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¿Cómo mejorar el funcionamiento de la UJC?

El comité de base, el alma de la organización juvenil, será más atractivo y funcional en la medida en que en él se discutan, rigurosamente, los temas que más interesan y preocupan a las nuevas generaciones

Autor:

Yuniel Labacena Romero

ARTEMISA.— ¿Cómo mejorar el funcionamiento de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC)? Trabajando, aportando, sumando… haciendo lo que nos toca en nuestro pedacito, en los pequeños espacios donde estamos. Esa frase, de Alfredo F. Gato Hechavarría, estudiante de la Facultad de Ciencias Médicas de Artemisa, resumió el espíritu de los análisis, tanto en las comisiones como en la sesión plenaria de la asamblea del 12mo. Congreso de la organización juvenil en la llamada Villa Roja.

En esa certeza y en otras, como el papel protagónico que debe desempeñar la UJC en la Cuba que queremos, la atención al universo juvenil, la falta de disposición para asumir responsabilidades o la participación en las redes sociales de internet, así como el aporte a la economía del país, profundizó el debate realizado en el teatro de la Universidad de Artemisa Julio Díaz González.

Cuando la UJC funciona se pueden enfrentar mejor los problemas de nuestros jóvenes y se puede enamorar mejor a «quienes no se hacen sentir, a quienes no participan, a quienes nos ven lejanos», reflexionó Gato Hechavarría, una idea que compartió igualmente Aurora Vives Quicutis, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM), a quien preocupa que la mayor parte de la membresía de la organización no pertenezca a la vanguardia política juvenil.

Por su parte, Rianne Fernández Galloso, presidenta del Movimiento Juvenil Martiano en el municipio, reiteró la importancia «de crecer con calidad, no en función de la cantidad», además de que la organización contribuya a la formación de valores y al conocimiento de la historia patria en las nuevas generaciones. Y esa defensa la hizo no solo como militante, sino también como docente de la escuela primaria Aniversario 50 del Moncada.

También lo explicaba Aylín Álvarez García, primera secretaria del Comité Nacional de la UJC: funcionar como organización política trasciende las actas y la cotización, y empieza por que las reuniones de nuestros comités de base, el alma de nuestra organización, sean más atractivas, funcionales y aportadoras, que logren irradiar en quienes no son militantes. «Ello se logrará en la medida en que se discutan, de manera rigurosa, los temas que más interesan y preocupan a nuestros jóvenes», enfatizó.

En esa misma línea de pensamiento habló María Caridad Guindo Gutiérrez, periodista de El Artemiseño, quien llamó a comprender que el comité de base «es la esencia y la raíz». Desde la experiencia de convivir en una estructura pequeña, pero «que está en todo», preguntó: «¿Qué nos falta? Motivar más, pero eso se hace desde el ejemplo, desde el sacrificio personal, desde “el haz lo que yo digo, pero lo que hago también”, el ir a todos los lugares juntos… Son esas las estrategias que debemos seguir».

Muchas manos se alzaron para compartir prácticas del actuar de los más nuevos que debieran extenderse. Darién Alejandro Hernández, estudiante de 3er. año de Derecho y delegado directo de la universidad a la cita de abril próximo, recordó el acercamiento a las comunidades vulnerables y la asesoría sobre cómo votar a los que lo hacían por primera vez, tanto en el referendo popular del Código de las Familias como en las elecciones generales.

Como expresó Gladys Martínez Verdecia, integrante del Buró Político y primera secretaria del Comité Provincial del Partido en Artemisa, la juventud de hoy no está perdida: existe y acompaña a la Revolución en su bregar cotidiano, pero «tiene que hacerse sentir más en su radio de acción, en cada espacio… Si ello se logra, también se impulsa a la administración, al sindicato y al resto de las organizaciones».

La UJC no puede fortalecerse sola, como refirió la Primera Secretaria de la organización del país. Para eso cuenta con todos los jóvenes, militantes o no, y con unos brazos fuertes: sus movimientos juveniles y organizaciones estudiantiles. «A todos juntos nos toca hacer por Cuba, por nosotros mismos… Y tenemos que hacerlo a partir de nuestros intereses, gustos y necesidades, transformando.

«Pensemos cada día cuánto más podemos hacer para producir alimentos en un municipio como este, cuánto más podemos hacer para contribuir al ahorro, para atender a quienes viven en barrios vulnerables, para conocer nuestra historia… Lo principal que debe tener un joven comunista y una organización como la nuestra es estar en el centro de los principales problemas que enfrenta el país. Esas son nuestras epopeyas hoy».

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