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CAMAGÜEY.— Un nuevo diseño de motobombas de dos pistones, con mucha más potencia que las usadas tradicionalmente por los tabacaleros, se probó con éxito en los laboratorios de la fábrica de bombas de agua Alejandro Arias, única de su tipo en Cuba.
Según los fabricantes, la maquinaria, denominada AMS 50-200, puede asimilar hasta 60-70 metros de carga e impulsar más de 12 litros por segundo.
Este modelo agramontino es ideal —aseguran los expertos— para los productores de tabaco ubicados en las alturas, quienes deben adquirir el agua desde la loma donde están los sembradíos.
El diseño transitó por la fase de prototipo, serie cero, y después de vencer la prueba a partir de este mes deben salir las primeras cien unidades al mercado.
De acuerdo con el ingeniero Guillermo Piñeiro Libera, director del enclave fabril, los tabacaleros —sus mejores clientes desde hace más de dos décadas— experimentan de forma habitual y de conjunto con ellos nuevas prestaciones.
Esta vez debieron esperar alrededor de seis meses para la concreción del diseño de la motobomba, pues la elaboración de la plantilla es un trabajo muy acucioso; el oficio de plantillero no abunda en Cuba y reclama elevada profesionalidad.
La Alejandro Arias forma parte hoy de la Empresa Industrial de Riego, creada en 2015 con el objetivo de unificar a varias plantas distribuidas por todo el país, cuyos renglones fundamentales son garantizar el agua en la agricultura y en los servicios sociales e industriales.
