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Estrés y sexualidad

Mantenerse activo entre las sábanas aporta un rápido y placentero empuje de energía, por lo que es una valiosa ayuda natural para manejar y aliviar el estrés, afirman especialistas

Autor:

Katerina González González

Existen dos cosas importantes en el mundo: una es el sexo y la otra… no me acuerdo.  Woody Allen (Director, actor y guionista cinematográfico estadounidense)

La sociedad moderna vive a un ritmo muy acelerado, readaptándose constantemente a exigencias socioambientales, y por eso el estrés suele afectar a millones de personas.

Cuando hablamos de estrés nos referimos al concepto aportado por Zaldívar, Guevara y Roca en 1996, según el cual se da este nombre a «un estado vivencial displacentero sostenido en el tiempo, acompañado en mayor o menor medida por trastornos psicofisiológicos que surgen en el individuo como consecuencia de la alteración de sus relaciones con el medio ambiente, lo cual impone al sujeto demandas o exigencias que objetiva o subjetivamente resultan amenazantes para él y sobre las cuales tiene o cree tener poco o ningún control».

Si bien muchas veces se ha analizado el impacto del estrés en el rendimiento laboral y hasta en el entorno familiar y sexual del afectado, se hace necesario hablar de cómo una relación erótica placentera ayuda a afrontar las situaciones que provocan dicha tensión nerviosa y propicia que el organismo segregue hormonas relajantes y revitalizadoras.

El médico naturista madrileño Santiago de la Rosa señala que mantenerse activo entre las sábanas aporta un rápido y placentero empuje de energía, por lo que es una valiosa ayuda natural para manejar y aliviar el estrés.

El orgasmo aumenta los niveles de la hormona oxitocina, que revitaliza a la persona temporalmente, y el acto sexual en general eleva el riego sanguíneo y la oxigenación pulmonar, así como la producción de endorfinas que mejoran el estado de ánimo. Hacer el amor es, por tanto, un buen relajante e inductor del sueño reparador.

Un reciente estudio llevado a cabo por Benedetta Leuner y sus colegas del Instituto de Neurociencia de la Universidad estadounidense de Princeton demostró en roedores que una experiencia sexual aislada causa a corto plazo un aumento en el nivel de cortisol (la hormona del estrés), como cualquier otro ejercicio físico, pero múltiples experiencias sexuales a diario durante un período de dos semanas consiguen reducir drásticamente la liberación de esta hormona en el organismo.

A ese efecto antiestrés se suma el hecho de que practicar sexo asiduamente aumenta la neurogénesis (formación de nuevas neuronas) y el número de conexiones entre células nerviosas, además de reducir de modo significativo los niveles de ansiedad. Por eso la práctica sexual asegura el estado de eutrés o estrés positivo: el cuerpo se siente relajado y se vivencia un bienestar físico y psicológico completo.

El experto Santiago de la Rosa aconseja: Si no se está de ánimo para la cama se debe probar al menos con un abrazo, pues los niveles de oxitocina se elevan incluso con las caricias, pero «si no se siente deseo, es mejor dejarlo para otro día, para que la sexualidad no se convierta en una exigencia más o un hacer mecánico».

Noventa por diez

Para cuidar nuestra vida sexual es importante eliminar el estrés cotidiano. Podemos realizar actividades físicas frecuentes, que incrementan la adrenalina, y tomar diez minutos de descanso por cada 90 minutos de trabajo, tiempo adecuado para respirar, escuchar música o caminar. Eso relajará tu mente y tu cuerpo de modo conveniente.

Debemos además evitar los pensamientos negativos y buscar el lado bueno de las cosas. Cuando lo hagas notarás que se reducen las peleas con tu pareja. Para que todo esté bien evita el alcohol y las drogas: un estudio de la Universidad de Granada detalla que la ingesta de este tipo de productos reduce la libido o deseo sexual y puede generar disfunciones sexuales a largo plazo, lo cual genera más estrés.

Para estar en forma es importante que aceptes tu cuerpo, pues cuando las personas no se aceptan pueden registrar altos niveles de estrés y baja autoestima. Para mimarte, se recomienda la masturbación de vez en cuando y besar mucho a tu pareja, pues los besos combaten el dolor y ambas prácticas aumentan la liberación de endorfinas que relajan el cuerpo y la mente con facilidad.

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