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Testigos de «cuidado» (II y final)

En la búsqueda del placer sexual muchas veces se obvia el desempeño de los testículos, ya sea por inexperiencia, por temor a dañarlos o por viejos escrúpulos culturales

Autores:

Mileyda Menéndez Dávila
Carlos Alejandro Rodríguez

Cuando se habla de placer sexual muchas veces se obvia el desempeño de los testículos, ya sea por inexperiencia, por temor a dañarlos o por viejos escrúpulos culturales, casi siempre infundados.

Lo cierto es que el escroto, como el ano y otros puntos erógenos del cuerpo masculino, agradece mucho los mimos de la pareja, quien a su vez se beneficia al incorporarlos al ritual erótico, porque tales caricias son muy eficaces para retardar o acelerar el orgasmo, según se desee.

El sitio tuGuíaSexual.com recomienda incluir los testículos en los juegos previos al coito, y sería imperdonable no hacerlo cuando se practica sexo seguro, una variante que excluye la penetración y el intercambio de fluidos mientras privilegia otros regalos sensoriales sin límite de tiempo para la experimentación.

Imaginación y acuerdos

Como la bolsa escrotal tiene siete capas flexibles, buena irrigación sanguínea y suficientes terminaciones nerviosas, sus reacciones delatan fácilmente el ánimo del propietario: basta un roce ligero para que cambie el color, textura y tamaño aparente, lo cual encanta a las parejas y las alienta a seguir en una especie de «diálogo» tierno, que sin dudas prolonga el bienestar sexual de ambas partes.

En ese proceso los testículos son muy «cooperativos»: la pareja puede moverlos a voluntad en la bolsa, frotarlos, presionarlos o tirar suavemente de estos. Según la preferencia de cada quien, pueden estimularse ambos a la vez o cada uno por separado, empleando para ello varios dedos, toda la mano, la lengua, los labios, la cavidad bucal, guantes de distinta textura, plumas, hielo… Pero sobre todo la imaginación, ingrediente básico del erotismo humano.

Las caricias, besos y mordidas ligeras pueden aplicarse en forma continua o intermitente a lo largo del escroto o en espirales que empiecen desde la base del pene, explica la terapeuta norteamericana Lou Pager en la serie televisiva Guía sexual del siglo XXI, quien también sugiere incorporar la estimulación del perineo y alrededor del ano si así lo acuerdan previamente, independientemente de que la relación sea hetero u homosexual.

Una manera de vivificar el juego amoroso es untar aceites para masaje o lubricantes en toda la zona, y emplear miel u otras sustancias comestibles, siempre que estas no sean irritantes y se eliminen después los restos para no atraer insectos o provocar una molesta dermatitis.

Sin pasarse de la raya

Las caricias y los besos en el escroto provocan sensaciones muy agradables… pero igual de intensos son los golpes que llegan a la zona, con o sin intención, cuando se cambia de postura sin previo aviso o se inventa algo raro.

Al quedar fuera del cuerpo, los genitales masculinos se ven privados de la protección natural de músculos y huesos. Cierto que su tejido esponjoso y su movilidad les ayudan a absorber la energía del golpe sin generar daño permanente, afirma el sitio Salud Adolescente (http://teenshealth.org), pero es recomendable disminuir un rato cualquier actividad para dejarles asimilar la tensión con suavidad.

Si el dolor no se alivia al cabo de una hora; si el escroto está hinchado o con hematomas, o si hay heridas en la bolsa o en algún testículo, se debe buscar ayuda médica lo antes posible, porque puede tratarse de una lesión grave, como una torsión o una ruptura testicular.

Cuando el testículo se tuerce impide el suministro de sangre y es preciso retornarlo a su lugar antes de las seis horas, para no perderlo o perjudicar a largo plazo la producción de esperma. Esta lesión es más frecuente en la adolescencia, durante la práctica de deportes. En el caso de la ruptura se origina a raíz de un golpe directo a la glándula con un objeto sólido, incluso con los huesos de la pelvis. Es rara, pero peligrosa y exige tratamiento quirúrgico.

Un «accidente» más común, pero igual de serio, puede ocurrir cuando las parejas se entregan a la penetración vaginal u anal en un medio acuoso, dejando a los testículos a merced de los habitantes del ecosistema. Tales casos se dan en las ciénagas, ríos y costas de nuestro país donde abundan los cangrejos, las clarias y otros animalejos curiosos, muy capaces de dar un susto a cualquiera.

Por eso, tan importante como descubrir el placer que nace de los testículos es aprender a cuidarlos a cualquier edad. Claro que sin estos la vida del hombre no peligra, pero con ellos ¡puede ser tan provechosa y divertida!

Encuentros

La semana que viene daremos los resultados del concurso de cartas de amor y publicaremos las ganadoras. ¡Ojalá pudieran publicarse todas! Si sus autores dan permiso, las colocaremos en el sitio de Sexo Sentido en el JR digital.

Onay (centrovapor@enet.cu) y otros lectores han pedido la lista de correos publicados en Encuentros en los primeros 18 meses de vida de la sección. Publicarla de nuevo es imposible, pero estará disponible en octubre para enviarla por correo electrónico a quienes la soliciten. Damos tiempo por si sus integrantes quieren enviar otros datos como la edad, provincia, preferencias u ocupación. ¡Sería magnífico!

Allí estarán también Yulien, direnergia@gea.gr.minaz.cu; Osmel, oosorio@ecg.moa.minbas.cu; aliesky@eimacf.cu; Kare, taller112@thaba.lastunas.cu y yamilka@elecgrm.une.cu.

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