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Interrupción de envergadura

El pasado 13 de marzo, desde el reparto Vieja Linda, en el municipio habanero de Boyeros, María Felicia Lugones denunció aquí que su teléfono llevaba fuera de servicio ¡tres meses! Aún así, estuvo pagando el servicio puntualmente. Lo había reportado en varias ocasiones por el 114, y la operadora le decía que bastaba con una sola vez que lo hiciera.

Fue a la oficina comercial de Etecsa en Aldabó, y allí le dijeron que era un problema del par. Habló con un compañero de apellido Chacón, quien le dijo que eso era problema de Rafaelito (el jefe de Cable), quien a su vez le atendió de forma muy amable y le aseguró que resolvería el problema.

«Ante el tiempo transcurrido y al ver que no se ha hecho nada, decía, hice una queja al 118. Mi hija escribió al sitio de reclamaciones de Etecsa para atención a clientes. Y aún sigo sin servicio. Tengo 78 años y vivo sola. Esa vía es la que utilizo cuando tengo una necesidad, y así poder llamar a algún vecino u otra persona para que me auxilie», concluía entonces.

Responde Aymé González Hernández, directora de Protección al Consumidor de Etecsa, que el servicio estuvo interrumpido durante ese período. E indica que desde el reporte iniciaron las labores para el restablecimiento. Era una compleja interrupción que requería de la intervención de brigadas especializadas. Y junto a esa avería —no solo para María Felicia, sino también para otros usuarios instalados por dicho soporte—, se afectó otro cable.

Como resultado, dice, se interrumpieron varios servicios de entidades de atención directa a la población como el hospital Julio Trigo, la funeraria y la unidad de Correos, todos del radio de acción del centro de telecomunicaciones que los atiende en Arroyo Naranjo. Y se priorizó esa labor.

Añade que al publicarse aquí, ya terminaban los trabajos, y el servicio quedó restablecido el 17 de marzo, sin afectaciones hasta hoy. Lo anterior, añade, se le explicó a María Felicia por funcionarios de la División Territorial a cargo de la red de telecomunicaciones de su localidad. Y le hicieron el ajuste correspondiente a la cuota mensual por días sin servicio.

«Como establece el contrato de telefonía básica, dice, a nuestros clientes se les realiza ajustes a la cuota mensual si la interrupción excede las 72 horas. Y no es obligatorio abonar el monto facturado por dicho concepto, sino solo lo que haya consumido, tanto por cuota como por tráfico local o de larga distancia, hasta el momento de la afectación. De hacerse el pago aún sin el servicio funcionando por decisión del cliente, se acreditará el monto para amortizar la deuda de posteriores períodos».

Agradezco la respuesta. Y si cuando ella insistió en la solución del asunto, le hubieran explicado su envergadura, el número de clientes y entidades afectados, y se le fuera informando sistemáticamente de cómo iban los trabajos, quizá no se hubiera desesperado ni escrito a esta sección. Comunicación a tiempo, no hay mejor fórmula.

«O ellos o nosotros…»

El pasado 25 de febrero, desde San Miguel del Padrón, La Habana, Luis Gutiérrez Urdaneta lamentó la escasez de sellos timbrados de cinco pesos, pero cerca de las oficinas de trámites los revendedores los ofertan a 15 y 20 pesos.

A dos meses de lo publicado, no hay respuesta al respecto, aunque Luis sí volvió a escribirme el pasado 5 de abril: Días después de lo publicado aparecieron sellos en las oficinas de Correos. «Pero la dicha en casa del pobre dura poco», dice, y cuenta que su esposa fue a realizar un trámite a una notaría, con los sellos en su poder. Y había un joven vociferando a la entrada: «Vaya, su sello barato aquí». Los vendía a 20 pesos cada uno. Una persona le compró seis, porque no había en los correos.

«Hoy 5 de abril quise corroborarlo, dice, fui al correo de la Virgen del Camino a las 10:00 a.m. Cierto, no había sellos de cinco pesos. La ineficiencia de las instituciones estatales, la falta de previsión y la desidia alimentan a los acaparadores y coleros.

«¿Qué institución o instituciones son responsables de que existan sellos de timbre? ¿Qué medidas tomaron con los responsables de la escasez artificial que motivó mi queja publicada hace algo más de un mes? ¿Qué medidas ejemplarizantes van a tomar con los responsables de la escasez actual? ¿Qué medidas organizativas se adoptarán para evitar que esto ocurra. La desidia no me va a cansar. O ellos o nosotros», sentencia Luis.

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