Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Tratos, dudas, desbarajuste…

Maltrato en divisas: El pasado 3 de enero, José E. Martínez salió de su casa en Pasaje 3, Edificio 20, apartamento 2, entre B y C, reparto Las Caobas de Bayamo. A las 11:05 a.m. abordó en esa ciudad, por asuntos de trabajo, el ómnibus de Víazul (en CUC) que había salido de Santiago de Cuba, a las 9 a.m., con destino a La Habana. El destino de Martínez, y de otros colegas que se incorporaban en el trayecto, era Sancti Spíritus. En Ciego de Ávila se incorporó su compañero de esa provincia, pero encontró que, aun con pasaje reservado desde la casa matriz de la agencia en la capital, el ómnibus no contaba con asientos disponibles. Como el avileño es limitado físico, Martínez le cedió su asiento. La guagua continuó viaje y en igual situación iban uno de los choferes y otra persona, sentados en los escalones; y una señora en un asiento destinado a choferes. Martínez fue de pie desde Ciego de Ávila hasta Sancti Spíritus. Retornó en Víazul (Trinidad-Santiago de Cuba): trato amable y respetuoso de los choferes, pero un insoportable mal olor procedente del baño. «No sé si los culpables de la sobreventa de pasajes son los choferes o los funcionarios en las terminales, o si la limpieza de los baños es responsabilidad de los choferes o de alguien más; pero estas situaciones son inadmisibles en nuestro sistema de transporte, tanto más en un servicio que cobra tan caro y en moneda convertible sus servicios, y que de alguna manera contribuye también a la imagen de nuestro país ante el mundo», concluye Martínez.

Buen trato en divisas: El 7 de noviembre de 2007, Enrique López adquirió en la tienda de la agencia FIAT, frente al Malecón capitalino, un neumático de automóvil marca Hankok. A los 20 días, descubrió que la goma era la causante de que el carro «tirara» hacia la derecha. Entonces, fue a la tienda para cambiar el neumático. Allí le atendieron el gerente y los especialistas en protección al consumidor, quienes, después del examen de la goma defectuosa, y de revisar la garantía, le devolvieron el importe, por no tener el artículo en ese momento. Asegura Enrique que no es un caso aislado en esa tienda, pues «los dependientes de la misma, Agustín, Raciel y las muchachitas, más que vendernos un producto, lo que hacen es asesorarnos en la compra, ayudarnos, explicarnos, incluso proponiendo en ocasiones, alternativas cuando no hay el accesorio indicado. Es cierto que el equipo de Protección al Consumidor allí no ha hecho otra cosa que cumplir con su deber, pero no lo es menos que la profesionalidad y amabilidad de esos compañeros, lamentablemente es poco común en los servicios en moneda libremente convertible, para no hablar de los de moneda nacional. Considero de elemental justicia hacer este reconocimiento», expresa Enrique desde Facciolo 165, entre Martí y Maceo, municipio capitalino de Regla.

¿Solo para la capital?: Sarah Rivero aborda un tema delicado, pero urgido de esclarecimiento. Desde calle Mañana 13916, entre Calzada Vieja de Guanabacoa y calle A, reparto Mañana, en el municipio capitalino de Guanabacoa, la lectora cuestiona que el nuevo servicio necrológico de incineración de cadáveres se ofrezca solo a la capital, pues, aun si los familiares del occiso asumen el traslado del cadáver desde otra provincia, no se permite. «Todos conocemos, subraya, que es de extrema sensibilidad cumplir con la última voluntad de un ser querido». Ella solicita explicaciones sobre esa negativa.

Retrato del desorden: Sergio Cristiá, de Soledad 395, en El Roble, Guanabacoa, describe con cruda expresividad una escena vivida por él, pero que puede repetirse ahora mismo: «Quince de enero, 8 y 30 a.m.: Después de dos horas de espera en la parada del A-3, en la Virgen del Camino, se ve a lo lejos venir una gigante atrocidad, polvorienta, que se detiene bien lejos de la parada oficial. Misteriosamente se montan varias decenas de “inspectores”. La cola queda de pronto hecha añicos. Una manada, aplastándolo todo, se apresura para seguir llenando aquel ómnibus, al que no le cabe una aguja. Yo era uno de los primeros y quedo entre los últimos. Gentes colgadas por todas partes. Me bajo. El chofer arranca con un montón de personas adheridas como sanguijuelas, exponiendo sus vidas. ¿Qué ha sido de la educación y el orden? ¿Para qué se hace la cola, si es un simple adorno? ¿Quién responde por semejante desorden? ¿Adónde va a parar el dinero de los transportados?»

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.