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La alegría que regresa

El paso de Ian dejó a Pinar del Río en muy mal estado, pero poco a poco el trabajo de su gente y la ayuda de otras provincias ha ido consiguiendo revertir la situación de lugares como el círculo infantil Futura Generación

Autores:

Monica Lezcano Lavandera
Enio Echezábal Acosta

El círculo infantil Futura Generación, espacio que diariamente se convierte en el segundo hogar de más de 200 niños de San Luis, fue uno de los sitios más golpeados por la fuerza destructiva de Ian.

Allí sufrieron sobre todo los techos y la carpintería de cada espacio, al punto de que solo en dos de ellos las ventanas y puertas pudieron aguantar los vientos huracanados, por lo cual el estado general del lugar era terrible la mañana siguiente a la catástrofe.

Hasta ese sitio llegó Juventud Rebelde para conocer de la recuperación del centro, en donde desde hace semanas laboran trabajadores y también una brigada solidaria de BioCubaFarma que asumió la tarea de devolverle su brillo al círculo para dejarlo mejor que antes.

«Tuvimos la suerte de que una brigada solidaria de BioCubaFarma asumió la tarea de reparar el círculo. Aportaron materiales y personal de calidad que ha ido devolviéndole la vida a la instalación, la cual ahora luce como hacía tiempo no se veía», comentó Misalys Cruz, metodóloga municipal de Educación Prescolar.

Desde su llegada, la tropa de entusiastas que labora allí hasta la caída del sol, ha logrado devolver el estado óptimo a la electricidad y a elementos de albañilería. Por si fuera poco, repusieron todas las ventanas, realizaron nuevamente toda la jardinería, pintaron las áreas, sustituyeron luminarias por nuevas, repararon la cerca perimetral y donaron también mesas y sillas para el salón de alumnos de prescolar.

Osvaldo Giménez, trabajador de Servigen, fue la persona designada para trasladarse hasta San Luis en representación de BioCubaFarma y conducir las obras de reparación.

«Se nos encargó la tarea de, en cuestión de días, terminar el círculo, para lo cual nos entregaron una serie de recursos que nos permitieran arreglar la carpintería, la pintura de locales y exterior, para de esta forma darle una mejor imagen al lugar. Además, se avitualló la cocina con varios insumos y trajimos materiales didácticos, mesas y sillas para que les sirvan a los niños en sus salones», comentó Giménez a nuestro diario.

Ubicados en el municipio pinareño desde el jueves 20 de octubre, Osvaldo y sus compañeros se «mudaron» para allá con la intención de estar a pie de obra desde muy temprano y concluir su misión lo antes posible. «Dormimos aquí diariamente y hasta que no terminemos no nos vamos», concluyó.

Por su parte, Orestes Portela, de 26 años, es uno de los jóvenes de BioCubaFarma que se encargó de pintar esta instalación educativa. «Le estamos poniendo mucha fuerza para que todo quede bien y los niños puedan incorporarse pronto a su vida normal».

A pesar de la distancia de tantos días con su familia, Portela reconoce que si bien la extraña, esta responsabilidad es lo principal ahora mismo.

«La gente es muy hospitalaria y buena. Nos han atendido como si nos conocieran de toda la vida desde que llegamos. Estar aquí significa mucho y poder ser parte de la ayuda en este momento tan difícil es algo que me da mucha satisfacción», reveló Orestes.

El sector no estatal también aportó lo suyo para levantar nuevamente a Futura Generación. Luis Enrique Bernal, trabajador de la mipyme Jope, contó a JR de lo que le había tocado hacer a él y su equipo, quienes desde el inicio tuvieron claro que había que darlo todo para poder garantizar que esos pequeños tuvieran su segunda casa lista cuanto antes.

«Fuimos convocados por BioCubaFarma para venir no solo a dar mantenimiento, sino más bien para ejecutar una reparación capital que ha incluido jardinería, hidráulica, pintura, iluminación, entre otras cosas», relató Bernal.

Mileydis Ramírez, educadora del círculo infantil, ha estado también involucrada en el proceso de recuperación desde el primer día. «Fue doloroso ver todo destruido o deteriorado. Perdimos materiales, expedientes y otras cosas que usábamos en nuestro trabajo.

«Además, muchos de nosotros también sufrimos afectaciones en los hogares. Sin embargo, al día siguiente al ciclón vinimos para acá y desde ese momento hemos estado trabajando para reabrir pronto y darles la bienvenida a los niños y sus familias».

Tras poco más de dos semanas de sacrificio y muy poco descanso, el pasado 28 de octubre fue reinaugurado Futura Generación. Ese día, en homenaje a Camilo Cienfuegos, el Señor de la Vanguardia, el centro exhibió una imagen que desde hacía largo tiempo no se le veía.

No obstante, lo más notable de este segundo «nacimiento» fue la llegada de la tropa de muchachos que nuevamente llenarán cada área de esta institución con sus sonrisas, juegos y travesuras, todo ello gracias a gente que decidió ofrecer su sudor y su tiempo para tender la mano a otros cubanos necesitados.

El huracán dejó severos daños en la instalación.

 

El amor y el esfuerzo mancomunado de BioCubaFarma, trabajadores del círculo y familiares de los niños contribuyeron a obrar la maravilla que ya disfrutan. Fotos: Maykel Espinosa Rodríguez

 

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