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Momento de cambio y de unidad

El proyecto de vida de los jóvenes debe ir a la par de las realidades y necesidades del país y de cada territorio, se precisó en la Asamblea de la UJC en Camagüey. Incrementar la preparación de los cuadros, atender oportunamente las críticas y crecer en espacios y profundidad de los debates son algunas de las metas de los jóvenes comunistas villaclareños

Autores:

Jesús Arencibia Lorenzo
René Tamayo León

Camagüey.— Más del 53 por ciento de los miembros de la UJC en Camagüey militan en comités de base del sector productivo. El papel de estos en el desarrollo económico local, en especial en la agricultura, la ganadería y la industria alimentaria, fue uno de los temas que se debatió en la asamblea provincial de balance IX Congreso en este territorio.

El rol que los jóvenes han de desempeñar en la actualización del modelo económico, exige que el comité de base lidere un movimiento político que requiere de las nuevas generaciones la participación más activa.

Las organizaciones de base son fundamentales en la elevación de «la productividad del trabajo, la eficiencia económica, la reducción de los costos, el ahorro de recursos, la sustitución de importaciones y el incremento de las exportaciones», señaló en la presentación del encuentro Jorge Enrique Sutil Sarabia, reelecto como primer secretario de la UJC en la provincia.

Como en otras asambleas, en Camagüey también se enfatizó el rol que les corresponde a los secretarios generales de los comités de base en esta y las demás misiones de la organización. En su liderazgo, preparación, ejemplo y autoridad descansa una parte importante de los resultados, se dijo.

No obstante, «aún es insuficiente la participación de los secretarios generales en la reunión de los factores y los consejos de dirección para transmitir las preocupaciones de los jóvenes, ofrecer puntos de vista novedosos y denunciar las deficiencias e irregularidades en el funcionamiento de cada lugar», se señaló en el informe central.

Reidel Ramos, médico de familia en Minas, comentó que en el sector de la salud —donde tienen lugar importantes transformaciones y urgen el ahorro y la optimización de los recursos—, no siempre los militantes están a la vanguardia.

Coincidió en que, junto a la militancia, es crucial el protagonismo del secretario general, que debe saber motivar, preparar y dar reuniones de calidad —tanto las cotidianas del comité de base como las que se realizan con el universo juvenil—, y abordar con eficacia y profundidad el asunto principal de los centros de salud: la calidad de la asistencia médica.

Yoel Hernández, militante en una CPA de Guáimaro, explicó que su cooperativa tiene muy buenos resultados en la producción de leche, la ceba de toros y otros rubros de la ganadería; empero, su comité de base debe trabajar más aún, inspirado en la fortaleza e influencia que tiene el núcleo del Partido allí.

Tenemos que velar, entre otros puntos, porque la producción se encamine por donde tiene que ir, y con calidad; por eso —explicó— nuestra estrategia es trabajar vaquero a vaquero, a fin de resaltar la importancia de producir leche para sustituir importaciones, pero siempre partiendo de la ejemplaridad y la responsabilidad de cada militante, indicó.

Otro tema que centró la discusión fueron las transformaciones en el sistema educacional, encaminadas a formar hombres y mujeres más preparados, con conocimientos más sólidos, para la realización personal y colectiva y mayor utilidad de la nación.

Los delegados coincidieron en que «el proyecto de vida de los jóvenes debe ir a la par de las realidades y necesidades del país y de cada territorio»; de ahí la urgencia de preparar profesionales, técnicos y obreros mejor cualificados y en función de las necesidades de cada territorio, para lo que es fundamental la formación vocacional.

En consonancia con intervenciones que reafirmaron el compromiso de la juventud cubana con la Revolución, José Ramón Machado Ventura, miembro del Buró Político y primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, recordó que la edad promedio de los delegados al IX Congreso de la UJC es de 25 años de edad; es decir, tenían unos cinco años de nacidos al iniciarse el período especial.

Han vivido —dijo— en medio de un período difícil, donde los enemigos le contaban los días a la Revolución, cantaban victoria y tomaron medidas para impulsar la caída. Sin embargo —expresó—, la gente sabe lo que es la Revolución y la defiende.

La juventud está mayoritariamente a favor de la Revolución, afirmó. Hay un cambio, pero también hay una verdadera unidad —que no es unanimidad— en torno a ella, y la juventud ha jugado su papel, ha resistido, acompañado y apoyado a la Revolución.

Como un buen juego de pelota

Santa Clara.— «Soy un guajiro intrinca’o, caballero’», dijo Yadiel Sotuoyo como para que le disculparan si alguna palabra no le salía derecha o si la idea y los gestos no le entraban bien en el surco del lenguaje. El plenario escuchó atento; unos sonreían, otros abrían grandes los ojos. Y Yadiel se explayaba en su disertación montuna.

«Mi cooperativa, la Augusto César Sandino, de Placetas, tiene 59 miembros; de ellos, diez jóvenes. No tenemos una bola mágica en la mano, pero hemos ido creando cosas pa’ motivar a los que llegan a trabajar la tierra directamente… Allí nosotros somos algo así como la bujía inspiradora de los trabajos difíciles», explicó.

Y como para no quedarse en la ventolera de las generalidades, puso sobre la mesa del debate algunos frutos: «El promedio de salario del año pasado ascendió a más de 35 pesos diarios. El mío fue de 40,52. Nos dan diez libras de carne de puerco mensuales, a tres pesos; el arroz y los frijoles del año. Nos dan las viandas; un litro de leche diaria a precio módico. To’ eso… Pero caballero’, pa’ ganárselo no es fácil. Hay que trabajar duro. Veinticuatro días al mes»…

Con los aplausos a Yaidel y el calor de las otras intervenciones quedó claro el brío de la asamblea de balance de Villa Clara. Porque el IX Congreso de la UJC, para estos jóvenes, ha implicado miradas hacia cada uno, para ver cómo asume la vanguardia en su pedacito.

Así lo explicó Yoel Pérez García, primer secretario saliente de la organización en el territorio, quien centró su informe, más que en los méritos del trabajo juvenil, en las críticas y desafíos que tienen ante sí los más nuevos.

La necesidad de incrementar la preparación de los cuadros; la atención oportuna a las inquietudes en las universidades y centros de salud, y el crecimiento de los espacios de debate ideológico, son asignaturas para el trabajo cotidiano de la UJC, enfatizó.

La ruta de los porqués

Mayrelis Valera Martínez, de la Empresa Electroquímica de Sagua, refirió cómo en su centro habían creado «activos de productividad» para constantemente evaluar la eficiencia del trabajo. En cuanto a la labor con los jóvenes no militantes del centro, contó que varios de ellos no querían entrar a las filas de la UJC…

«¿Por qué?», le preguntó el miembro del Buró Político y primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, José Ramón Machado Ventura. Y seguidamente argumentó que en lo que les dicen a estos jóvenes, en la forma en que los atraen a las filas militantes y, sobre todo, en el ejemplo cotidiano que ven en los de la UJC, está el camino para incorporarlos a la organización.

Siguiendo esta ruta analítica, y teniendo en cuenta las urgencias de ahorro imperantes, Víctor Manuel Medina, presidente de la FEU en el hospital provincial Arnaldo Milián Castro, invitó a buscar las causas de los asuntos. Si hay necesidad de economizar jeringuillas plásticas y todo el mundo quiere inyectarse con ellas, lo que debemos es preguntarnos por qué. ¿Qué pasa con la esterilización de las de cristal? ¿Cómo se controla la calidad?

El maltrato a la población —añadió la enfermera Ismaray Roche, del policlínico Octavio de la Concepción, en Camajuaní— no es solo cuando no se realiza un buen examen físico o se da una respuesta brusca; también cuando por conversar o resolver un asunto personal se hace esperar a las personas. Y ahí debe estar la mirada y la crítica enérgica de un joven comunista.

Encontrar formas dinámicas

En cuanto al trabajo educativo, otro de los puntos debatidos, el profesor Yorny Ávila Fernández, del preuniversitario pedagógico de Manicaragua, evocó las iniciativas de su centro para revertir las dificultades.

Hay que buscar formas dinámicas para que los estudiantes se acerquen al conocimiento, destacó. Y ejemplificó la labor de apadrinamiento que cada miembro de la UJC desarrolla con muchachos que tengan problemas docentes.

En torno a esto Maikel Seijo, maestro de la secundaria básica Abel Santamaría Cuadrado, de Encrucijada, enfatizó que los comités de base en cada centro educacional no existen para autocomplacencia de sus integrantes, sino para encontrar alternativas a las complejidades.

La miembro del Secretariado del Comité Central del Partido Olga Lidia Tapia Iglesias, apuntó que si bien hoy es estratégico para el país producir alimentos, también lo es lograr la continuidad de estudios, la persuasión de alumnos y padres y la formación vocacional.

En la medida en que seamos ejemplo en nuestros centros podremos ser vanguardia para los otros jóvenes, resumió Liudmila Álamo Dueñas, primera secretaria del Comité Nacional de la UJC.

La militancia villaclareña eligió el nuevo Comité Provincial de la UJC y su Buró. Como primera secretaria tienen ahora a Dilky Ponce Expósito. El plenario reconoció el trabajo de Yoel Pérez García y lo exhortó a continuar con buen paso en sus nuevas tareas.

«Seis a dos», dijo Machado Ventura casi al cierre de la reunión, refiriéndose al estado del juego de pelota que se efectuaba en el estadio Julio César Sandino. Las risas y aplausos del auditorio también indicaban buen marcador.

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