Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Desayuno (de la serie Vocablos olvidados)

La palabra desayuno tiene un alcance semántico muy relacionado con la familia

Autor:

JAPE

MI amigo Floro, que como saben es un eterno investigador y defensor del patrimonio y la cultura cubanos, continúa trabajando en el rescate de una serie de palabras que ha nombrado Vocablos olvidados.

En esta ocasión mi eterno cofrade nos recuerda el sustantivo desayuno, que se deriva del verbo desayunar. Entre ambas palabras existe una relación de dependencia inquebrantable porque sin desayuno no se puede desayunar y, por ende, se extiende la ayuna hasta que aparezca alguna meriendita (palabra que ya hemos estudiado) a media mañana o lleguemos al (des) almuerzo. Pero, primero lo primero, y lo primero es el desayuno, a menos que tenga programado algún análisis médico o cirugía ambulatoria para ese día, y entonces sí que olvídate del desayuno.

Algunas culturas orientales, mejor dicho, asiáticas, para no entrar en el contrapunteo geográfico, apuntan que la alimentación humana debe estar regida por la siguiente regla: «desayunar como un rey, almorzar como un príncipe y comer (o cenar) como un mendigo». Ya sabemos que el hombre tiende a trastocar leyes, proverbios y máximas, al punto de que hay lugares donde no asumen esta sugerencia dietética y, simplemente, hay quienes realizan los tres actos alimenticios (desayunar, almorzar y comer) como reyes, mientras que otros lo realizan como… como pueden. Esto se nota a simple vista.

La palabra desayuno tiene un alcance semántico muy relacionado con la familia. Es la hora en que nos levantamos todos en casa y nos reunimos alrededor de la mesa, intercambiamos saludos, buenos deseos para el día y también algunos alimentos ligeros.

Es cierto que en algunas novelas brasileñas se les va la mano y vemos que el desayuno incluye queso, dulces, frutas, jugos… pero debe ser por una cuestión de idiosincrasia. Brasil es un país muy grande. Para un territorio pequeño es suficiente con café, leche y pan… bueno… en fin, tampoco hay que detenerse en estas cuestiones puramente geográficas.

El vocablo desayuno también tiene una connotación turística y marca la diferencia en el servicio hotelero. Desde tiempos remotos la reservación en un hotel, villa, pensión, hostal… incluía el desayuno en el costo de la habitación. Actualmente, esa oferta ha desaparecido y hay que revisar muy bien porque a veces el precio de la reservación no incluye, ni siquiera, la cama ni la camarera.

Queda entonces bien claro que, aunque esta palabra se encuentre entre los vocablos olvidados, el desayuno es la primera comida que se consume en el día. El nombre deriva del hecho de que uno no come mientras duerme, por lo que al levantarse se encuentra en ayunas, y se rompe entonces ese ayuno al tomar esa  primera comida (des-ayuno). Así lo notifica la Real Academia de la Lengua, pero creo que a pesar de que es cierto que nadie come mientras duerme, al menos sí podemos soñar que desayunamos como reyes y nos levantamos llenos.

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