que existe entre la demanda y la oferta de productos de primera necesidad, ya sean alimenticios o de aseo personal, entiéndase pollo, jabón, aceite, y detergente.

Los coleros, los revendedores, son otra faceta de esos problemas reales manifiestos en largas y agobiantes colas donde parece vivirse una realidad paralela a la actual situación epidemiológica del país y del mundo; una en la que apretujarse encima del otro, no es un peligro potencial para la salud propia y la ajena. 

Una que escucha y ve de todo en esos conglomerados, no puede evitar pensar en lo beneficioso que sería poner vergüenza por delante de necesidades para no caer en la trampa de los especuladores, de esos que están a la caza de los necesitados para ofrecerle el «favor» de un litro de aceite a cien, 125 y hasta 150 pesos; o de esos, más modernos, con sus estanterías en internet y servicio a domicilio incluido.

En una cola puedes también ser testigo del comentario sobre quienes, aun en presencia de agentes del orden, llegan y marcan para cinco o diez: una de las fórmulas para la especulación y la reventa.

Presenciamos a la gente que denuncia a viva voz ese tipo de sinvergüencería, pero no sucede nada, e incluso a quien, abundante de dinero o de premura y necesidad, va y alimenta al revendedor, una actitud egoísta, como expresara recientemente el Presidente Díaz-Canel. De ahí el plan del Gobierno, con el apoyo popular, para cortarle el paso a coleros, revendedores y acaparadores que se aprovechan de los más necesitados .

Es complejo, pero a estas alturas lo importante es asumir soluciones de fondo para que la recuperación poscoronavirus sea un paso en firme, y no una curita fácil de quitar cuando la herida no ha sanado todavía.

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