L. U.: Mi novia y yo estamos juntos hace 22 meses. Hemos caído en la monotonía. Yo no tanto, pero ella dice sentirse aburrida y agobiada. Ninguno de nosotros tiene un cuarto donde pueda estar a solas con su pareja. Estoy trabajando duro para construir el mío y en eso se me va el dinero que cobro. Estoy haciendo todo lo posible por terminar pronto a ver si cambia la cosa, pero ella se siente ahogada y en este momento duda de lo que siente por mí. Me ha pedido un tiempo para pensar respecto a la relación, pero yo me niego. ¿Debería dárselo para que se decida? ¿Es una pérdida de tiempo darle un tiempo? ¿Mejor sería terminar definitivamente?
Ella se queja pero no se separa, lo cual podría interpretarse como un reclamo en espera de ser escuchado. Podrían crear otras alternativas entre continuar como están o diluir el vínculo. Sería interesante pensar qué otras raíces podría tener esta monotonía diferentes a la construcción en sí misma; qué introducir más allá de sacrificio y ahogo; cómo dejarse orientar por sus fantasías de pareja.
El aburrimiento remite al deseo de alguna otra cosa. El sacrificio que haces para tener un espacio de disfrute común, como prueba y demanda de amor, no está funcionando del todo. Se han perdido encuentros de placer que seguramente tuvieron antes, a pesar de las limitaciones de espacio.
El deseo es caprichoso y escurridizo. Lo que pudo satisfacer en un momento resulta insuficiente luego. ¿Acaso tú también no te sientes caído en la monotonía? ¿No quisieras introducir pequeños cambios mientras terminas de construir? ¿Tendrías alguna razón para dejarla a ella ahogada en el aburrimiento? Hay asuntos por atender antes de separarse; no obstante, ella también tendría que disponerse al encuentro de algo nuevo contigo. La decisión no es solo tuya.
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