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La ciencia ficción toca a las puertas de la realidad

Recientes éxitos en transplantes de órganos y tejidos, y la posibilidad no lejana de un trasplante de cabeza, advierten que la Medicina se adentra en un campo sin límites

Autor:

Julio César Hernández Perera

Al célebre escritor francés Julio Verne se le adjudica la autoría de la frase: «Todo lo que una persona puede imaginar otros lo pueden hacer realidad». Esa idea se aviene a la historia de los trasplantes de órganos y tejidos, teniendo en cuenta que lo deseado e idealizado en este campo se ha hecho realidad.

Se podría tomar como punto de partida del largo camino histórico de los trasplantes El milagro de los santos Cosme y Damián. Esta sublime historia mística, que sirvió como uno de los primeros precedentes de los trasplantes, aconteció en la Basílica romana que lleva los nombres de esos santos, en honor a dos hermanos que durante el siglo IV ejercieron la Medicina sin cobrar a los enfermos.

Se cuenta que el diácono (clérigo de grado inmediatamente inferior al de sacerdote, entre los católicos) Justiniano se hallaba al borde de la muerte por una isquemia en una de sus piernas. Una noche, tras haber rezado e implorado por su ayuda, en un sueño aparecieron al lado de su cama los santos Cosme y Damián, quienes amputaron la pierna enferma y la reemplazaron por otra procedente de un moro que había muerto ese día; pegaron la nueva pierna por medio de un ungüento mágico que portaban, y cuando Justiniano despertó sintió que había recobrado fuerza y salud.

La reseña religiosa se ha hecho realidad con el tiempo. La civilización ha protagonizado impresionantes progresos en el campo de los trasplantes de órganos y tejidos, procedimiento médico-quirúrgico definido por la extracción de un tejido u órgano de un cuerpo humano para ser reimplantado en otra persona (enferma) con el propósito de que la parte injertada restablezca la función que estaba afectada.

Gestas del siglo XXI

En los inicios del siglo XXI es formidable hacer recuentos y advertir la evolución de los trasplantes. Atrás quedaron los tiempos en que los trasplantes de riñón, corazón, hígado, pulmón, intestinos, córneas y médula, entre otros, resultaron gestas científicas difíciles de imaginar.

Muchos trasplantes ya constituyen opciones terapéuticas válidas capaces de franquear situaciones que comprometen la existencia de un enfermo. La lista reciente de éxitos no es insignificante: en julio de 2015 se realizó el primer trasplante bilateral de manos y antebrazos en un niño. La audaz intervención fue realizada en el Hospital Pediátrico de Filadelfia, Estados Unidos, al pequeño Harvey Zion, de ocho años de edad, a quien se le había trasplantado previamente de riñón. Todo había comenzado por una infección grave que provocó una insuficiencia renal crónica, y por la necesidad de amputar las manos y los pies.

Para que tuviera lugar este favorable resultado fue necesario que transcurriera un tiempo colmado de conquistas científicas. En 1999 un equipo de cirujanos norteamericanos realizó el primer trasplante de mano exitoso en el mundo en un paciente de 37 años de edad, y a este logro le siguieron los dobles trasplantes de manos, consumados por vez primera en el año 2000 por cirujanos galos.

Otros de los trasplantes de tejido que han causado gran asombro han sido los de cara. Hace ya diez años otro equipo de cirujanos franceses protagonizó la realización del primer trasplante de cara en el mundo en una mujer de 38 años de edad que había sufrido el ataque de su perro.

Otros avances se siguen extendiendo en otros terrenos de la Trasplantología, como la cirugía de mínimo acceso, a la cual se le ha anexado la asistencia de robots, modalidad iniciada en Francia en 2001, específicamente en los trasplantes renales. Tales procedimientos han derivado del desarrollo sostenido —a partir de los años 90 del siglo pasado— de la nefrectomía (extracción renal desde el donante vivo) y del implante del órgano en el receptor por medio de la laparoscopía (introducción de un equipo dentro de la cavidad abdominal mediante una pequeña incisión). Estas técnicas aportaron grandes ventajas como la reducción de los períodos de recuperación de los pacientes, mínimas complicaciones y cicatrices mucho menores.

Recientemente, a principios de julio del presente año, se reportó por un equipo médico del Hospital Universitario de Toulouse, Francia, la realización —por primera vez en el mundo— de otra novedosa técnica de trasplante renal con ayuda de un robot quirúrgico. Durante la intervención practicada a una paciente de 43 años de edad, el órgano fue recubierto por un gel especial e injertado por vía vaginal: no fue necesario abrir la piel y la paciente fue dada de alta hospitalaria al cuarto día de operada.

El próximo hito

Los medios de noticias del mundo se han hecho eco de un nuevo hito que aún ha sido difícil de imaginar por muchos. Todo hace indicar que esa nueva realidad está a la vuelta de la esquina: El trasplante de cabeza.

Algunos prefieren denominarlo como trasplante del resto del cuerpo, si se tiene la perspectiva de que la parte sana es la cabeza y lo que se pretende reemplazar es lo que está por debajo de esta.

Uno de los científicos que han trabajado más en este sueño es el médico italiano Sergio Canavero, del Grupo de neuromodulación avanzada, de Turín, Italia.

Se ha desarrollado un proyecto científico conocido como Heaven-Gemini, cuyo objetivo es unir la cabeza a un cuerpo diferente del original. Según los expertos, las dificultades técnicas ya han sido superadas. Los detalles de la intervención, que próximamente se realizará en un candidato humano de nacionalidad rusa que padece de atrofia muscular espinal (enfermedad neurológica degenerativa y mortal que afecta la médula espinal), ya ha sido probada en animales de experimentación.

Algunas referencias afirman que para lograrlo se requerirá de una cuchilla ultraafilada para seccionar la médula espinal en entornos de gran hipotermia (mantener el cuerpo bajo temperaturas muy frías), y la utilización de un biomaterial especial que se encargará de fundir las incontables prolongaciones nerviosas microscópicas de la médula espinal y así lograr la reconexión neurológica de la cabeza con el resto del cuerpo.

Son propósitos que antaño eran considerados como de ciencia ficción y que a la luz de los nuevos conocimientos y sucesos dan idea de que esta ciencia se abre paso en un ámbito potencialmente ilimitado.

Algunas referencias consultadas:

Palafox D et al. El milagro de San Cosme y San Damián: El comienzo del trasplante de tejido compuesto. Cir Plast. 2011;21:111-4.

Doumerc N et al. Totally Robotic Approach with Transvaginal Insertion for Kidney Transplantation.  Eur Urol. 2015 Jul. 24. pii: S0302-2838(15)00671-5.

Canavero S. (Heaven): The head anastomosis venture Project outline for the first human head transplantation with spinal linkage (Gemini). Surg Neurol Int. 2013;4  (Suppl 1): S335-42.

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