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Complicada viceversa

Jorge Luis Sánchez (Calle Rafael Oro 255, entre 12 y 13, Reparto Vázquez, Manzanillo, Granma) cuenta que el organismo al cual pertenece su centro laboral paga los salarios el día 5 de cada mes; y el pasado 8 de marzo aún no había podido cobrar con su tarjeta magnética.

Y la razón es que la sucursal de Bandec de Manzanillo está enlazada con el servidor de Bayamo. Y ahora con la situación energética que vive el país, cuando la sucursal tiene corriente eléctrica, el servidor de Bayamo no la tiene, y viceversa. Por ende, no se ha podido acreditar el salario a las tarjetas.

«No sabemos cuándo cobraremos, manifiesta. Pero si no cobro, no puedo pagar la factura eléctrica, y me van a retirar el servicio. ¿Cómo quedo yo? ¿Cómo se alimenta mi familia? ¿Quién es el responsable de buscar una solución a este problema?» concluye.

No soy un revendedor, afirma

Bryam Alexander González, estudiante de 3er. año de la Licenciatura en Turismo de la Universidad de Las Tunas, y vecino del reparto Pedro Pompa en la ciudad de Bayamo, cuenta que durante dos años estuvo utilizando el APK Viajando con excelentes resultados para transportarse.

Pero el 22 de diciembre de 2023 su cuenta en la aplicación fue bloqueada por compartir un enlace para que un compañero suyo pagara un pasaje que él logró capturar. Nunca compré pasajes para revender, asegura.

«Desde entonces, afirma, he escrito al administrador del APK, he llamado a los teléfonos que la aplicación dispone. Y nunca he recibido una respuesta satisfactoria.

«El día que me atendieron me comunicaron que me bloquearon la cuenta por supuesto revendedor, cosa que nunca he hecho. Soy un simple universitario que solo usa la aplicación para ir de mi casa a la Universidad y viceversa cada semana.

«Recalco que cuando le envié el enlace a mi compañero (a petición de él) para que pagara un pasaje que yo le había capturado, no sabía que su cuenta estaba suspendida. Mi papá ha escrito a la cuenta de Facebook y Telegram sin respuesta.

«Mi mamá tuvo que cederme la línea móvil de ella y su Transfermóvil, hasta que hoy 8 de marzo también me bloquearon la cuenta de mi mamá, intentando probar si la mía había sido desbloqueada, nunca por el hecho de comprar pasajes para vender.

«Necesito su ayuda para trasladarme. Pido ayuda a la Dirección de Transporte. Es imposible costear viajes en transporte privado. Cuando lo he hecho, he tenido que dejar de alimentarme para ahorrar», concluye.

¿Por qué solo en un correo de La Habana?

Nancy A. Herrera Mendoza (Calzada de Buenos Aires No. 56, Edificio 2, apto. 11, Cerro, La Habana) es una señora de 82 años que la pasada semana tuvo necesidad de enviar una carta certificada cuyo destino era en la misma capital.

Llamó telefónicamente al correo de la esquina de Tejas, el más cercano a su domicilio, y le informaron que allí no se presta ese servicio. Y que el único lugar en La Habana es el correo de los bajos del Ministerio de Comunicaciones.

Nancy llamó a otros correos de la capital, y en todos le ratificaron lo mismo. Al final, tuvo que alquilar un taxi para poder enviar la carta certificada. 

«¿Por qué a mayores dificultades objetivas se le añaden más restricciones?», expresa la señora.

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