M.I.: Tengo un novio hace más de un año, pero en varias ocasiones nos hemos peleado por celos de ambas partes. Para mí es difícil olvidarlo, porque es mi primer amor y he vivido cosas extraordinarias con él. Por eso siempre vuelvo y renuncio a todo lo demás. La última vez él quiso experimentar algo nuevo, sin eyacular. Me preocupó y creo que puede ser culpa del estrés o porque somos adolescentes. Me sentí inservible y él quedó apenado. ¿Qué puedo hacer? Tengo 16 años y él 18.
En ocasiones, los celos constituyen un modo soportable de afrontar sentimientos aún más difíciles de ver, comprender y comunicar porque nos apenan o vulneran. No en balde muchos sienten que la relación florece luego de las escenas y debates por celos, cuando se logra exaltar al ser amado y velar todas las fallas. Habría que valorar si es la mejor manera para cada quien o si precisan otros mecanismos.
¿Acaso estos sentimientos frustrantes son nuevos o guardan alguna relación con esos celos que los llevan a separarse? Las experiencias extraordinarias no impiden que, en ocasiones, algo falle en cualquier relación y luego se crea que otra persona pueda despertar más y mejor el deseo de la pareja.
Con frecuencia los celos enmascaran problemáticas que se expresan en la pareja, cuya fuerza pasional no se fundamenta tanto en actos infieles. A veces es cierto que la pareja ama a alguien más, o simplemente no cumple con los compromisos acordados.
En tales casos se puede aceptar el hecho y redefinir acuerdos o terminar y valorar la elección de otro amor. No hay una fórmula funcional para todos. Cada uno puede encontrar su mejor manera de abordar los dolores de la vida y el amor, sin importar la edad.
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