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Cuba amplía utilización clínica de la Medicina Regenerativa

Múltiples ensayos clínicos que hoy se realizan con células madre en Cuba validan el tratamiento de afecciones ortopédicas, cardíacas, oftalmológicas y angiológicas, y abren perspectivas alentadoras en el tratamiento de muchas enfermedades Gráfico interactivo (Requiere Flash Player 8+. Actualizarla aquí)

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«Sentí un dolor que me provocaba como una ardentía en el pecho. En el hospital el electrocardiograma indicó que se trataba de un infarto. Como cumplía los requisitos del ensayo clínico para el tratamiento del infarto agudo del miocardio con células madre fui incluido en el estudio.

El paciente por la complicación y extensión de la lesión requería amputación de la pierna. La aplicación de la células madre evitó la progresión del trastorno isquémico y la amputación de la pierna.

«Primero tuve miedo, pero me explicaron que debía tener como resultado final una mejoría total y que con el proceder las secuelas, desde el punto de vista físico, serían mínimas». Así rememora el teniente coronel Miguel Sastre Bichot, de la Dirección de Guardafronteras del Ministerio del Interior, su primer acercamiento a esta novedosa técnica, entonces casi desconocida en Cuba.

«Hasta ese momento, otros cuatro pacientes beneficiados con el procedimiento habían mostrado resultados satisfactorios y acepté. Todo duró no más de 30 minutos. Lo que más demoró fue la preparación.

«Tanto para la colocación del stent (cánula o pequeño tubo autoexpandible que se coloca en la arteria coronaria para mantener el vaso dilatado) en una primera etapa, como en el implante de células madre, utilizan anestesia local. Realizan una incisión en la ingle que no requiere puntos e introducen el dispositivo y el concentrado celular a través de las arterias femorales.

«Nueve días después fui para la casa y me mandaron a caminar. Al tercer mes andaba más de seis kilómetros. Cuanta más rehabilitación hacía me sentía mejor y desapareció del electrocardiograma la señal que indica la presencia de un infarto. Seis meses después comencé a trabajar en la Jefatura de Tropas Guardafronteras. La operación fue un éxito. Me siento muy bien», asegura satisfecho.

Infartos a raya

El tratamiento a diversas afecciones con el uso de células madre extraídas del mismo cuerpo del paciente es una técnica novedosa, que está en fase de investigación actualmente en el Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas (CIMEQ).

«En el caso del infarto agudo del miocardio comenzamos hace un año y medio, y se han beneficiado siete pacientes. Los resultados preliminares indican una mejoría en la función contráctil del corazón», explica el doctor Ángel G. Obregón Santos, jefe del Cardiocentro de ese hospital y quien dirige el ensayo clínico.

«Primero se coloca el stent para permeabilizar la arteria coronaria que provocó el infarto, pero con la aplicación de las células madre se estimula el crecimiento o reparación del tejido infartado. Nuestro objetivo es llegar hasta 15 pacientes y presentar los resultados definitorios para después tratar de extenderlo a otras provincias».

—¿Otros países emplean la medicina regenerativa en el infarto agudo del miocardio?

—Sí, de hecho la mayor cantidad de los pacientes tratados con células madre, dentro de la especialidad, son los que padecen de infarto agudo del miocardio. Pero los hallazgos no son ciencia constituida, sino que es un procedimiento médico en desarrollo, que se aplica en diferentes países de Europa, Asia y en Brasil.

Según refiere el especialista, este estudio constituye un proyecto del Ministerio de Salud Pública de Cuba (MINSAP) para dar atención a las cardiopatías isquémicas. En él participan otras instituciones científicas y médicas del país, como el Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular, entidad donde un grupo de especialistas, junto a otros del Instituto de Inmunología y Hematología, en febrero de 2004 realizaron el primer trasplante en Cuba de células madre en el corazón, el cual fue el primero reportado en América Latina y el Caribe.

Iniciado con el objetivo de evaluar la factibilidad del procedimiento en personas con cardiopatías isquémicas crónicas, en el estudio se efectuaron nueve trasplantes, de estos seis por vía quirúrgica a corazón abierto y tres por cateterismo intracoronario directo.

«Tenía un dolor permanente en el pecho, falta de aire y me cansaba al caminar. Tomaba nueve nitrosorbide y no se me quitaba», rememora Calixto Ávila López, uno de los pacientes incluidos en ese programa.

«Después de la operación no he tenido más dolor. Soy veterinario, y ahora camino muchos kilómetros y no me canso. El proceder en mi caso fue un éxito, y si tuviera que volver a operarme lo haría».

El anuario estadístico del MINSAP de 2006 reporta que las enfermedades del corazón durante ese período constituyeron la primera causa de muerte, con 21 221 defunciones. De estas, más de 7 100 fueron por infarto agudo del miocardio y 7 060 por enfermedad coronaria crónica.

Un estudio de seguimiento del mismo equipo de investigadores indicó que a los tres meses de realizado el proceder, en el 89 por ciento de los pacientes tratados con células madre hubo mejoría clínica y de la función contráctil del corazón. Los especialistas coinciden en que es un método promisorio para atender a personas en estado crítico de su enfermedad coronaria, pero se siguen estudiando los mecanismos que provocan la mejoría.

No hay hueso que se resista

«Ante el más mínimo esfuerzo físico o golpe se me presentaban fracturas que no consolidaban. Recuerdo que la última vez, con apenas un frenazo en el metrobús volví a fracturarme el brazo», cuenta Darié Lázaro, mientras mueve el brazo para mostrar su estado actual.

Luego de tres años de intervenido, este joven de 17 años asegura que puede llevar una vida normal sin ningún tipo de limitación. «No tengo dolor, recobré completamente la movilidad y tengo la extremidad en magníficas condiciones».

Esto fue posible gracias a la utilización de las células madre en seudotumores óseos, ensayo clínico realizado en el hospital pediátrico William Soler por el doctor José Manuel González Gil.

«Lázaro presentaba un quiste óseo solitario en el húmero derecho. Esta afección se debe a trastornos del desarrollo que no tienen una causa establecida y es frecuente en niños», comentó el especialista.

«Esas lesiones aparecen con mayor frecuencia en el húmero y el fémur y producen una cavidad dentro del hueso, que provoca una debilidad de su pared y lo deja vulnerable a cualquier tipo de trauma. En ocasiones, hasta un esfuerzo físico puede causar una fractura».

El método tradicional para tratar estas afecciones consiste en rellenar el defecto con hueso del propio paciente u obtenido de un «banco», donde se recolectan los de otros donantes. En los últimos diez años, unas 26 personas requirieron la realización de este procedimiento en Cuba. Sin embargo, en este tipo de acto quirúrgico la solución no era definitiva y los resultados no siempre fueron buenos.

«Uno de los procederes utilizado consiste en una resección o extirpación total del quiste, pero como casi siempre la longitud del hueso afectado rebasa una pulgada y a veces hasta tres y más, si se retira la sección dañada, quedaría la articulación extremadamente acortada y aún así no se lograba una óptima consolidación ósea. Por tanto, era necesario encontrar una mejor solución para el quiste», destacó el especialista de segundo grado en Ortopedia y Traumatología.

«Actualmente empleamos la medicina regenerativa o reparadora en lesiones tumorales benignas, caracterizadas por un defecto en la formación de la médula ósea. En el estudio utilizamos las células madre y como soporte en el interior de la cavidad empleamos la hidroxiapatita o material del Banco de hueso, a lo cual añadimos las células madre extraídas de la médula ósea del propio paciente», señaló el galeno.

«Las ventajas son múltiples, pues se logra un mayor grado de consolidación en menos tiempo. Hasta el momento tenemos solo un caso concluido, con resultados muy promisorios».

¿Regeneración ilimitada?

Las células madre se definen como aquellas capaces de experimentar divisiones ilimitadas y dar origen a los distintos tipos de células que existen en el organismo. Tienen la capacidad de regenerar tejidos dañados por diferentes enfermedades, traumas o envejecimiento y se clasifican en dos grandes grupos: embrionarias y adultas.

Investigaciones recientes demuestran la existencia de adultas en diferentes puntos del cuerpo, como es la médula ósea, la sangre del cordón umbilical, tejido conjuntivo, ojo, médula espinal, hígado, pulmón, piel, riñón, sangre periférica, corazón, hueso, tejido nervioso, y líquido amniótico. Se ha demostrado que en la pulpa dental humana existen células madre capaces de diferenciarse en distintos tipos.

Es por eso que los tratamientos con células madre cada vez se han extendido más en el mundo, aunque existe un fuerte debate ético en cuanto al uso de células madre embrionarias, lo que ha favorecido la aplicación de las adultas. De ahí que los galenos cubanos hayan optado por utilizar las células madre extraídas del mismo cuerpo del paciente, procedimiento que hoy se aplica de forma experimental en diversas ramas de la Medicina, como la Ortopedia, Angiología, Cardiología y Oftalmología. Además existen otras investigaciones en Estomatología, Neurología, Dermatología, Urología, Endocrinología y Hematología.

Específicamente en Ortopedia, el procedimiento se comienza a aplicar también en el tratamiento de la necrosis aséptica de cabeza de fémur.

«Bailando en la discoteca me dio un dolor fuerte en la pierna que subía hasta la cadera. Después siguió con tal intensidad que no podía afirmar la pierna izquierda, ni permanecer más de 15 minutos parada, y los analgésicos suavizaban el malestar pero no lo quitaba», cuenta la enfermera Arelys Mestre.

Con solo dos meses de operada, la joven madre de 23 años enfatizó: «Hace cinco días comencé a caminar. Ya se me quitaron los dolores. Ahora solo quedan las molestias propias que deja toda intervención quirúrgica y la fragilidad por estar más de un mes de reposo».

Aymara Baganet Cobas, especialista de primer grado en Ortopedia y Traumatología, al frente de la investigación en el Instituto de Hematología e Inmunología, se muestra optimista con los resultados de los seis pacientes beneficiados con la terapia celular iniciada en 2007.

«La medicina regenerativa con células madre la estamos empleando en pacientes sicklémicos que padecen necrosis aséptica de cabeza de fémur. En esta población la incidencia de la afección está entre el cuatro y el 20 por ciento, y la sufren fundamentalmente personas que oscilan entre los 20 y 40 años, quienes presentan alto predominio de afectación bilateral y una evolución de destrucción total de la cabeza de fémur en un período de tres a nueve años.

«Los resultados son prometedores desde el punto de vista clínico, pues con el tratamiento desaparece el dolor espontáneo, al caminar o cuando realizan un esfuerzo físico, lo cual mejora mucho la calidad de vida del paciente.

«Las células madre adultas son capaces de diferenciar hacia otras líneas celulares, entre estas las ósea y vascular. Por eso se justifica su aplicación en esas patologías. Continuaremos el estudio para incrementar la muestra y ampliar su utilización», asegura la especialista.

Huesos con madres

Los tratamientos con células madre también se han iniciado en el CIMEQ, y próximamente se van a extender al Hospital Ortopédico Frank País, así como a provincias como Matanzas y Pinar del Río.

En el Centro Ortopédico Fructuoso Rodríguez, de la capital, los doctores Iván Fundora y Boris Maurette, especialistas de segundo grado en Ortopedia y Traumatología, utilizan también procederes regenerativos en la osteomielitis y fracturas múltiples.

La osteomielitis causa una infección crónica del hueso, y afecta a las personas en edad activa (25 a 60 años). Su primera causa es la fractura abierta mal tratada. Se estima que entre un 10 y un 15 por ciento de las fracturas expuestas pueden provocar la enfermedad, pero esos registros aumentan según los factores de riesgo a los que esté expuesto el paciente.

El doctor Maurette, director del Centro Ortopédico Fructuoso Rodríguez, precisó a JR que la investigación en ese padecimiento comenzó en 2002 en adultos. Como terapia celular se empleó plasma concentrado en plaquetas, y en la mayor parte de los casos se apreció eliminación de fístulas y de la fetidez, temprana cicatrización de las partes blandas y a los dos meses aparecían signos de consolidación.

Para las fracturas complejas, el doctor Fundora advierte que las células madre constituyen un tratamiento útil en los traumas múltiples porque permiten disminuir la sepsis. Igualmente puntualizó que en el hospital instalan una centrífuga en el salón de operaciones para realizar el proceso de separación de células madre, con el propósito de aplicar la terapia celular en aquellas fracturas con riesgo de complicación.

El especialista sostiene que en breve comenzarán las cirugías intervencionistas con el uso de células madre en columna vertebral y articulaciones.

Vista hace fe

En el central FNTA, del municipio de Trinidad, en Sancti Spíritus, desde hace más de cuatro meses Yurisleydi Labrada Placeres ha vuelto a ser una niña feliz.

«Jugando con mi primo me cayó cal en los ojos. Durante tres años y medio estuve sin ver», cuenta la estudiante de quinto grado. «Debido a la intensidad de la quemadura, nos dijeron que la solución era ponerle un ojo de cristal», recuerda su abuela.

«Después de la operación, el 17 de julio de 2007, poco a poco he ido recuperando la vista. Actualmente puedo leer y jugar con mis amigos y en verdad el método es magnífico», dice la niña, la cual fue incluida entre los más de mil pacientes que en el país se han beneficiado con la realización del injerto de células madre del limbo aplicadas en la cirugía de la superficie externa ocular.

A partir de 1998 se comenzó a generalizar el injerto de células límbicas en el Hospital Oftalmológico Ramón Pando Ferrer, de Ciudad de La Habana, para dar solución a los pacientes con quemaduras graves causadas por agentes químicos, sobre todo en aquellos en los que el deterioro de la superficie ocular alcanzaba tal magnitud que no tenían criterio de trasplante de córnea por las grandes posibilidades de rechazo, a pesar de que muchos tenían en buen estado las estructuras ubicadas detrás de esta.

La oftalmóloga Elizabet Escalona, quien junto a otros expertos de esa institución inició la cirugía reparadora de la zona externa ocular, con resultados alentadores, explicó a JR que hoy ese procedimiento lo extienden a otros campos de la Oftalmología, y se aplica a quienes padecen enfermedades que provocan una insuficiencia de células límbicas, como el síndrome de Steven Jhonson y el pterigion recidivante (carnosidad del ojo), entre otras.

—¿Cuáles son las ventajas de la aplicación de las células madre o troncales en la cirugía del pterigion?

—Se aplica en ese padecimiento para lograr una rápida cicatrización y sobre todo para evitar las recurrencias. Permite una mejoría de la agudeza visual y de la estética de la superficie externa del ojo. En muchos casos reparamos el tejido, pero como existe cicatrización de capas más profundas con opacidades que afectan la visión es necesario realizar un transplante de córnea.

«En la actualidad la técnica constituye una solución efectiva para el tratamiento de estas afecciones y posibilita la realización del transplante de córnea con mayor seguridad y efectividad, porque crea mejores condiciones. En verdad, sin el injerto de células madre límbicas, el transplante sería un fracaso».

Posterior a la aplicación de este procedimiento, entre los siete y los 14 días el paciente recupera la regularidad de la superficie externa ocular y disminuyen los síntomas, pero la recuperación de la agudeza visual se logra gradualmente hasta los seis meses.

Hoy los especialistas se han trazado nuevas metas, entre las cuales están el cultivo de células madre en membrana amniótica. Creen que este medio sería perfecto, porque actúa como sustrato para que proliferen allí y da la posibilidad de tenerlas en un banco, lo cual es de gran utilidad para las personas con afectación bilateral.

Perspectivas alentadoras

«No podía caminar más de 80 metros; tenía que parar por el dolor muscular tan intenso en las extremidades inferiores. Era comercial en la corporación CIMEX y en las últimas semanas apenas podía realizar mis actividades diarias como consecuencia de las dolencias.

«Los exámenes médicos indicaron que prácticamente no tenía circulación en las piernas y confirmaron que presentaba insuficiencia arterial crónica. Al mes y medio del implante de células madre en los miembros inferiores, desaparecieron las molestias. En la actualidad puedo caminar más de cinco kilómetros sin ningún dolor», precisa Oscar Pedroso Valdés.

En Cuba, entre un 10 y un 15 por ciento de la población mayor de 65 años presenta los síntomas de la Insuficiencia Arterial Crítica (IAC), la cual tiene una prevalencia de 500 casos por millón de habitantes. Sin embargo, como manifiesta Heriberto Artaza, jefe del Servicio de Angiología del Hospital General Docente Enrique Cabrera, de realizarse pruebas diagnósticas, la incidencia ascendería al 60 por ciento.

Profesor Porfirio Hernández, coordinador delPrograma de Medicina Regenerativa en Cuba. El galeno, quien participa del estudio sobre la aplicación de células madre para tratar este tipo de padecimiento, expresa que «mediante el suministro de células madre desaparece el dolor y evitamos que progresen la enfermedad y el índice de amputación. Estos logros se deben a que estas células influyen en la liberación de varios factores angiogénicos y citoquinas o aportan progenitoras de células endoteliales capaces de estimular la nueva formación de vasos».

Este, al igual que muchos otros ensayos, forma parte hoy de la aplicación de las células madre a la medicina regenerativa, técnicas que poco a poco se van introduciendo en Cuba, con resultados cada vez más alentadores.

El profesor Porfirio Hernández, coordinador del Programa de Medicina Regenerativa en Cuba, explicó a JR que hasta el momento los resultados de la medicina regenerativa y en particular el uso de células madre adultas procedentes del mismo paciente han sido satisfactorios y coinciden con los publicados en otros países donde se utilizan estos métodos.

«Estos avances abren perspectivas alentadoras para el tratamiento de otras enfermedades, además de las referidas, lo que podría ser posible a medida que se vayan ampliando los conocimientos en este nuevo campo».

 

Los genes también

La medicina regenerativa, además del uso de células madre, comprende los llamados factores solubles que intervienen o pueden estimular la regeneración de tejidos, el trasplante de genes, o terapia génica, la cual consiste en la inserción de genes en las células de los tejidos de un individuo para tratar una enfermedad en general y enfermedades hereditarias en particular. La terapia génica tiene como objetivo suplir un gen defectuoso mutado por uno normal.

Otra modalidad regenerativa es la ingeniería de tejidos, es decir la formación de tejidos en laboratorio para crear algunos fragmentos de tejido y de órganos. En la actualidad, algunos países han logrado la obtención de tejidos in vitro, como por ejemplo de piel para su uso en traumatismos extensos.

En cuanto a los factores solubles o estimuladores del crecimiento de algunas células y tejidos se está trabajando en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, ubicado en Ciudad de La Habana, donde ya existe un producto para la regeneración de tejido miocárdico en fase preclínica. También en esa línea se inserta el EVERPROT, otro medicamento empleado con éxito en la atención del pie diabético.

 

Otras investigaciones en Cuba

—Estudios experimentales de cultivos celulares para estimular la producción de insulina en la diabetes mellitus tipo I.

—Investigaciones preclínicas con aplicación de células madre en el infarto cerebral para disminuir las consecuencias de esa afección.

—Estudios para la aplicación de la terapia regenerativa en lesiones cutáneas, la incontinencia urinaria en la mujer, las fístulas cutáneas en la enfermedad de Crohn y la periodontitis.

—Implante de células madre en otros campos de la Angiología.

—Demostración preclínica del efecto citoprotector cardíaco del péptido GHR p6, que logró demostrar la recuperación de masa cardiaca afectada por isquemia.

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