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En espera de un subsidio

El pasado 9 de diciembre, desde la finca La Mariquilla, en Puerta de Golpe, municipio pinareño de Consolación del Sur, Aleida González Plasencia, una jubilada de 65 años y que vive sola, contaba aquí que los huracanes de 2008 provocaron derrumbe total de su casa. Y desde entonces está en una lista como damnificada.

Refería que vive en una facilidad temporal en muy mal estado, cuyo techo se moja por todas partes. Y cuando comienza a llover no puede dormir, jugándo cabeza a las copiosas goteras.

«A lo largo de 12 años de sufrimiento y dificultades —decía— he acudido al consejo popular en Puerta de Golpe, a la Dirección Municipal de la Vivienda en Consolación del Sur y al Gobierno Municipal.

«En mi última visita a Vivienda Municipal, en febrero de este año, la técnica que me atendió me informó que mis papeles, los que acreditan mi condición de damnificada con derrumbe total, se extraviaron. Y las condiciones de mi vivienda son precarias y lamentables. Su deterioro es creciente», concluía.

Al respecto responde Adalberto Suárez Páez, director de la Vivienda en Consolación del Sur, que Aleida fue visitada en su casa por él y por la
especialista de Atención a la Población, quienes evaluaron el estado técnico del inmueble y revisaron la documentación oficial del caso.

Confirma Suárez Páez que la casa de Aleida fue afectada por los huracanes de 2008, pero no fue derrumbe total, si no afectación parcial. Y tampoco es cierto, añade, que los documentos de afectación se hayan extraviado, asunto que quedó aclarado en la visita.

Precisa que era una vivienda de madera construida en el año 1992, por lo cual su estado técnico era muy malo. Con ayuda familiar ella terminó de demoler el inmueble y construyó otra casita también de madera y fibras de asbesto-cemento recuperadas, a las cuales no se les dio la adecuada pendiente, y esa es la causa principal por la que se filtra.

Manifiesta que la Dirección Municipal de la Vivienda atendió esa afectación en 2011 y le entregó el cemento necesario para el piso y la taza de baño, pero Aleida nunca construyó el baño. La casa cuenta con portal, sala, dos dormitorios y cocina, con un área superior a 25 metros cuadrados, aunque fue construida sin cumplir ninguna formalidad legal.

Y reconoce que hoy ese inmueble construido por esfuerzo propio presenta estado técnico malo y requiere una rehabilitación por los problemas de pendiente de la cubierta, además de sustitución de las tablas próximas al piso, el portal y acabar de construirle su baño.

Informa que la Dirección Municipal de la Vivienda le dio a Aleida la vía de solución a través del subsidio, teniendo en cuenta que es una mujer sola con más de 65 años. Y desde febrero de 2020 tiene su expediente de solicitud radicado con todas las formalidades legales establecidas, en espera de financiamiento, para ser evaluado por el Consejo de la Administración.

«Consideramos que esta compañera no ha estado desatendida, a pesar de no haber resuelto definitivamente su problema habitacional», concluye.

Agradezco la respuesta. Y aunque la remitente fuera imprecisa en ciertos datos —algo reprobable en su queja—, y además no hubiera construido el baño, evidentemente las condiciones de una facilidad temporal, levantada a empujones, por esfuerzo propio, hace ya tiempo eran precarias.

Aleida manifestaba en su carta: «A lo largo de 12 años de sufrimiento y dificultades…». Y el director de la Vivienda asegura que «la compañera no ha estado desatendida». Es la palabra de uno contra la del otro. Ojalá de esa contradicción surja la voluntad de ayudar a esa mujer sola, con la aprobación definitiva de un subsidio.

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