Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Vivir el verano a página abierta

Lo mismo el tradicional de papel, tomado de nuestras bibliotecas personales o prestado por alguien muy cercano, que el digital leído en el celular, la computadora o la tablet, el libro ha estado con nosotros durante este tiempo difícil

Autor:

José Luis Estrada Betancourt

En tiempos de la COVID-19, el libro siguió acompañando a los lectores cubanos. Lo mismo el tradicional de papel, tomado de nuestras bibliotecas personales o prestado por alguien muy cercano, que el digital leído en el celular, la computadora o la tablet, sacaron las más genuinas sonrisas, permitieron el juego con nuestros hijos, también preparar una extraña receta, conocer otros      mundos... En época de confinamiento y necesaria distancia, las redes sociales facilitaron el intercambio, y en ellas varios grupos sugirieron y comentaron textos, completaron nuestras bibliotecas digitales, prepararon ciclos de lectura...

Que llegara el verano y entráramos en otras fases tras casi acorralar la pandemia en toda la geografía nacional, no tiene por qué significar, sin embargo, que haya que dejar a un lado a ese amigo que siempre nos ha sido más que fiel, como tampoco olvidar de pronto esas iniciativas que se aprovecharon de internet para sugerir una lectura o invitar a descubrir a un autor valioso.

Aunque hay que cuidarse mucho, y no confiarse, podemos salir de casa y, al mismo tiempo, que continúe siendo genial, divertido, gratificante, dedicarle a la lectura por lo menos una hora al día puede; acercar esas historias fascinantes de la humanidad a nuestros hijos, ponerles en esos contactos cómplices más y más brillo a sus inteligentes ojos, fundar los cimientos sobre los cuales ellos se erigirán como poderosos lectores: hombres y mujeres creativos, imaginativos, sabios.

Lo mejor es que, además, las bibliotecas ya exponen sus fondos, las librerías venden, y los espacios literarios de los centros de promoción literaria, casas de cultura y proyectos comunitarios, recuperan, poco a poco, sus habituales encuentros, rescatan a sus públicos.

A la vez, y a pesar del contexto complejo en que vivimos, el Instituto Cubano del Libro y sus Centros Provinciales del Libro y la Literatura organizaron las ya habituales Lecturas de Verano que iniciadas el pasado 11 de julio se extenderán hasta al domingo 30 de agosto: un conjunto de actividades y acciones dirigidas fundamentalmente al trabajo con los medios de difusión masiva y a las redes sociales, así como a honrar importantes efemérides, entre las que sobresale los 20 años del Sistema de Ediciones Territoriales, idea de Fidel para impulsar las publicaciones.

Llegó el verano y el libro no cejará en su maravilloso empeño de abrirnos nuevos universos y ofrecernos conocimientos que nos permitan asumir mejor los retos que nos impone la vida misma. Si aún no lo has arrimado a tu lado, con él nunca será tarde para comenzar.

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