A. B.: Tengo cuatro amigos con los que siempre ando. Soy la única mujer del grupo y me siento muy a gusto. Tenemos muchísima confianza. Ya tuve una relación con uno de ellos, a quien continúo queriendo, pero nos tuvimos que separar por cosas de la vida. El problema es que ahora otro dice que está interesado en mí. Aunque dejé claro que solo hay amistad, creo que algo cambió en nuestra relación y yo no sé si continuar como su amiga o irme separando.
Ya no puedes ignorar el hecho de que en esa amistad idealizada puedes provocar el deseo de un amigo, tanto como involucrarte con otro. Una vez que adviertes que tus actos tienen efectos en el lazo establecido con los otros, puedes elegir hacerte cargo de los encuentros y desencuentros implícitos en cualquier relación humana.
Ya has podido experimentar ese velo delicado entre la amistad y el amor, cuya fundamental diferencia es la atracción erótica. Ambas modalidades de relación comparten identificaciones, ideales, compromisos, valores e incluso gustos y preferencias. Si a todo ello se agrega la atracción y disfrute erótico, crece el amor.
Comenzó a tambalearse tu fantasía de completa intimidad y pertenencia a un club de hombres, como si fueras uno más. Emerge el hecho de que hay diferencias y ello tiene efectos en el modo de relacionarse hombres y mujeres. Tú te enamoras de uno, otro se interesa en ti… Por los efectos actuales, pareciera existir cierto juego de seducción en el cual participan, aunque sin saber bien cómo.
Será difícil continuar con el proyecto de ser «amigos» si finalmente él prefiere la pareja que podrían llegar a ser, con la cual ya fantasea un vínculo erótico al que tú no consientes. El curso futuro de ese lazo dependerá de la posición que quieran y puedan asumir ante esa nueva realidad.
Mariela Rodríguez Méndez, máster en Psicología Clínica.
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