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Díaz-Canel: «Nuestro horizonte sigue siendo socialista»

El Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, clausuró este sábado en la tarde el  XXII Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros que durante tres días sesionó en La Habana

Autor:

Alina Perera Robbio

De muy reconfortante calificó en la tarde de este sábado, en la jornada de clausura, el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, al XXII Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros que durante tres días sesionó en La Habana.

Desde el capitalino Palacio de las Convenciones el Jefe de Estado expresó a quienes han confluido para reflexionar sobre luchas comunes: «Aquí estamos, soñando y haciendo; sobre todo intentando que se haga posible lo imposible. Es decir, haciendo lo que los enemigos del socialismo y por tanto del progreso humano dijeron que era imposible, desde que las ideas de Marx, Engels y el Manifiesto Comunista aparecieron para movilizar a los explotados y aterrar a los explotadores».

Ante 145 delegados de 77 partidos políticos de filiación comunista y obrera, procedentes de 60 países, el mandatario enfatizó en que «la certeza de que un mundo mejor es posible no ha llegado por manuales», y que tal obra «se ha ido confirmando en el camino de la construcción socialista y con cada partido que encontramos con ideales comunes en la lucha infatigable por la emancipación humana y la justicia social».

El Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba afirmó a los hermanos de lucha: «Nuestro horizonte sigue siendo socialista, incluso después de la trágica desaparición del campo socialista en Europa y la desintegración de la Unión Soviética y a pesar de las feroces campañas anticomunistas que los poderes del capitalismo transnacional han convertido en dogma del pensamiento único, a través de poderosos medios de alcance global».

Sobre la bloqueada Isla del Caribe; sobre la gratitud a todos los que confiaron en el Partido Comunista de Cuba para que se organizara el XXII Encuentro; acerca de la necesaria concertación de esfuerzos; acerca del Marxismo como ciencia, y de la confirmación de toda teoría a través de la praxis disertó el dignatario en sus palabras de clausura, quien además hizo referencia al valor de la Declaración Final y del Plan de Acción aprobados en la reunión de los militantes comunistas y obreros.

Frente a la lógica imperial, Díaz-Canel propuso poner «como espada y escudo de los pueblos, los valores y principios que compartimos y nos unen, que constituyen referentes éticos y morales, como son la igualdad, la equidad y la justicia social; la democracia revolucionaria y socialista, cuyo carácter popular y participativo debemos profundizar; la solidaridad, desde una práctica auténtica, respetuosa y complementaria; y la unidad, primero a lo interno y, luego, con otros partidos políticos, organizaciones y movimientos sociales y populares, comenzando en nuestros países y luego en el ámbito regional e internacional».

En otro momento de sus ideas, el Jefe de Estado enunció: «Desterremos el personalismo, la división y el sectarismo, prácticas que profundizan las diferencias, exacerban la desconfianza y quiebran los consensos y favorecen al imperialismo. La división siempre favorecerá los intereses de las fuerzas que representan al capital financiero internacional, a la contrarrevolución y al imperialismo.

«Compartimos un deber ineludible: la formación de las organizaciones políticas juveniles que, a su vez, deben dirigir el trabajo hacia colectivos amplios y plurales, seriamente impactados hoy por la enajenación y la despolitización».

Cuba, dijo el mandatario, «reitera su vocación profundamente humanista y solidaria con los pueblos hermanos que, fieles a su historia de lucha, resisten y construyen en cualquier parte del mundo». Hacia el final de sus palabras el Presidente cubano resaltó: «Ningún obstáculo  será suficiente para mellar nuestra determinación de resistir, luchar y vencer. «Contar con el apoyo de ustedes en esa batalla, nos estimula y alienta. Ustedes también podrán contar siempre con Cuba y con su Revolución».

En una tarde que desde la presidencia contó también con el miembro del Buró Político y Secretario de Organización del Comité Central del Partido, Roberto Morales Ojeda, así como con otros miembros del Secretariado, el vicejefe del Departamento de Relaciones Internacionales del Comité Central, Ángel Arzuaga Reyes, hizo un recuento de lo acontecido en tres días de reflexiones: Se debatió, dijo, sobre las diversas circunstancias de todas las fuerzas reunidas; y se fue buscando «todo aquello que nos une y que nos da la posibilidad de poder trabajar» para el XXIII Encuentro, con una Declaración Final y un Plan de Acción común.

Entre otros logros, se aprobó la Declaración Final, «en un contexto internacional, detalló Ángel Arzuaga, particularmente complejo, difícil, y desafiante». De igual manera se aprobó un plan de acción en «nuestra lucha común contra el imperialismo, por la necesaria paz y la justicia social». Se antepuso lo que nos une, hizo hincapié Arzuaga al referirse a una reunión donde la emancipación del ser humano y el Hombre como hermano del Hombre, esa antítesis de la lógica imperial, motivó a todas las voluntades.

Ante 145 delegados de más de 70 partidos políticos de filiación comunista y obrera, procedentes de 60 países, el mandatario reiteró que «ningún obstáculo será suficiente para mellar nuestra determinación de resistir, luchar y vencer». FOTOS: Maykel Espinosa Rodríguez

 

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