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Consejos para tarjetas magnéticas

Manuel A. Vale Marrero, presidente del Banco Metropolitano (BM), responde a la queja de Maritza Cervantes, residente en el Vedado, La Habana, reseñada el 19 de abril pasado.

Entonces Maritza contaba que, como auxiliar de cocina-comedor de una escuela primaria, cobra su salario mediante tarjeta magnética. El pasado 11 de marzo insertó la misma en un cajero automático de la sucursal del BM de 23 y 8, Vedado. Y se la devolvió, denegándole su salario.

Al otro día fue a la sucursal 247 del BM, en 23 y Montero Sánchez: le dijeron que las redes se habían disparado, pero que ella no perdía su dinero. La remitieron a la sucursal del BM en Línea y Paseo, donde le informaron que habían detectado una extracción de 600 pesos en su tarjeta, en una sucursal de Alamar.

Maritza no entendía, pues ella cobra mensualmente y nunca ha reunido tanto dinero. En Línea y Paseo le orientaron volver, pues debían comunicarse con el Banco de Alamar. Ella retornó el 29 de marzo, le entregaron la nueva tarjeta y le explicaron que la anterior estaba desmagnetizada, al tiempo que le orientaron llamar a Atención a la Población del BM. Maritza llamó y le indicaron introducir su nueva tarjeta en un cajero. Fue al de 23 y 8, y este le denegó la tarjeta. En el de la sucursal de 23 y Montero Sánchez, lo mismo…

Entró a la sucursal y allí le confirmaron que se había extraído de la tarjeta tal cantidad. Maritza estaba muy confundida, pues no podía cobrar hasta mayo. «¿Cómo van a decirme que no voy a perder mi salario, si ahora resulta que hasta tengo que pagar un dinero que sabrá Dios quién lo habrá extraído?», concluía.

Al respecto, responde Vale Marrero que el origen del problema fue un error en el sistema informático, ocurrido el 29 de febrero pasado, asociado a una situación excepcional, por la salida del servicio de la sucursal electrónica del BM.

Precisa que la sucursal 247 (23 y Montero Sánchez), adonde fue Maritza, debió solicitar por sí misma la nueva tarjeta a consecuencia de la desmagnetización, y no orientarle que lo hiciera en la sucursal 250 de Línea y Paseo.

Añade que «como resultado de las acciones coordinadas entre las direcciones del Banco implicadas, se realizó el ajuste correspondiente en la cuenta asociada a la tarjeta de Maritza Cervantes Peláez en fecha anterior a la publicación de la queja, quedándole disponibles los salarios de los meses de marzo y abril, para un total de 504 pesos y 25 centavos, a partir de lo cual quedaron eliminadas las causas que lo provocaron».

Maritza fue visitada por funcionarios de Atención a la Población y se le dio una amplia explicación, al tiempo que se comprobó que, de nuevo, la tarjeta estaba desmagnetizada. Se le orientó efectuar sus operaciones por un cajero de línea (humano), y posteriormente se le entregó una nueva tarjeta, cuyo estado se verificó. Le ofrecieron excusas.

Recuerda Vale Marrero a quienes operan con tarjetas magnéticas, que estas no pueden colocarse cerca de imanes o equipos eléctricos que generen un campo magnético. Y de extraviarse o desmagnetizarse la misma, se deben dirigir a cualquier sucursal del BM; para posteriormente recoger la correspondiente en la sucursal de apertura de la cuenta.

Cardiogratitud

Un gran corazón siempre salva corazones dañados.

Alexis René Tabares (Los Cocos interior 164-F, Caimanera, Guantánamo) cuenta que el 20 de mayo un agudo dolor taladró su pecho. Su esposa solicitó una ambulancia al policlínico Asdrúbal López, de ese municipio, y esta llegó ágilmente.

Ya en el policlínico, la doctora Geise Barcas activó la sala de terapia y lo atendió «con un alto valor profesional y mucha entrega». Le quitó el dolor que acababa con su vida, y después de realizarle un electro, lo envió al Hospital Provincial Agostinho Neto, de la ciudad de Guantánamo.

La ambulancia no se hizo esperar: un chofer y dos compañeras muy capaces lo atendían en el trayecto con todos los requerimientos. En el hospital provincial, un médico de Tanzania, Gilfre Mojane, «muy competente y de gran corazón», lo ingresó en terapia intensiva de Cardiología.

«No pasó de ser una terrible pesadilla —señala—. Se me atendió de todo corazón. Mi más sincera gratitud a todos, por la dedicación y entrega sin límites», concluye Alexis.

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