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Refuerzan protección del manatí en bahía de Nazábal

La pesca con redes quedó prohibida para las embarcaciones en la bahía de Nazábal, una de las áreas marítimas del municipio de Encrucijada, Villa Clara

Autor:

René Tamayo León

La pesca con redes quedó prohibida para las embarcaciones en la bahía de Nazábal, una de las áreas marítimas del municipio de Encrucijada, Villa Clara, donde desde inicios de siglo se han reportado numerosas muertes de ejemplares de la especie Trichechus manatus (manatí), considerada «en peligro» o «amenazada» en el país.

El fallo se suma a las numerosas medidas que se han adoptado a través de los años por las autoridades cubanas para proteger la especie tenida en situación de peligro en Nazábal (archipiélago Sabana-Camagüey), donde solo entre 2001 y agosto de 2016 se habían reportado 29 muertes.

A partir de ahora solo seis embarcaciones de la Empresa Pesquera Industrial de Caibarién (Epicai) podrán operar en la zona, los datos de las cuales están descritos en la Resolución No. 133 de 2017 del Ministerio de la Industria Alimentaria.

Según se consigna en ese mismo texto, la medida que entró en vigor con su publicación en la Gaceta Oficial No. 36 Ordinaria de 23 de noviembre de 2017 (en www.gacetaoficial.gob.cu) fija que las seis embarcaciones autorizadas solo podrán emplear en la bahía de Nazábal chinchorro de boliche, no podrán coincidir en faena de pesca en la zona, y la autorización de pesca solo será efectiva entre mayo y octubre.

Las regulaciones encaminadas a la protección del manatí, explica la resolución, están regidas por los principios planteados en el Código de Conducta para la Pesca Responsable.

Dos colegas nuestros, Orfilio Peláez, de Granma, y Nelson García Santos, de JR, han dado a lo largo de los años un acucioso seguimiento a la protección del manatí en Cuba.

El reporte reciente más enjundioso al respecto lo hacía en agosto de 2016 García Santos, precisamente en la bahía de Nazábal. Desde hace años en las páginas de JR —escribía— se alerta del fenómeno de las muertes del mamífero en esa zona, donde «en vez de bajar las cifras, se han disparado».

Eddy García Alfonso, especialista en mamíferos marinos del Refugio de Fauna Lanzanillo-Pajonal-Fragoso, que fue la fuente que utilizó entonces el «viejo» reportero villaclareño, enfatizaba que como si eso fuera poco, en mayo de 2016 «se encontró un cementerio de esos animales —que son herbívoros— en la playa Jaquete, con osamentas correspondientes a nueve ejemplares de esta especie».

«Todas las muertes ocurridas hasta ahora, la mayoría de animales adultos, fueron documentadas, es decir, cada una ha sido comprobada. Esta zona tiene el triste récord de ser la de mayor mortalidad de la especie en el país», precisaba más adelante el especialista.

«La causa principal de las muertes resulta la pesca furtiva y el uso de chinchorros de arrastre que, aunque están prohibidos, continúan utilizándose», subrayaba el experto.

«En el arte de pesca del chinchorro quedan atrapados los mamíferos y pueden ahogarse si no salen a respirar a la superficie, o luego de capturados resultan rematados».

Lamentablemente —decía entonces nuestro colega—, en la bahía de Nazábal ha disminuido la población de manatí, según confirman el monitoreo en el área y las encuestas realizadas a los pescadores, quienes notan también la ausencia de la especie en lugares donde antes se le veía.

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