La tecla del duende
Es necesario permanecer optimista Ser optimista significa ser proactivo, es decir, esperar a que suceda algo bueno, pero no quedarse esperando, sino avanzar hacia tus sueños.
Somos nuestros mayores motivadores, otros incluso pueden motivarnos a nosotros, pero somos responsables de nuestra propia motivación.
Es importante creer que sucederán cosas buenas y empezar a notar y agradecer las pequeñas cosas que ya pasaron y están pasando. Sé feliz con los logros de los demás, incluso ayúdalos, no tengas envidia, aprende a sentir alegría también con las victorias ajenas. Todos somos hermanos.
Tener esperanza es parte de ser optimista, pero la esperanza no es esperar sino creer y avanzar en la dirección de tu deseo. Si deseas y te quedas quieto es muy difícil que tu deseo se haga realidad. Lucha por tu sueño, no lo dejes solo en una aspiración y fragua una realidad transformada. Sé altruista, cree que eres verdaderamente capaz, valora tus cualidades, minimiza tus defectos, ¡conviértete cada día en un mejor ser humano desde las pequeñas transformaciones!
Sonríe. Es necesario sonreír en la vida, recuerda lo que pasa, vuelve a agradecer a todos y a todo, incluso en las situaciones malas, mantente enfocado, sigue dando gracias y creyendo que cosas buenas están por suceder.
Al final, el premio puede ser incluso el mismo para el pesimista y el optimista, pero ¿quién se sentirá mejor? La vida continúa… ¿Qué elegirás? Creo que cosas buenas pasarán. ¡Inmediatamente!
La paz comienza conmigo. La paz comienza contigo. ¡Acepta! ¡Da gracias! ¡Perdónate a ti mismo! (Mensaje de Paulo Sergio Lopes, enviado por Carmen Contreras Abreu)
La verdadera felicidad es disfrutar del presente, sin depender ansiosa del futuro, no divertirnos ni con esperanzas ni con miedos, sino descansar satisfechos con lo que tenemos, que es suficiente, porque el que es así nada necesita. Las mayores bendiciones de la humanidad están dentro de nosotros y a nuestro alcance. El sabio se contenta con su suerte, cualquiera que sea, sin desear lo que no tiene. Séneca
El sufrimiento se vuelve hermoso cuando alguien soporta grandes calamidades con alegría, no por insensibilidad, sino por grandeza de mente. Aristóteles