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Explicar, siempre explicar

El pasado 28 de noviembre, y desde Pasaje San Martín, No. 21, entre Infanta y Línea del Ferrocarril, municipio habanero de Cerro, Carlos Enrique Álvarez Álvarez denunció aquí que llevaban más de cuatro meses sufriendo un vertimiento de aguas albañales. Lo reportaron y aún no había respuestas de las instituciones responsables, aunque conocían el problema Aguas de La Habana, el Partido y el Gobierno en el municipio y Saneamiento Básico. «Todos saben de la tupición de los registros exteriores, y nadie se pronuncia», decía.

Y añadía que el apartamento 18, donde vive Carlos Enrique, es la sede de un proyecto de desarrollo local con la población infantil, que ha tenido que suspender sus actividades por ese foco de contaminación tan peligroso.

El pasado 10 de enero recibí la breve respuesta de Mariyorky Medina Merencio, jefa del Departamento de Atención al Cliente de Aguas de La Habana, en la que afirma  que «en visita hecha por el inspector del territorio de Cerro, Jorge Ávila Rivera, se constató la existencia del vertimiento albañal en la puerta de la casa del cliente,  y posteriormente la brigada de la Base de Saneamiento Centro desobstruyó el registro 24, que se halla al final del pasillo, con camión de alta presión, de modo que quedó así solucionada la problemática».

Agradezco la solución del caso. Solo añado, como tantas veces hago aquí ante respuestas incompletas, ¿por qué si esos vecinos llevaban cuatro meses sufriendo el derrame de albañales  —y Aguas de La Habana lo conocía por el reporte— no se explican las razones de tanta demora?

También  Mariyorky envió respuesta a la denuncia de Alfonso Fernández Otero, quien el pasado 24 de diciembre denunció aquí un derrame de aguas albañales alrededor del edificio 2, en Calzada de Buenos Aires, entre Consejero Arango y Leonor, Cerro, La Habana, donde él reside.

Refería Alfonso entonces que el vertimiento provenía de las viviendas cuyos frentes dan a la calle Consejero Arango, con el peligro de que se contaminaran las cisternas de los edificios 1 y 2, y las consiguientes consecuencias de vectores, olores insoportables y enfermedades para núcleos vulnerables  como el de él.

Al respecto, responde Mariyorky que en visita realizada por el inspector del Centro de Incidencias, Yuri Preval Velázquez, se constató que la problemática es interior en la red sanitaria, al fondo de la edificación de las viviendas de la calle Consejero Arango.

Aclara que se le explicó a Alfonso que dicho problema es competencia de la Empresa de Saneamiento Básico de La Habana, ubicada en Avenida 51, No. 12045, esquina a 124, Marianao, y por los teléfonos 72608593 y 72609061; y notificable a la Dirección Municipal de la Vivienda.

Mariyorky explica la razón del caso: es la línea sanitaria que sale al fondo de la edificación y afecta los apartamentos de los bajos, para así salir el vertimiento a la calle.

Añade que Alfonso firmó con conformidad, y expresó que no estaba informado de que la atención a ese asunto no corresponde a Aguas de La Habana, pues él tramitó el derrame en esta última entidad.

 Se agradece que, aunque no era de su responsabilidad, Aguas de La Habana haya informado a Alfonso y lo haya reorientado hacia la Empresa de Saneamiento Básico de La Habana. Eso es comunicación eficaz y oportuna.

Por otra parte, reitero a nuestros lectores que las cartas a esta columna deben ser precisas y claras, con la relatoría de hechos, instituciones y personas que puedan ser corroborados.

Frecuentemente llegan algunas a las que les falta exactitud. Por ello siempre insistimos a nuestros potenciales remitentes que adjunten un número de teléfono para llamarles cuando haya que precisar o esclarecer alguna duda sobre su contenido. Muchas gracias.

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