Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Emisarios de la proeza de un país

Con profunda satisfacción, se recibió la tarde de este sábado a la primera parte de la Brigada Henry Reeve que laboró durante poco más de un año en la República de Sudáfrica

Autor:

Santiago Jerez Mustelier

El intenso calor de La Habana abrazaba la Terminal 5 del Aeropuerto Internacional José Martí. Eran las 2 y 53 de la tarde del sábado. Desde la pista se divisó un vuelo de la aerolínea Air France. En él volvieron a suelo patrio veinte miembros de la Brigada Henry Reeve (184 colaboradores en total; 164 se mantienen allá), quienes arribaron de Sudáfrica, luego de estar en porfía contra la epidemia que aún tiene en vilo al mundo.

En medio de la ajetreada agenda de chequeo al enfrentamiento a la COVID-19, el Presidente de la República, reunido desde el Grupo Temporal de Trabajo, agradeció, en un sentido y corto mensaje audiovisual, el desempeño de los cooperantes. «Con toda satisfacción recibimos a la Brigada Henry Reeve que regresa hoy, después de más de un año de trabajo intenso y con resultados, de la República de Sudáfrica. ¡Bienvenidos a la Patria!», les dijo el dignatario.

Al asir con emoción en sus manos las banderas cubanas y de la tierra de Mandela, los brigadistas traslucieron la comunión y el trabajo integrado que los equipos de ambas naciones tuvieron en los periodos más intensos de contagio, al servicio del Departamento Nacional de Salud de ese hermano país y en la atención a pacientes en zonas rojas, centros de aislamiento; además de laborar en la capacitación, la coordinación logística, el análisis de datos y la gestión de la información.

 «Llegamos allí y vimos hospitales a tope, muchos fallecidos, pero nuestro personal actuó de conjunto con el sudafricano en todo momento, lo más difícil en la comunicación fueron los dialectos; ellos quedaron muy agradecidos y no deseaban que nos fuéramos», apuntó Ernesto Ramírez, bioestadístico avileño.

                                                                                                                                Fotos: Roberto Suárez

Una doctora granmense, Yaquelín Piñeiro, contrajo el SARS-Cov2 en sus formas graves, mas recibió el cariño y los cuidados de sus compañeros, quienes han atendido cerca de 239 411 pacientes y han salvado 1 423 pacientes. «Esta fue una experiencia única, y el trabajo fue muy fuerte. Ahora aplicaré lo aprehendido y mis esfuerzos se concentrarán en el apoyo al Sistema de Salud nuestro para vencer esta enfermedad».

Por su parte, Diego Hernández, de Sancti Spíritus, asumió la compleja faena de insuflar vitalidad al equipamiento médico de terapia intensiva para el tratamiento a enfermos del coronavirus. «Pusimos 3174 equipos a punto, entre ellos ventiladores pulmonares; estos eran de los más sensibles y también de los que más precaución debíamos tener al reparar, pues eran altamente infecciosos.  

                                                                                                                                        Foto: Roberto Suárez

«Los sudafricanos siempre agradecían a Fidel, al pueblo, y se preguntaban cómo Cuba, siendo un país tan pequeño, podía lograr esa proeza de solidaridad y apoyo», confesó el galeno. Quizás la mejor respuesta a la interrogante está en el signo de vida de este país: « ¡Médicos y no bombas!».

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