Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

El XI Congreso con Juventud y rebeldías (+ Fotos)

En el proceso de asambleas del XI Congreso de la UPEC, Juventud Rebelde discutió los retos del escenario mediático actual de cara a las potencialidades con que cuenta el colectivo

Autor:

Enrique Milanés León

Si a menudo los informes se erigen en la parte más previsible de una reunión, Juventud Rebelde dio al suyo que recoge los últimos cinco años de trabajo de la UPEC allí un sello muy distintivo: tras la introducción y entre las acotaciones de la presidenta de base, tres subdirectores del periódico explicaron asuntos de su esfera de acción que, junto a otros, deciden los cambios que vienen en la prensa.

Es el proceso de asambleas del XI Congreso de la UPEC que, entre dilemas comunes, tiene rasgos particulares en cada medio. Juventud Rebelde discutió los retos del escenario mediático actual de cara a las potencialidades con que cuenta el colectivo.

Ante Ricardo Ronquillo Bello, presidente nacional de la UPEC y un interlocutor especial porque honró muchos años su plantilla, el diálogo fue enfático en la preocupación por las carencias de recursos humanos y materiales, decisivos ambos en los experimentos de gestión que, rumbo a un nuevo modelo de prensa para el socialismo, están por arrancar en el país.

Yurisander Guevara, subdirector de desarrollo, comentó que han incrementado los contenidos en redes y transformado las rutinas productivas con un nuevo flujo de trabajo, pero acotó que se requiere hacer mucho más para, entre otras cosas, rebasar la visión «impreso-centrista» que ha marcado por décadas la práctica del colectivo. Yurisander considera que urge un estudio sobre la viabilidad de nuestros medios de cara a las maneras en que las personas consumen información.

Ese propio peso en años es a la vez a tenor de lo dicho por el subdirector editorial Yoelvis Lázaro Moreno una fortaleza, en tanto presupone una marca posicionada en lectores y fuentes. Y una marca, escrito sea de paso, curtida en otros momentos complejos de la comunicación.


«Las debilidades —continuó Yoelvis— radican en la descapitalización de las redacciones, el éxodo de profesionales, la incapacidad del ordenamiento monetario para resolver las demandas económicas del sector, y las dificultades organizativas que dificultan los contactos directos y la articulación creativa entre las áreas y equipos».

El subdirector aprecia solo una amenaza, ¡pero vaya si es grande!: ha bajado la capacidad de competir por personal calificado contra nichos más atractivos en lo editorial y económico.

Las oportunidades del colectivo están en las capacidades de emplear a tiempo parcial, pagar mejor las (buenas) colaboraciones, conceder la opción del teletrabajo y cosechar clientes en los nichos de mercado de los muy diversos actores económicos.

Esas proyecciones son determinantes para el futuro de un colectivo que, junto con otros 15, se adentra en el experimento de gestión editorial y económica, pero que lo hace en un momento delicado en que ha perdido, según expuso su director, Yoerky Sánchez, más de un tercio de la tirada impresa, con severas afectaciones a sus ingresos.

En la segunda juventud de Juventud Rebelde se espera mucho y ya se sabe cuánto ha dado de la revista Opciones, una de las publicaciones de avanzada en asuntos de publicidad y otras prácticas comerciales, pero se sabe también la puja de ofertas en las que deberá lidiar.

Hacerlo bien les exige como señaló el subdirector editorial Norland Rosendo optimizar la plantilla. En ese sentido, proyectan adecuaciones internas que les permitan, en lugar de más con menos, hacer mejor con los mismos. Por otro lado, Norland sostiene que captar jóvenes periodistas requiere también un respaldo material priorizado centralmente a medios con una intensidad de trabajo que no da la atractiva oportunidad de «colaborar» mucho afuera.

Entre los asuntos que, en calidad de afiliada y presidenta de base ratificada junto con su ejecutivo, al final de la asamblea—, expuso Agnerys Rodríguez, estuvo el de las fuentes de información de las entidades públicas, varias de las cuales optan por suplantar, con escuetas notas en sus páginas institucionales, la información integral que solo un periodista puede producir y un medio formal publicar con rigor en forma y contenido.

Tal criterio se conecta con el de la periodista Margarita Barrios, preocupada ella por esta práctica que atenta contra los roles de los medios y que afecta incluso su credibilidad cuando deja al público con información incompleta o deficiente que espera y hasta exige ver firmada por periodistas.

La propia reportera puso el lamentable ejemplo de que la Universidad de La Habana le negara la entrada para entrevistar a estudiantes y se adjudicara la ponderación del «interés» informativo que tendría el tema que pretendía abordar.

Como en otros medios de prensa, en Juventud Rebelde tienen serias discrepancias con el vigente sistema de prácticas preprofesionales de estudiantes de la carrera en sus redacciones, insuficiente en tiempo, concentración y, por supuesto, en resultados.

En un periódico con ese nombre siempre se hablará de edades (formales o internas) y, sobre ello, el periodista José Alejandro Rodríguez compartió su angustia por el desequilibrio generacional que aprecia: «Hay una generación que se quedó sola, sin sedimento al lado», dijo.

El también Premio Nacional José Martí por la Obra de la Vida, llamó a «armar una rebambaramba» en el periódico y en nuestra prensa toda para detener el flujo de talentos hacia el periodismo no revolucionario y señaló que «no podemos dejar que nos quiten los temas. Hay que ser arriesgados».

También Premio José Martí por la Obra de la Vida, y emblema de Juventud Rebelde, Juana Carrasco afirmó que estamos haciendo una prensa tediosamente repetitiva: «¡Todos publicamos lo mismo en todas partes!», dijo antes de agregar que, mientras más relevante sea la noticia, más color propio debe darle cada publicación.

Juana Carrasco propuso el regreso de Juventud Rebelde a la radio y su incursión en la televisión, una práctica de hechura integral ya probada en tiempos del (¿otro?) período especial y que evitó la merma profesional de sus reporteros de prensa escrita mientras ofreció un nuevo nutriente comunicacional a las audiencias del audiovisual.



El periodista Jorge Alberto Piñero fue muy gráfico en su intervención: él ve al periódico como su casa, la misma que desea arreglar para cobijar a todas las generaciones, pero contrastó ese anhelo con la realidad de que no disponen de condiciones. «¿Es que no somos una misma prensa, en un mismo país…?», preguntó sobre la atención de todo tipo que requiere, por ejemplo, Juventud Rebelde.


De igual modo, apuntó a la nociva creencia, muy generalizada, por cierto, de que haciendo o replicando tuits se resuelve la comunicación de un asunto, cuando cualquier periodista sabe que ese sería, apenas, el comienzo: «¿Dónde quedan, para el público, los antecedentes, las ampliaciones, los detalles…?», preguntó.

En la parte alta del diálogo, Ricardo Ronquillo admitió la complejidad del panorama económico actual, pero no se anduvo por las ramas: «Tenemos dos salidas: apostar al modelo de dependencia institucional que ha regido hasta ahora o apostar a uno más independiente en todos los terrenos. La UPEC busca la construcción de un nuevo modelo de prensa pública para el socialismo».



El presidente nacional repasó una vez más los senderos, mecanismos, instrumentos legales, principios y beneficios de lo que proyectan la organización y el Gobierno cubano para el sector y afirmó que, si los problemas que enfrentamos son estructurales, estructural es también la solución que procuramos.

«El carácter industrial y el carácter político y simbólico de los medios no tienen que estar reñidos», señaló Ronquillo, quien convocó a los afiliados a defender la Ley de Comunicación y a comprometerse con los cambios: «Juventud Rebelde está en el experimento. ¡Pónganle todas sus energías!».

 

(Tomado de Cubaperiodistas)

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