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Acuse de recibo

En tinieblas, y sin solución aún

Edgardo Borrero Guerrero (Finca Las Mercedes, Calle 100, entre calle 20 y Ojo de Agua, Cotorro, La Habana) cuenta que en la madrugada del 22 de septiembre pasado se robaron la acometida eléctrica que alimenta su vivienda desde el poste donde está el transformador al poste sito en los límites de la cerca perimetral de su casa.

Y como son usuales los apagones por estos días, pensaron que esta era la razón. Y ya a las diez de la mañana se percataron de la fechoría. De inmediato, Edgardo fue a la Policía en el municipio a realizar la denuncia. Y, además, reportó el robo al 18888, con el número de reporte 84855.

A la una de la tarde de ese día, Edgardo se personó en las oficinas de la Organización Básica Eléctrica (OBE) del municipio para informar lo sucedido. No había nadie de Atención a la Población, ni otra persona administrativa para atenderle, solo la trabajadora de la puerta, quien le explicó que debía esperar por el carro para que se presentara en el lugar del suceso.

Al otro día, 23 de septiembre a las 12:38 p.m., Edgardo retornó a las oficinas de la OBE, a averiguar por qué el carro no fue. La compañera de Atención a la Población le dijo que formulara de nuevo el reporte, porque por equivocación del Despacho, el realizado se hizo por una desconexión. Que pudo haber sido por un error humano. Él lo repitió, con el número 85265. Y ella le dio los números telefónicos para evitar que tuviera que ir hasta allí.

Edgardo retornó el viernes 26 y lo atendió la de Recursos Humanos. Hizo de nuevo el reporte a las cinco de la tarde. Ella habló personalmente con el chofer del carro que estaba de turno, y fueron rápidamente. Él habló con los dos que estaban allí y le dijeron que ese trabajo de destejer el cable nuevo que él había resuelto y montarlo era trabajo de otra brigada de cuatro hombres. Que harían el reporte para que se ejecutara el trabajo al siguiente día. Pero nadie fue el sábado 27.

El domingo 28 de septiembre Edgardo recibió una llamada del teléfono 76463191. Supuso que era del puesto de mando de la provincia, pues decían que ya tenían los insumos, que esperara el carro, en el día se presentarían en el lugar. Nadie fue.

El lunes 29 volvió por la OBE y le atendió el de Operaciones. Le dijo que el martes 30 iba la brigada a realizar el trabajo. Nuevamente nadie fue. El miércoles 1ro. de octubre  fue de nuevo a la OBE, y solo estaba la muchacha de Recursos Humanos. Edgardo le solicitó el nombre del director de la OBE para entregarle una queja. Y ella se negó, manifestándole que no estaba autorizada. Él le insistió, diciéndole que el director era una persona pública. Ella, en presencia de Edgardo, llamó al director, quien también se negó a dar su nombre.

El 2 de octubre por fin el carro con cuatro trabajadores y el jefe de brigada fue a su casa. Y para asombro del cliente, el jefe de brigada le dijo que solo podía ponerle 30 metros de acometida de donde estaba el transformador hasta el reloj. Edgardo le alertó que se robaron una cantidad mayor a esa. Y el jefe le explicó que por ley son 30 metros desde el transformador hasta el contador de la casa.

«Entonces, cuestiona, ¿por qué se había puesto ese cable tan largo violando lo establecido? ¿Nadie sabía que era una violación tanto cable? ¿Por qué cuando hice la denuncia a la policía, en la OBE nadie me dijo nada?

«Las veces que fui a la OBE sucedió de todo: varias personas con quejas de la mala atención y sin respuestas para sus problemas. Y allí supe que las acometidas se las roban personas inescrupulosas para venderlas».

Aún ayer Edgardo permanecía en tinieblas, y no de apagones programados ni súbitos. Nadie había vuelto por allí.

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