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Villareña siempre joven

El gran desafío de la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas, que llega este miércoles a sus 70 años de fundada, es mantener el legado de Fidel, del Che y de todos los estudiantes, profesores y trabajadores que han dejado aquí su impronta

Autor:

Nelson García Santos

SANTA CLARA, Villa Clara.— Entre los momentos cumbres que atesora la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas (UCLV) se cuenta su relación estrecha con Fidel. Acá vino a vaticinar lo que parecían sueños sobre la ciencia que a la vuelta de los años afloraron tangibles.

En reiteradas ocasiones el líder histórico de la Revolución traspasó los umbrales de la prestigiosa institución para escuchar a profesores y estudiantes, y reiterar que el futuro de la Patria, como había definido ya, tenía que ser necesariamente de hombres de ciencia y  pensamiento, «porque lo que más estamos sembrando son oportunidades a la inteligencia».

Tribuna para concretar ese propósito ha sido la institución que naciera el 30 de noviembre de 1952 como universidad villareña, y llegó a convertirse en el principal centro de de la Educación Superior de la provincia de Villa Clara y uno de los más importantes de todo el país.

En marzo de 1959 Fidel inauguró la Biblioteca Central de la UCLV y años después dejó abierto aquí mismo el Instituto de Biotecnología de las Plantas (IBP), e impulsó el desarrollo del Centro de Bioactivos Químicos (CBQ). 

Gracias a su iniciativa se hizo la ciudad universitaria que se honra con el nombre de Abel Santamaría Cuadrado. Asimismo, anunció en marzo de 1959 que se iban a crear universidades en todo el país con los recursos necesarios para la formación de los profesionales que necesitaba la nación, y que estos debían ser capaces, competentes y al servicio de los intereses del nuevo proyecto que se gestaba en Cuba.

La Doctora en Ciencias Sicológicas Osana Molerio Pérez, rectora de la UCLV, ha recordado también la ocasión en que el Comandante en Jefe recorrió el campus para hacer una beca, que llevaba consigo la idea de un proyecto social que abría las puertas a todos los jóvenes para formarse como profesionales, independientemente de su nivel socioeconómico o del lugar donde procediera.

La Universidad ha sido consecuente con aquel promisorio futuro que vaticinó e impulsó Fidel, y en la actualidad deviene la más interdisciplinaria del país. Cuenta con 52 carreras y una matrícula que supera los 11 000 estudiantes, en las diferentes modalidades.

Está vinculada y comprometida con las problemáticas sociales y la realidad productiva de Cuba, y ha logrado eficaces respuestas a programas y proyectos vitales del país.

Los momentos cumbres en los 70 años de la UCLV pueden resultar múltiples, pero entre los definitorios están, en primer lugar, ese progreso, a partir del triunfo revolucionario, en los ámbitos académico, investigativo y científico, que han cimentado un prestigioso aval a nivel nacional e internacional. 

Pilar de todo su desarrollo fue el establecimiento de una dirección científica y una red de centros de investigación. Justamente, el establecimiento de la investigación por proyectos, su gestión por procesos, el alcanzar una sólida formación de los recursos humanos (para la dirección, la investigación y el posgrado), el definir como principios la innovación tecnológica como forma de «cierre» del ciclo investigativo y la integración como estrategia, más la aplicación de acertados métodos de control y asesoría, constituyen aspectos fundamentales en la instauración de esa dirección científica, según análisis de prestigiosos especialistas de la Educación Superior. 

La UCLV cuenta con un abarcador programa investigativo, centrado ante todo en el aporte a la economía nacional, a través de proyectos sobre la biotecnología, los nuevos materiales de la construcción, la modelación y simulación en la ingeniería con métodos numéricos, la ciencia en ingeniería de la computación, la producción de alimentos, el desarrollo energético sostenible, los procesos identitarios sociales y culturales, por solo mencionar algunos.

Actualmente, posee más de 40 programas de Maestría y una veintena de programas de Doctorado en diversas áreas del conocimiento, con amplia matrícula de estudiantes cubanos y extranjeros, lo cual otorga merecido prestigio al claustro docente de la institución.

A todo ello se suma, como advierte la rectora de la institución, la Doctora en Ciencias Sicológicas Osana Molerio Pérez, la profesionalidad de los miles de graduados de la UCLV, quienes prestan sus servicios en diversas entidades de Cuba y de otros países.

La reputación y autoridad académica ganada por el centro se expresa también en el hecho de mantener más de un centenar de convenios internacionales, de proyectos con términos de referencia con diversas organizaciones internacionales y haber graduado ya a numerosos estudiantes extranjeros de varios países.

Entre los hitos definitorios en la historia de la Universidad Central sobresale el otorgamiento de la condición de Excelencia, conferida por la Junta de Acreditación Nacional en 2016, teniendo en cuenta el papel clave de su capital humano con un gran nivel científico y humanista.

Protagónica ha sido también en la historia de la institución la entrega de los miembros de la Federación Estudiantil Universitaria del centro, sumando a los alumnos a los proyectos institucionales, avivándoles el interés por las investigaciones, involucrándolos en proyectos comunitarios, y trabajando en la formación política ideológica, junto a la Unión de Jóvenes Comunistas.

Como afirma Molerio Pérez, esta es una universidad siempre joven, que se renueva, y su gran reto está en mantener el legado de Fidel, del Che, y de todos los profesores y trabajadores que dejaron aquí su impronta. Por eso enorgullece hoy a sus trabajadores y a quienes han egresado de sus aulas la posibilidad de homenajear con muchos compromisos, desde el presente, ese pasado glorioso que preserva nuestra identidad y nuestras raíces.

La universidad del Che

La Universidad Central de Las Villas sirvió de comandancia al Guerrillero Heroico para la toma de la ciudad de Santa Clara, en diciembre de 1958. Ya con la Revolución triunfante esta institución le otorgó al comandante Ernesto Guevara el título de Doctor Honoris Causa en Pedagogía. Las palabras del Che en aquel trascendental acto trazaron el rumbo de la Educación Superior cubana:    

« ¿Qué tengo que decirle a la Universidad como artículo primero, como función esencial de su vida en esta Cuba nueva? Le tengo que decir que se pinte de negro, que se pinte de mulato, no solo entre los alumnos, sino también entre profesores; que se pinte de obrero y de campesino, que se pinte de pueblo, porque la Universidad no es el patrimonio de nadie y pertenece al pueblo de Cuba, y si este pueblo que hoy está aquí y cuyos representantes están en todos los puestos del Gobierno, se alzó en armas y rompió el dique de la reacción, no fue porque esos diques no fueron elásticos, no tuvieron la inteligencia, primordial de ser elásticos para poder frenar con esta elasticidad el impulso del pueblo, y el pueblo que ha triunfado, que está hasta malcriado en el triunfo, que conoce su fuerza y se sabe arrollador, está hoy a las puertas de la Universidad y la Universidad debe ser flexible, pintarse de negro, de mulato, de obrero, de campesino o quedarse sin puertas, y el pueblo la romperá y él pintará la Universidad con los colores que le parezca».

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