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El esfuerzo de Cuba en hacer un uso eficiente de la energía, así como en el impulso de fuentes renovables, fue reconocido por el doctor Carlos Flórez Piedrahita, secretario ejecutivo de la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE).
Durante la VI Conferencia Internacional de Energía Renovable, Ahorro de Energía y Educación Energética, que concluyó sus sesiones el pasado viernes en el Palacio de Convenciones, el funcionario explicó que América Latina y el Caribe solo aprovechan el 22 por ciento de la hidroenergía y un 4,2 de otras fuentes de energía renovable.
Este panorama es necesario revertirlo para que nuestras naciones no sigan pagando altas facturas por la importación de combustibles fósiles, y para que aumenten su contribución a la preservación de la atmósfera, apuntó.
A medida que han crecido las economías de estos países —sostuvo— también la gráfica de consumo de electricidad ha descrito una curva ascendente, y seremos más dependientes si se sigue con este esquema, porque nuestras reservas de petróleo y gas pueden agotarse dentro de unos 40 años.
Según el especialista, actualmente la demanda de petróleo y sus derivados y de gas natural es de un 70 por ciento en América Latina y el Caribe, lo que confirma que son las principales fuentes en el sector energético de la región.
El doctor hizo énfasis en que «lo más importante que tenemos que hacer es cambiar estas matrices energéticas con el uso de las renovables». Alertó sobre el hecho de que aun cuando en la región los valores de emisión de dióxido de carbono por habitante son menores respecto a los de países industrializados, la tasa de crecimiento anual es de 2,6 por ciento.
El experto destacó también que se ha calculado que si ahorramos hasta el año 2018 de un tres a un cinco por ciento del combustible, en caso de que se cotice en este período a 50 dólares el barril, se ahorrarían cerca de 156 000 millones de dólares.
Por ello la OLADE —enfatizó— convoca a sus 26 países miembros a ahorrar un diez por ciento de estos recursos fósiles para en 2020 obtener mayor ahorro. «Este propósito no es un reto fácil, pero no es imposible con ese potencial que tenemos en energías renovables y la posibilidad que existe de hacer de la eficiencia energética un recurso sostenible».
