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El nuestro ¿de cada día?

Ya no se puede contar con él, dice afligido Eric Rivera Céspedes, como si estuviera hablando de un compañero cercano o un familiar en estado grave. Pero no se refiere a persona alguna, sino a un alimento que hemos personificado y unido a la familia desde la ira hasta la carcajada: el pan de la libreta.

De acuerdo con lo establecido en el país, este producto «deben llevarlo todos los días a las bodegas, en caso de los clientes no estar vinculados a alguna panadería —reflexiona Eric—, sin embargo, en la unidad 3336, El Crucero, de Vuelta Larga, Felton, Mayarí, Holguín, no ocurre así. Ese alimento lo recibimos cada dos o tres días. Por ejemplo: el sábado 4 de marzo nos vendieron la cuota del jueves 2, el viernes 3, más la del mismo sábado. El domingo 5, los trabajadores de la panadería de Felton no trabajaron. Ese día, los niños no comieron pan. El pan del domingo se nos vendió junto con la cuota del lunes 6 de marzo, por la tarde».

¿Qué justificación alegan los responsables? «Un argumento muy sencillo —continúa el remitente—: que la harina la traen de otra provincia. El día 14 de marzo el pan, a las 2:00 p.m., ya estaba elaborado en la panadería de Felton. El pueblo estaba en la bodega, esperando que lo trajeran; pero a las 5:00 p.m. el administrador nos informó a los allí presentes que nos podíamos retirar, porque había recibido la información de que no había transporte… ¿Y saben cuándo apareció el transporte? El día 15, a las 2:00 p.m. Ya ese pan tenía más de 24 horas de su elaboración y así mismo se le vendió a la población. Este fenómeno sucede periódicamente».

El lector tampoco comprende por qué si lo lógico sería que el alimento arribara en las mañanas, con la aurora, en su barrio llega, casi siempre, al morir el día; ni que el sábado, habitualmente, tengan que recibir una cuota doble, porque los que lo elaboran no trabajan los domingos. ¿Acaso no se pueden implementar turnos de trabajo, de tal forma que este día de la semana no quede sin cubrir?

Y no quiere terminar su misiva el lugareño sin antes preguntar por qué la Unidad 3336 El Crucero no se halla entre las que venden huevos liberados. «Esta bodega tiene unos 1 500 consumidores, a los cuales se les hace muy difícil trasladarse hasta Felton a comprar ese necesario alimento. Si hace unos meses Comercio tenía una asignación de tan preciado producto (…) para esta bodega, ¿por qué ahora no puede…? ¿Por qué si el transporte que lleva los huevos liberados hacia Felton pasa por Vuelta Larga no le deja a su bodega una cuota también?», cuestiona el lector.

Si no fuera porque Pánfilo, el popular amigo de Vivir del cuento, ya ha sufrido varios infartos a causa de este asunto del nuestro de cada día, sería bueno remitirle estas angustias del tenaz holguinero Eric Rivera Céspedes (Vuelta Larga, s/n, Felton, Mayarí). Pero temo que ni el doctor Paneque —aunque tenga huevos liberados— podrá salvarlo de un nuevo ataque.

La operación de manuel

Desde el 9 de febrero último, el veterano Manuel González Ansoar (Domínguez No. 235, entre Santa Catalina y Calzada del Cerro, Cerro) comenzó a realizarse análisis y otros estudios en el Centro Nacional de Cirugía de Mínimo Acceso (CNCMA), con una especialista en Urología. «Dentro de los estudios que me realizaron hay hasta una Tomografía Axial Computarizada, Ultrasonidos, placas de RX, con preparación, así como un electrocardiograma, lo cual me dio apto para someterme a la operación de extraerme unas piedras que están alojadas en la vejiga. Solamente me faltaba la consulta de anestesia e indicarme el día de la intervención quirúrgica», evoca el habanero.

«Pero al ir a la consulta el día 6 del corriente, la citada doctora me entrega un documento que dice textualmente…: “Paciente que fue evaluado en el CNCMA por HPB (Hiperplasia prostática benigna) más Litiasis vesical. En el CNCMA, por orden de la dirección del hospital, no se están receptando con esta enfermedad atípica, por lo cual lo remitimos a su área de salud para su tratamiento quirúrgico”».

Manuel sobrepasa los 70 años, es diabético insulino-dependiente e hipertenso, y siente que al operarse de la forma convencional afrontaría complicaciones que de la otra manera, no. ¿Qué pueden explicar al respecto las instancias del Ministerio de Salud Pública?

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