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Morosa y sin esclarecimiento

El 9 de noviembre de 2023, y desde calle 1ra., No. 7, altos, entre Carretera Central y Patricio Lumumba, en el reparto Jiménez de la ciudad de Santiago de Cuba, Maritza Ortiz Guardia se condolía aquí de la crítica situación que presentaba una tubería de agua rota hacía más de dos años.

«Cada vez que llega el agua, afirma, se desborda por toda la calle. Y como la tubería está abierta, por ahí entran otros agentes que contaminan el líquido. Además de que el agua llega con poca presión y no sube bien a la segunda planta».

Aseguraba que tal situación la conocían la dirección del Distrito UEB Aguas Santiago y Atención a la Población de Aguas Santiago en el municipio.

Y fue este 12 de febrero que recibí vía correo electrónico la respuesta de Ludmila Rodríguez Barroso, directora general de Aguas Santiago, fechada desde el 21 de noviembre de 2023. En ella informa que el 15 de noviembre de 2023 se realizó visita al sitio por parte de Miguel Yates Correa, jefe de zona 1 del distrito José Martí, y por el subdirector de la UEB Aguas Santiago.

«Se pudo comprobar, indica, que realmente existe la afectación y no sube el agua a la planta alta; el  salidero fue solucionado por la brigada Mariana Grajales y estuvo presente el propio jefe de zona 1. Quedó  pendiente la pavimentación del hueco para ya culminar de manera total el trabajo, se le indicó a la técnica del consejo popular realizar la solicitud de los recursos para tapar el hueco».

Añade que «concluido el trabajo, se realizó visita a Maritza, quien firmó que estaba conforme con la respuesta ofrecida. El modelo consta en su expediente; quedando solucionada, con razón y conforme», concluye.

Y este redactor, que publicó entonces la queja de Maritza y la impunidad con que se despilfarraba agua allí hacía más de dos años —de conocimiento por Aguas Santiago—, no puede estar conforme con respuesta tan ligera, morosa y poco esclarecedora.

Lo primero es que la carta tiene fecha de 21 de noviembre de 2023, y fue enviada aquí este 12 de febrero de 2024: 83 días después, cuando aún rige el tiempo límite de 60 días para una respuesta, también en la prensa, hasta que entre en vigor la recién aprobada Ley del Sistema de Atención a las Quejas y Peticiones de las Personas, que reducirá el plazo de las respuestas a 30 días.

Lo otro es que se informa que el asunto se solucionó en días, sin profundizar por qué, si el despilfarro llevaba más de dos años y se conocía por la entidad, nada se había hecho al respecto. Es como si descubrieran súbitamente, y por lo publicado aquí, no «el agua tibia», sino el derroche de agua durante más de dos años y la insatisfacción de esos vecinos. La respuesta merecía un análisis convincente, por respeto a esos vecinos, al periódico y a sus lectores.

Hacinadas en un cuarto prestado que se moja

Yarelis Acosta Figueredo (calle 4, No.3, Los Pinos, Los Negros, Contramaestre, provincia de Santiago de Cuba),  es profesora de secundaria básica y madre de tres niñas menores de 17 años. Y piensa que allí no ha habido una mirada sensible con la situación tan difícil que presenta.

Refiere que no tiene casa donde vivir y está parando con sus tres hijas en una habitación que le prestó un tío, donde llueve más adentro que afuera. Se ha dirigido varias veces al Gobierno municipal y ni la han visitado para constatar esas difíciles condiciones.

«Jamás me han dado ningún tipo de ayuda, dice. Mi niña más pequeña, de un año de edad, es alérgica. Ha estado ingresada desde que nació más de cuatro veces con su problema en los pulmones: neumonía bacteriana.

Refiere que se presentó en el Gobierno el 1ro. de febrero pasado y habló con el funcionario Karel. Luego habló por teléfono con él, quien le dijo que no hay presupuesto. Y ella pregunta si  con tres hijas menores no puede  ser atendida al menos de acuerdo a la política gubernamental existente con las madres  de tres hijos o más.

«Imagínese, afirma, el salario que cobro no me alcanza ni para mantener a mis hijas. Además, tengo que viajar todos los sábados a mi universidad. Y los precios elevados… No doy para más. Imagínese con tres niñas. ¿A quién debo dirigirme para que me escuche y ayude a solucionar el problema?», concluye.

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