Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Cambiar la imagen del terruño

Un joven emprendedor pinero habla de sus orígenes, sueños y perspectivas como arquitecto  en el nuevo escenario económico cubano 

 

Autor:

Roberto Díaz Martorell

NUEVA GERONA, Isla de la Juventud.— Cuando en 2011 Yoandy Delgado Aguilar se graduó como arquitecto, se le despertó también la necesidad de diseñar y construir la mejor de las imágenes para su terruño y su vida.

Este joven, que se considera un pinero apasionado, cuenta que la decisión de ser arquitecto nació desde la necesidad familiar de mejorar el estado de su vivienda.

«En mis recuerdos infantiles prevalece la idea de las constantes reparaciones a la casa y el tremendo sacrificio de mis padres por hacerlo con cualquier tipo de material: madera, tabla, zinc… Siempre me encantó participar de ese proceso en familia, y como me gustaba el dibujo, entonces vi mi carrera perfecta en la Arquitectura, ya que podría vincular ambas motivaciones: el diseño y la construcción.

«Cuando me gradué vine a cumplir el servicio social a Isla de la Juventud, en el Minint, como inversionista por dos años. Luego tuve la oportunidad de optar por una beca de diseño gráfico en Japón, me aprobaron y fui por un año.

«Allá tuve buenos resultados. Fue una experiencia renovadora, y aunque pude ejercer en cualquier parte del país y de otros lugares del mundo con mayores oportunidades profesionales, regresé a mi isla; en primer lugar porque me sentía en deuda con todo los años de estudio aquí. Por eso tengo como propósito cambiar la imagen del territorio y transformar la arquitectura urbana local hacia formas más atractivas por su visualidad.

«A mi regreso de Japón me incorporé a la Empresa de Proyectos, en la que pude volcar todos los conocimientos que obtuve en diseño gráfico e incorporar 3D y animación a los proyectos. Ahí tuve muchas oportunidades de trabajo, gracias a Aloima Noa Scochny, su directora, quien me dio luz verde para crear.

«No se trataba de hacer una arquitectura vanguardista ni del Primer Mundo, porque es imposible a partir de la no existencia de ese mercado, pero sí la posibilidad de hacer cosas novedosas con lo que tenemos, hacerlo diferente y con calidad. Esa siempre ha sido la base de mi trabajo.

«En esa empresa estuve casi seis años y tuve muchas buenas experiencias. Algunos proyectos no se realizaron por diferentes causas, pero un pequeño porciento si tuvo un final feliz.

«Entonces decidí migrar del sector estatal al de Trabajador por Cuenta Propia (TCP), para poder ejecutar las obras que proyecto. Creé mi propio equipo de construcción y ahora damos todo tipo de soluciones, desde el diseño hasta la terminación.

«Somos dos ingenieros civiles y dos arquitectos que tuvimos la misma inquietud de crear algo diferente. Participamos en reuniones de la Unaic y veíamos a personas que no tienen formación profesional, pero estaban al frente de obras, y no es que no pudieran hacerlo si tienen la voluntad y se apropian del conocimiento, está bien, pero la mayoría de las veces no es el caso.

«Reconozco, en primer lugar, que hay TCP que aunque no cuentan con esos atributos tienen ganas de avanzar y se asesoran, pero otros no, y se dedican a dar soluciones sin conocimiento de la economía de la construcción, lo que al final afecta la calidad de la obra. 

«En ese sentido se han hecho barbaridades en cuanto a diseño, mal uso de materiales, soluciones que al momento parecen bonitas, pero con el tiempo se descascaran o se caen… Todo parte de la aprobación de un inversionista, y si este tampoco tiene el conocimiento, no funciona la fórmula.

«Cuando creamos el grupo nos rodeamos de buenos albañiles, carpinteros, ayudantes, que conocieran el oficio y tuvieran disciplina y buena actitud ante el trabajo. Con eso y una dirección colegiada, todo fluye.

«Lo otro fue garantizar desde la inversión el aseguramiento material en equipos y en atención a los trabajadores para acometer las obras. Eso mejora la eficiencia, la rapidez de ejecución y la calidad.

 «Nos iniciamos en octubre de 2021 como TCP y nuestro principal mercado ahora es el institucional. Hasta el momento, las relaciones con las empresas son muy buenas, en primer lugar porque nos promocionamos como “faisán de la India” y al final servimos “faisán de la India” de verdad: toda la documentación que presentamos es lícita, tenemos un contrato robusto y claro, y hasta ahora hay muy buenas experiencias con las empresas con que hemos trabajado: Etecsa, Radio Cuba y Vialidad.

 «Nos gusta participar en licitaciones también, presentar diseños en consecuencia con la necesidad de la empresa y ganarlas a base de proyectos de calidad con soluciones adecuadas y buenos contratos. Ese modo de trabajar nos ha permitido llegar a acuerdos con esas entidades, y ellos terminan contentos y nosotros igualmente.

«Ahora se está abriendo una oportunidad con la empresa agroindustrial y así vamos caminando… aunque hemos tenido que rechazar trabajos por la capacidad constructiva, ya que como TCP no podemos contratar a más personal.

«Ya hace más de un mes presentamos la documentación para crear la mipyme Umbral Construcciones, y lo primero que nos motivó fue la parte contractual, las facilidades que ofrece con las empresas suministradoras y comercializadoras de materiales de la construcción, equipamiento y otros insumos, no solo en el territorio, sino también en el resto del país y hasta importados, porque como TCP tienes que esperar a que la empresa contrate y ahora hasta podemos contratar a más personal y asumir los gastos con el mecanismo administrativo propio.

«Además, es cierto que hay empresas que ejecutan inversiones solo con otras empresas y no con TCP, y esa es una de las limitaciones. Pero el principal obstáculo que hemos sentido es el estigma que hay contra los TCP; se ha creado una nata de opiniones negativas por casos de corrupción, soborno, etcétera, que han empañado la imagen del cuentapropismo, aun cuando existen buenas experiencias también.

 «Hemos chocado mucho con ese problema, pero cuando nos sentamos y presentamos los proyectos, la experiencia y cómo trabajamos, logramos convencer y entonces las cosas cambian.

«Lo otro es la falta de mercado mayorista de suministro para la construcción. Por la volatilidad de los precios de los recursos a veces resulta muy costoso gestionarlos. En ocasiones tienes que parar una obra y esas son familias que se afectan si se para el trabajo.

«Ahora estamos a la espera de la aprobación de la mipyme, y las perspectivas que tenemos es que Umbral Construcciones se convierta en un proyecto de vida, además de que sea la empresa más buscada en el territorio para trabajar».

El futuro grupo Umbral Construcciones ejecuta la edificación de un minipunto de venta y gestión de Etecsa. Fotos: Roberto Díaz Martorell

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