Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

La historia de la Gallega no se apaga

En el último adiós a la combatiente del legendario pelotón femenino de Las Marianas hubo ofrendas florales del General de Ejército Raúl Castro Ruz, líder de la Revolución Cubana, y del Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez

Autor:

Osviel Castro Medel

BAYAMO, Granma.—  Pocos la llamaban por su nombre, casi todos la conocían por la Gallega. Muchos sabían de su extraordinaria trayectoria, aunque ella era reacia a hablar de sus méritos indiscutibles, tejidos desde que, con apenas 15 primaveras, se sumó al pelotón rebelde de Las Marianas, creado por iniciativa de Fidel y de Celia, y que tuvo su bautismo de fuego en el combate de Cerro Pelado (27 de septiembre de 1958).

Edemis Tamayo Núñez, mujer sencilla y de palabra diáfana, iba a cumplir 79 años el próximo 1ro. de febrero, pero las enfermedades, que hacían mella hace rato en su anatomía, apagaron su vida en el segundo día de este 2022. Apagaron su existencia física, pero no su historia, que comenzó en el barrio rural de Zarzal, ubicado en el actual municipio granmense de Bartolomé Masó.

No vivía de «la fama», ni miraba por encima del hombro a sus semejantes, ni se daba en el pecho por haber estado a las órdenes del Líder de la Revolución o del Comandante Eddy Suñol.

Bayamo, la tierra donde quiso asentarse desde hace mucho tiempo, le dio un sentido abrazo de despedida. Y en ese homenaje póstumo estuvieron las ofrendas florales del General de Ejército Raúl Castro Ruz y de Miguel Díaz-Canel, Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República de Cuba.

Reconocidos hijos de Granma le rindieron guardia de honor en la funeraria de la Ciudad Monumento, incluyendo  a Fidencio González Peraza, Héroe de la República de Cuba, Juan Ricardo Santiesteban, Héroe del Trabajo, y Federico Hernández Hernández, primer secretario del Partido en Granma.

En el adiós postrero, siempre triste, algunos recordaban cómo la Gallega  estuvo en distintos frentes de batalla después del triunfo revolucionario: en una comisión creada para atender víctimas de guerra, en la creación de hospitales rurales, la fundación del Poder Popular, en el Ministerio de la Agricultura y la Federación de Mujeres Cubanas.

Tenía una especial conexión con los jóvenes, a quienes les aconsejaba en cada momento recordar cómo surgió la nación cubana y las oportunidades que brindó la Revolución a quienes, como ella, eran personas desesperanzadas antes de 1959.

«Ustedes, los jóvenes, nunca pueden traicionar los esfuerzos, heridas y hasta muertes de miles de personas que dedicaron su vida a construir esta nación de éxitos y esperanzas», había dicho en una entrevista, cuando tenía 75 años.

La última distinción ―entre muchísimas― que recibió, en noviembre de 2020, fue precisamente el premio Abdala, del movimiento juvenil martiano en la provincia, y no pudo ir a recibirlo entonces, pero no dejó de expresar su orgullo, porque todo lo vinculado al Héroe Nacional le llenaba el alma de placer.

Fidelista hasta la médula, incansable en cada tarea, optimista sin par, La Gallega seguirá inspirando a otras Marianas de estos y otros tiempos.

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