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Erradicada la «lluvia negra»

EL 10 de noviembre de 2007 apareció aquí la contundente denuncia de los trabajadores del Laboratorio Farmacéutico Mario Muñoz, de Hacendado 1, en La Habana Vieja, contra la vecina planta de gas manufacturado Evelio Rodríguez Curbelo, más conocida por Melones o del Paso Superior.

La misiva la firmaban tres personas claves en el Laboratorio: Guillermo Rodríguez, secretario general del Sindicato; Luis Rosabal, secretario del núcleo del Partido; y Víctor Barreto, administrador.

En síntesis, revelaba los frecuentes derrames de combustible o «lluvias negras» de la planta de gas sobre el vecino laboratorio, que se encontraba en proceso de reparación e inversión. La «lluvia negra» había manchado paredes, ventanales, equipos y hasta la ropa del personal que labora en el Mario Muñoz.

Casualmente, la sección Tribuna del Lector, del periódico Tribuna de La Habana, se hizo eco también de tal problema por aquellos días.

Al respecto, informa ahora la ingeniera Ernestina Arrechea, directora general de la Empresa de Gas Manufacturado, que el 21 de noviembre se envió la respuesta correspondiente a numerosas entidades, grupos y departamentos, al Consejo de la Administración Provincial, a CUPET y al Ministerio de la Industria Básica como órganos superiores. También la recibió Tribuna de La Habana. Pero, evidentemente, a JR no se le consideró entonces en la lista de los destinatarios, por lo cual hasta ahora ese era un incumplimiento de Gas Manufacturado con nuestro diario y sus lectores.

La respuesta de noviembre de 2007, resultado de un encuentro con el Consejo de Dirección del Laboratorio Farmacéutico, explicaba que el equipo causante era el gasómetro, que permite suplir los «picos» de alta demanda en ese combustible doméstico más conocido por «de la calle». El líquido que se derramaba era petróleo Sello, el cual permite que el gas almacenado no escape a la atmósfera.

También aclaraban que «dicho combustible no se bota por descuido o por mala operación, sino por salideros presentes en las columnas de esa estructura, y que, favorecido por la intensidad y dirección adecuada del viento, hace llegar partículas de este líquido viscoso (lluvias negras) a la instalación vecina».

En otras ocasiones, Gas Manufacturado y la dirección de la planta del Paso Superior habían tenido contactos con el Laboratorio, en los cuales «se enunciaba la imposibilidad de sacar de servicio ese vital equipo para repararlo, por las inminentes afectaciones que, entre las 5 p.m. y las 9 p.m. diariamente, se iban a imponer, con falta de servicio a los municipios que cuentan con gas manufacturado: Centro Habana, La Habana Vieja, Cerro, gran parte de Plaza de la Revolución y Diez de Octubre. Y dicha crítica situación era de conocimiento del Consejo de la Administración Provincial, el Partido provincial, CUPET y el MINBAS».

En aquella respuesta de noviembre que no enviaron a JR, aseguraban: «existe una propuesta de salida de servicio de ese gasómetro para repararlo, cuando concluya una inversión que se encuentra en fase de montaje en dicho establecimiento, prevista a concluirse en el primer semestre de 2008».

Y ahora en su carta, la directora general de la Empresa de Gas Manufacturado confirma que ya se concluyó esa inversión, por lo cual se presta el servicio de gas a la población prescindiendo del gasómetro culpable. Ya en esa instalación fueron eliminadas, desde enero de 2008, «los desagradables impactos de la lluvia negra».

Agradezco la respuesta, y sobre todo la noticia de que se erradicó la «lluvia negra». Si nuestros lectores no pudieron darle seguimiento a un asunto medioambiental tan importante, ni supieron que la erradicación de ese foco contaminante dependía de una inversión, fue porque la entidad no lo comunicó desde entonces.

Usted puede hacer y actuar, pero si no lo revela en la misma palestra pública donde fue emplazado, muchos pueden creer que no ha reaccionado ante la crítica. Esa es una regla elemental de la comunicación empresarial.

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