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Le reponen la maleta

El 30 de mayo pasado, Daría Marlene Fabat Zamora relató aquí sus avatares al final del vuelo 987 de Cubana de Aviación Santiago-La Habana, el 13 de ese mes. En el área de recepción de equipajes del aeropuerto José Martí de la capital su maleta fue la última que salió. ¿Y cómo? Con la agarradera completamente rota, y el seguro con la combinación de seguridad completamente cortada.

Daría supuso que quien intentó abrir la maleta no lo logró, y rompió la combinación además de cortar las dos piezas del seguro del dispositivo. Todo un destrozo. Y al quejarse —no especificó con quién— le dijeron que Cubana de Aviación no se hacía responsable por roturas de equipajes.

Responde Luis Alexander Ochoa García, director general de la Empresa Cubana de Aeropuertos y Servicios Aeroportuarios (Ecasa), que, efectivamente, Daría viajó en el vuelo CU 987 a La Habana, y despachó un equipaje (maleta) con un peso total de 19 kilogramos, en perfecto estado.

Además, añade, se revisó el registro de conciliación de equipajes con pasajeros R-11/M-DG-17-01 realizado en Santiago con destino a La Habana, y evidenció que el equipaje despachado se encontraba en perfecto estado, con el número de tique CU 284668. Revisaron las grabaciones fílmicas, en el área de chequeo nacional (mostradores de tráfico), y reflejó un proceso normal.

Refiere que se cuenta con evidencia documental y fotográfica de lo sucedido al equipaje de la pasajera en la Terminal 1 del Aeropuerto Internacional José Martí. Y se comprobó que el agente de tráfico no atendió a la pasajera con la profesionalidad que se merece, acorde con lo establecido para la atención a pasajeros con irregularidades en equipaje. Precisa que «con el trabajador se tomaron las medidas que corresponden para este caso».

Refiere que «tanto por parte del manipulador de equipajes como por el agente de tráfico hubo violaciones de los procedimientos establecidos, por lo que se hicieron los análisis correspondientes, tanto desde el punto de vista técnico como de indisciplina del reglamento de la entidad».

Ofrece disculpas a Daría por lo sucedido con su equipaje, y como compensación le ofrece la entrega de una maleta nueva, que cumple los requisitos para un viaje seguro.

Y concluye que «es muy penoso que ocurran cosas similares en nuestros aeropuertos, máxime cuando la mayoría del colectivo se esfuerza por estar a tono con el momento histórico que vive el país y el llamado de la dirección del Partido y el Gobierno a cerrar filas para lograr los estándares de calidad que requieren estos tiempos».

Agradezco la respuesta y la indemnización a la pasajera. Solo lamento que no se explique si se identificó a quien averió la maleta, cuáles fueron los resultados de los análisis que se hicieron y cuáles las medidas adoptadas con el agente de tráfico y el manipulador de equipajes.

Albañales revueltas

Alina Borges Cleger (Sanguily no. 10 827, entre 2 y 4, Reparto Nuevo Miraflores, Boyeros, La Habana) relata que parte de la cuadra está intransitable por una tupición de los registros de aguas albañales. Por los jardines y patios de tres casas el agua negra se estanca y corre como un río.

Al parecer la tupición hace que el agua retorne, y vaya rompiendo las tuberías de casa en casa. Ayer estaba afectada una vivienda, ya hoy son tres, y mañana serán cinco, pues esas aguas no tienen salida y se empozan debajo de las casas.

El manto freático se encuentra saturado. Las casas, aunque de mampostería, poco a poco se van hundiendo, pues los cimientos van cediendo. Y las tuberías de agua potable ya cohabitan con las aguas negras. Y justamente por esta misma cuadra deben transitar los niños, que en septiembre comenzarán sus clases en la escuela Vicente Chávez, en la misma esquina.

«Ante las quejas de vecinos y dirigentes de organizaciones políticas y de masas del barrio, y a partir de la visita que hiciera a la escuela el Secretario del Partido en Boyeros, Aguas de La Habana se personó allí. Pero no hizo nada, porque el registro que da salida al río estaba lleno de escombros. Posteriormente, los vecinos limpiaron el registro, pero Aguas de La Habana no ha aparecido aún», señala.

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