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El fondo de la contrariedad

El pasado 7 de febrero, desde Levisa, municipio holguinero de Mayarí, Caridad Esther Santos contaba que, luego de cerrar una cuenta de formación de fondos en el Banco Popular de Ahorro en noviembre de 2011, al mes siguiente le seguían descontando la cuantía fija de la misma en su centro de trabajo, el policlínico de la localidad.

Aun cuando al clausurar la cuenta en el BPA le explicaron que notificarían el cese al policlínico, la Económica de este le asegura que no le han comunicado nada. Y le orienta ir al Banco a cobrar el dinero descontado.

En el Banco le dicen que el dinero fue devuelto a la unidad. Y la Económica del policlínico le insiste en que no le han devuelto nada, al tiempo que le orienta llamar al BPA en la cabecera municipal, donde está la cuenta de Salud Pública.

En el Banco de Mayarí, Caridad Esther conoce que el dinero fue devuelto a la cuenta única de Salud Pública. La afectada va al sectorial municipal de Salud, al área de Economía. Y allí la primera respuesta es que no saben nada. Caridad insiste, y buscan en los informes: en la cuenta única está incluido el dinero a su nombre, ya devuelto. Le dicen que vaya a recogerlo dentro de dos o tres días.

Cuando la mujer vuelve, aducen que el presupuesto de 2012 no ha llegado y no le pueden pagar. Caridad se resiste a aceptar tanta dilación. Y entonces le comunican a la Económica del policlínico de Levisa que haga una nómina con los datos de Caridad, la cual debe firmar la dirección del mismo.

Vuelve Caridad a Salud municipal, y le informan que no le pueden pagar, porque falta la firma de la Directora, quien no está en ese momento. Le sugieren que vaya al otro día. Ella explica que viene de Levisa y no puede ausentarse más del trabajo. Entonces le prometen que al siguiente día le envían el dinero. Al otro día, nada.

El sábado Caridad llama al sectorial y le dicen que vaya el lunes a cobrar el dinero. Está allí el lunes a las 10:00 a.m.: todavía no han ido al Banco a buscar el dinero, porque la firma autorizada tiene problemas. Hay que emitir un nuevo cheque, pero las personas con firma autorizada están en el Consejo de Dirección. Y el Banco, ese lunes por la tarde, no realiza operaciones.

«¿Dónde están la sensibilidad, la ética y la profesionalidad?», preguntaba Caridad, con toda razón.

Al respecto, responde el doctor Fernando González, director de Salud en la provincia de Holguín, que «no se le esclareció oportunamente a la trabajadora el mecanismo para recuperar su dinero. La institución donde labora es la responsable de agilizar los trámites, y existieron falta de comunicación e insuficiencias por parte de los funcionarios del Departamento de Contabilidad del policlínico de Levisa y la Dirección Municipal de Salud, en lo relacionado con la cuenta de formación de fondos en el Banco».

Precisa también que «el Banco Popular de Ahorro de Levisa no comunicó a tiempo y en forma el cierre de la formación de fondos, y envió ese dinero a la cuenta única de Salud Pública. Ello hizo más complejo el mecanismo de devolución de dinero a la misma, al no utilizar la cuenta de partidas pendientes, mediante la cual se le hubiese podido pagar la formación de fondos por la caja del Banco, asunto que se evaluó con esos compañeros».

Añade que se adoptaron las medidas disciplinarias pertinentes, que consisten en la democión definitiva a un cargo de inferior categoría y condiciones laborales distintas, a la especialista principal en Gestión Económica del policlínico de Levisa; así como un señalamiento crítico ante el Consejo de Dirección, a la especialista de Contabilidad de la Dirección Municipal de Salud de Mayarí.

Y concluye informando que Caridad Esther cobró su dinero el 2 de febrero de 2012.

Agradezco la respuesta. A pesar de que se aplicaron una democión y un señalamiento crítico, queda el amargo sabor de los maltratos a una trabajadora —esos nunca se desagravian—, por responsabilidad de tantas personas en una urdimbre de ineficiencia. Y el Banco Popular de Ahorro, responsable también, no ha dicho ni esta falta es mía…

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