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Arquitectura sostenible podría imitar red vascular de las orejas de elefantes

El concepto es simple y poderoso: utilizar principios de la biología para mejorar la eficiencia energética de las construcciones

Autor:

Juventud Rebelde

Un equipo de investigadores de la Universidad de Drexel ha desarrollado un nuevo tipo de material de construcción que imita la red vascular de las orejas de elefantes y liebres del desierto, según informó el sitio web Muyinteresante.com

El estudio, publicado en el Journal of Building Engineering, propone incorporar canales dentro del hormigón rellenos de materiales que cambian de fase, permitiendo que las superficies de los edificios regulen su temperatura de manera autónoma y pasiva. El concepto es simple y poderoso: utilizar principios de la biología para mejorar la eficiencia energética de las construcciones.

La arquitectura actual enfrenta un desafío mayúsculo: más del 60 % de las pérdidas de energía térmica en edificios se produce a través de sus superficies estructurales. Aunque los avances en aislamiento han sido significativos, muros, techos y ventanas siguen siendo puntos débiles cuando se trata de mantener una temperatura interior confortable. Frente a este problema, el equipo de Drexel decidió mirar hacia la naturaleza.

El proyecto tomó como modelo la vasculatura de ciertas especies animales, como los elefantes o los jackrabbits, que regulan su temperatura corporal mediante mecanismos de vasodilatación y vasoconstricción. En particular, los investigadores se centraron en cómo ciertas estructuras anatómicas aumentan la superficie de intercambio térmico para enfriar el cuerpo de manera eficiente. Este principio ha sido adaptado a una escala arquitectónica mediante la inserción de canales internos en materiales cementicios.

Aunque este trabajo tiene aún un carácter exploratorio, el sistema ya muestra claras ventajas en términos de sostenibilidad. No requiere energía externa, es escalable y adaptable a distintos climas. Tal como señalan los autores del estudio: «la red de canales permite el intercambio del PCM en función de las necesidades ambientales».

Entre las futuras líneas de investigación se incluyen el uso de otros materiales de cambio de fase, pruebas en entornos reales, y la implementación de técnicas de impresión 3D para construir canales más complejos y eficientes. También se evaluará la durabilidad a largo plazo del sistema, así como su viabilidad económica en proyectos de edificación a gran escala.

Este proyecto es más que una mejora incremental. Representa una nueva forma de entender los materiales de construcción, no solo como elementos pasivos que aíslan, sino como componentes activos que interactúan con su entorno. Imitar la inteligencia térmica de los seres vivos en materiales inertes puede parecer ciencia ficción, pero este estudio demuestra que es perfectamente realizable con tecnologías actuales.

La apuesta por materiales autorregulados no es solo un avance técnico. Es una forma de repensar nuestra relación con el entorno construido, apostando por soluciones que no exijan más energía, sino que trabajen con ella. Así como los elefantes han perfeccionado sus orejas para sobrevivir al calor africano, la arquitectura del futuro podría aprender de la biología para construir espacios más eficientes, confortables y sostenibles.

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