Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Tres 26 en la memoria

Ciego de Ávila ha sido sede en tres ocasiones de los actos por el asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes. De ellos, dos contaron con la presencia de Fidel

Autor:

Luis Raúl Vázquez Muñoz

Ciego de Ávila vuelve a ser la sede del 26 de Julio en Cuba. Desde su fundación como provincia, en 1976, con la división político-administrativa adoptada en ese momento, el territorio avileño ha sido escenario de tres celebraciones de la efeméride: en 1980, 2002 y 2011.

Cada una marcó momentos distintos para Cuba. Precisamente, al valorar esas celebraciones, el compañero José Ramón Machado Ventura, quien tuvo a su cargo las palabras centrales en el último de los actos celebrados, recordó la historia de esa provincia.

«Esta es tierra de mambises —dijo— como los hermanos Gómez Cardoso y el coronel Simón Reyes, de líderes obreros incorruptibles como Tomás Grant y Enrique Varona, de jóvenes revolucionarios como Raúl Cervantes, Ricardo Pérez Alemán, Pedro Martínez Brito y de Roberto Rodríguez, “El Vaquerito”, todos ellos dignos y gloriosos representantes de esta provincia e inspiradores de la nueva generación».

Más adelante, Machado Ventura apuntó una de las particularidades que ha distinguido a Ciego de Ávila en el otorgamiento de las sedes: la estabilidad en el trabajo y la capacidad de los avileños para superar retos en medio de difíciles coyunturas.

Precisamente, esa peculiaridad era uno de los rasgos mencionados por Fidel, cuando el 26 de julio de 1980 subió a la tribuna ante la cual se aglomeraba una multitud apretada en la entonces Plaza de la Revolución Abel Santamaría Cuadrado.

La nueva provincia

De aquel 26 todavía se habla. La provincia contaba con apenas cuatro años de surgida. Cuentan que las caravanas de vehículos que llevaban a los participantes copaban tramos interminables de las principales carreteras.

Semanas antes, cuando se conoció del otorgamiento de la sede, la población, que en aquella fecha ascendía a 315 000 habitantes, se movilizó para acometer la construcción de un amplio número de obras sociales.

«Correspondió este año celebrar el 26 de Julio a la nueva provincia de Ciego de Ávila —dijo Fidel—. Este fue el reconocimiento de nuestro Partido al trabajo entusiasta, eficiente y brillante de esta provincia. Sé cuán felices se sintieron con esta decisión, sé cuánto han trabajado desde hace 54 días que se anunció la decisión, todo lo que han creado en unas cuantas semanas: esta plaza, estas avenidas, la circunvalación, las obras que han terminado, incluso un cine en casi 45 días, que estaba proyectado terminar en diciembre; cómo han remozado la ciudad, cómo han pintado, todo lo que han hecho para convertir a Ciego de Ávila en anfitriona del 26 de Julio, anfitriona de todas las delegaciones que aquí han llegado. Porque estamos conmemorando el 26 de Julio precisamente en la capital de la provincia más pequeña de nuestro país».

En aquel entonces, la Revolución en Nicaragua había triunfado un año antes y Fidel regresaba de su visita a ese país. «Es prácticamente obligatorio que les hablemos algo de Nicaragua —expresó—. Nos interesa, nos interesa a todos. Nos interesa a los latinoamericanos, no solo a los cubanos».

A esa hermana nación dedicó la primera parte de su intervención. Allí habló de la reforma agraria que se pensaba acometer, de los recursos naturales del país, de la unidad de los creyentes y no creyentes, de la situación dejada por la guerra y los 50 000 fallecidos por la represión de la dictadura somocista.

Después analizó la situación de Centroamérica, con el ascenso del movimiento insurreccional en El Salvador y los peligros que traería una intervención militar de Estados Unidos en la región. Al referirse a Ronald Reagan, el entonces candidato presidencial por el Partido Republicano, el líder cubano señaló las posiciones belicistas de quien sería el próximo presidente norteamericano.

«Cuando estamos abordando estas nuevas amenazas que se insinúan —dijo—, esas perspectivas que se vislumbran en el horizonte, lo hacemos para decirle bien claro a la camarilla republicana, al señor Reagan, Rigan, o como se llame, y a sus consejeros, que de nada valdrán amenazas contra Cuba».

La parte final de la intervención la dedicó a Ciego de Ávila. Desde el punto de vista azucarero, apuntó, era una de las más importantes del país. De acuerdo con los datos aportados por Fidel, en 1952 el promedio de arrobas por macheteros era de 159; en 1979, fue de 320 arrobas; mientras que la producción de azúcar en 1979 se había triplicado con respecto a 1952.

Luego exhortó a elevar la eficiencia, en medio de una situación en que el país empezaba a superar el impacto de epidemias en la agricultura; a la vez que se mejoraban los servicios del transporte y se incrementaban las graduaciones de médicos, las cuales ayudarían a extender la salud.

Y concluyó: «Creo que tenemos sobradas razones para sentirnos optimistas, tenemos sobradas razones para festejar con orgullo este 26 de Julio, ¡para afirmar que la sangre derramada hace 27 años y la sangre derramada a lo largo de estos 27 años no ha sido en vano!».

Amistad sincera

La nueva sede demoró 20 años en llegar. Fue una intención manifiesta de la dirección del Partido y el Gobierno traer el acto a la provincia. No constituyó una tarea sencilla, pues por más de un año se siguió un intenso cronograma de control por organismos. Finalmente, a mediados de ese 2002, se conoció la noticia.

Para aquella fecha, el mundo era otro. El campo socialista había desaparecido, el Gobierno sandinista ya no estaba en el poder, después de una larga y dura guerra civil, incentivada por Estados Unidos; pero en Venezuela la Revolución bolivariana tomaba auge y en Cuba se expandía el programa de la Batalla de Ideas, cuyo propósito era incentivar los sectores de la educación y la cultura, entre otros.

Por ese motivo, dentro de las actividades desarrolladas en ese día estuvieron la inauguración de la Academia de Artes Plásticas Raúl Martínez en la ciudad de Morón y la Escuela de Formación Emergente de Maestros Primarios (EFEMP) Cándido González Morales, devenida hoy en la sede del Instituto Vocacional de Ciencias Exactas.

Unas horas antes, en el acto celebrado al amanecer del día, el líder de la Revolución enumeró varios indicadores del país, como el de exhibir en ese momento el índice de mortalidad infantil más bajo del mundo, la cobertura de la población con 13 vacunas y la creación de numerosos programas sociales en contraste con una situación en América Latina que calificó de aterradora y cada vez peor.

El Comandante en Jefe pronunció las palabras centrales en el acto del año 2002. Foto: Tomada del Periódico Invasor

En el momento final de su discurso, Fidel informó de una decisión de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, encaminada a lograr un acercamiento con Cuba, a pesar de las presiones del lobby de Miami.

 «Siempre estaremos reconocidos de ese gesto —señaló—. Deseo expresar la gratitud de nuestro pueblo tanto a los legisladores demócratas como a los republicanos que actuaron ese día con inteligencia, criterio propio y firmeza. Siempre estaremos al lado del pueblo norteamericano en su lucha por preservar la vida y los intereses de compatriotas suyos que puedan ser víctimas inocentes de criminales ataques terroristas. Puedo asegurar, en esta fecha histórica para los cubanos, que deseamos la amistad sincera, respetuosa y fraternal entre los pueblos de Cuba y de Estados Unidos».

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.