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Esa también es la mía

Acercarse a las propuestas del proyecto del Código de las Familias desde una visión integradora permite identificar múltiples situaciones cotidianas que suceden  al interior de los hogares, y que hasta el momento no todos tienen respaldo legal

Autor:

Monica Lezcano Lavandera

Cada familia tiene sus propias dinámicas y modos de asumir la cotidianidad. No se pueden «copiar» recetas de modelos, pues las realidades no son las mismas, aunque seamos todos cubanos y llevemos en las venas esa idiosincrasia tan rica que nos distingue. Por eso el proyecto del Código de las Familias se encarga de que se vean reflejadas todas las maneras de asociarse y de dar amor.

El texto lleva en sí la inclusión, el respeto y el reconocimiento del derecho de todas las personas. No solo se enfoca en algún que otro punto que se comenta en las redes sociales o que anda de boca en boca en los barrios y centros de trabajo.

¿Cuántas mujeres conocemos que llevan toda la carga doméstica? ¿Cuántos tenemos algún miembro de la familia en el exterior que participa e influye en las dinámicas internas del hogar? ¿A cuántos nos preocupan los derechos de los ancianos, en un país tan envejecido? Eso también está en el Código.

Niuva Ávila Vargas, socióloga y profesora auxiliar de la Universidad de La Habana. Foto: Cortesía de la entrevistada.

Para la Doctora en Ciencias Sociológicas Niuva Ávila Vargas, socióloga y profesora auxiliar del departamento de Sociología de la Universidad de La Habana, todos estamos reconocidos en el código de alguna manera porque somos hijos, padres, hermanos, cónyuges… «Existe una gama tan amplia de fenómenos y de momentos familiares recogidos allí que resulta de vital importancia que las personas lo estudien y comprendan el porqué de su necesidad».

Este proyecto habla de los niños, los adolescentes, del rol de la mujer en el hogar, del reconocimiento al trabajo doméstico no remunerado y las posibilidades que se le da a esa mujer que no recibe un salario por ese trabajo, tan importante para la reproducción familiar, indica la especialista, quien otorga relevancia al análisis que merece la sobrecarga que tienen las mujeres dentro del hogar.

«Asimismo, el Código visibiliza temas de violencia que tanto afectan diariamente y por los cuales se ha luchado durante años. Temas que abarcan desde la violencia basada en género y la patrimonial, hasta la relacionada con temas generacionales, significan ganancias que se tienen respecto al otro Código, teniendo en cuenta que en estos 40 años la familia cubana se ha movido hacia una diferente», precisa.

La socióloga pone el claro ejemplo de cómo influyen las migraciones en las familias, debido a los cambios acontecidos tanto en políticas migratorias como en adelantos tecnológicos. «Ya no es como hace años, que cuando una persona salía del país perdía casi todo el contacto con los suyos», aclara, al referirse a esos padres y madres que salen del país por diversas causas y que dejan a los hijos al cuidado de los abuelos u otras personas allegadas, o a las parejas que se mantienen juntas a pesar de estar en diferentes naciones, o los tantos ejemplos que hoy tenemos de familias transnacionales.

«Las dinámicas familiares se mantienen en estos casos. Esos miembros de la familia no solo aportan económicamente, sino que mantiene el vínculo afectivo, están presentes a la hora de realizar tareas, en partos y graduaciones, y se les tiene en cuenta al tomar decisiones cotidianas», explica Ávila Vargas, quien asegura que todos esos casos encuentran un respaldo en el proyecto del Código.

Precisamente, en esa riqueza y diversidad es en la que se debe profundizar a la hora del estudio. Si bien el Código es un marco regulatorio que tiene ciertos tecnicismos por constituir una expresión jurídica, existen formas para aclarar las dudas de la población, ya sea en las consultas populares, mediante las vías electrónicas o por los medios de comunicación.

«Es importante que la población sepa identificar los derechos que están incluidos en el texto y quizá no se tiene el conocimiento de que existen», agrega la Doctora en Ciencias Sociológicas, para quien las propuestas de este documento además tienen que verse reflejadas en otras leyes y políticas nacionales.

Escudriñar en las letras de este proyecto, ya sea en la web, en papel, en aplicaciones móviles u otras alternativas que van surgiendo de la creatividad de las personas, es la clave para formar criterios y opiniones propias, sin manipulaciones ni apatías. En ese proceso seguro que encontraremos opciones que igualmente se adapten a nuestros casos particulares.

 

 

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