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Ese mundo mágico que es la fotografía

El programa del curso básico de fotografía digital Liborio Noval, que hoy concluye en Pinar del Río, ofreció a sus participantes herramientas para hacer buenas fotos, ya sea por hobby, por trabajo, e incluso, para sus redes sociales

Autor:

Dorelys Canivell Canal

PINAR DEL RÍO.— Víctor Manuel Miranda Hernández ha dedicado parte de sus vacaciones a estudiar fotografía. Fue una posibilidad que encontró en el curso básico de fotografía digital Liborio Noval, auspiciado por la Casa Editora Abril, los Comités de Defensa de la Revolución y la Misión de Puerto Rico en Cuba. Ello le ha permitido satisfacer sus inquietudes con la cámara.

«Es una propuesta muy dinámica. La teoría la llevamos a la práctica y aunque parece simple, es algo que uno en el día a día no suele hacer. Nadie para en la calle a un vendedor de ajos para hacerle una foto. Nosotros en el curso, sí. Creo que tuvo las pocas ambiciones que se puede permitir en apenas diez días, y las cuales considero que son, en esencia, enseñar el ABC de la fotografía». El joven reconoció la importancia del curso al estar orientado a personas con poco o ningún conocimiento sobre el tema y, sin embargo, no pierde lo cultivador. «Por breve que sea se puede hablar de un antes y un después en nuestras habilidades y nos deja un norte en caso de que queramos seguir especializándonos en el área».

Precisamente, con la premisa de que, aún cuando la fotografía es un arte, todos pueden, si cumplen con sus reglas esenciales, tomar buenas imágenes, llegó por primera vez el Liborio Noval a Vueltabajo, y desde él se enseñó elementos básicos como el encuadre, la luz y la composición, a la vez que fomenta conceptos como la ética y la estética, e incentiva el interés por una cultura general integral.

En tal sentido, Ramón Frontera Nieves, fotógrafo puertorriqueño, artista de la plástica, fundador del curso y un gran amigo de la Revolución Cubana, destaca que prima el rigor y la ética en la formación, pues el Liborio Noval representa organizaciones que merecen un gran respeto.

Precisó que detrás del lente siempre debe haber determinados conocimientos, que le permitan saber qué buscar con la cámara. «Una de las maneras en las que uno aprende cualquier expresión de arte es escuchando, leyendo, en este caso viendo fotografía, y eso lo fomentamos aquí también», añadió.

Compartió en esta ocasión la docencia con Abel Rojas Barallobre, reconocido fotorreportero cubano de nuestro diario, quien reconoce que se complementan: «Ramón puede buscar una foto más artística. En mi caso el trabajo me exige una imagen documental, en la que se muestre la realidad tal cual, y la única mediación sea la sensibilidad de quien la capte», señala.

Ver lo que otro no

«Una imagen puede ser considerada una obra de arte y ser documental. No hay conflicto en ello, siempre y cuando no altere la realidad», explicó Rojas Barallobre, quien añadió que los avances de la informática posibilitan poner en la foto algo que no estaba o quitarlo si me molesta. «No obstante, en la fotografía documental eso no puedo hacerlo. Y eso no quiere decir que fotos extraordinarias no estén en los medios de prensa».

Para Frontera Nieves «la fotografía es magia, es ilusión, eso que está ahí casi nunca es lo que es, excepto en el fotoperiodismo o fotografía documental. En la fotografía se cuenta la verdad de otra manera. Se crea una verdadera obra de arte».

Lo más importante, asegura Rojas Barallobre, es que el fotógrafo no puede estar divorciado de su realidad, de la sociedad, de sus problemáticas y desafíos. Por tal motivo, el curso incluyó jornadas de safari por la ciudad, sesiones con bailarinas y modelos y una jornada de trabajo social.

Los estudiantes han recibido clases también en las principales arterias citadinas. FOTO: Dorelys Canivell Canal

«El arte es comunicación. La imagen habla. Todo es bello según la óptica con la que se mire. Cada situación hay que observarla, estudiarla y buscar la forma de llevarla a la fotografía», señala el fotógrafo de Juventud Rebelde.

Por su parte, Frontera Nieves argumenta la necesidad de hacerlo de forma sensible. «Se trata de contar una historia, es mover las fibras del corazón, es ver lo que otros no logran apreciar y llevarlo a un encuadre», argumenta Frontera Nieves.

Un juego de luces

«Si usted quiere ser artista tiene que hacer fotografía, debe estudiar y hacer trabajo de mesa. Pero vale mucho lo que diga el corazón y la mente. Hay que ser creativo, tener en cuenta los fondos, qué se alcanza a ver allí y, sobre todo, conocer el equipo que llevas en la mano», agrega el profesor puestoriqueño.

Y explicó que en el curso no solo se ofrecieron las herramientas, sino que también se intentó llegar a lo más sensible de cada alumno. «Habrá quien logre despertar ese interés y quien no lo haga, al menos estará educado en cuanto a este arte. Sabrán que se puede ser más creativo que levantar la mano para hacerse una selfie. «Cada fotógrafo tiene su estilo, experimentar en fotografía es parte del aprendizaje», dijo Frontera Nieves y con él coincidió nuestro colega Rojas Barallobre porque es tan importante lo que está en la imagen, como lo que no está y aquello que sugiere. La fotografía es un juego de luces.

 

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