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Ya está lista canción tema del VII Congreso de la FEU

Juventud Rebelde dialoga con el dúo Buena Fe sobre la canción que identifica el Congreso de los universitarios cubanos, un regalo de estos artistas, que levantaba polémica desde antes de darse a conocer.

Autor:

Yailin Orta Rivera

Con motivo del Congreso el grupo Buena Fe emprenderá una gira por las universidades en los próximos meses. Conversar con Buena Fe es como lanzarse a una cruzada entre la reflexión y el sentir. Cuando se comparte con ellos se advierte por qué sus canciones no pueden estar exentas de las aristas inquietantes de la vida.

Así lo apreciamos al dialogar sobre la canción que identifica el VII Congreso de la FEU, un regalo que estos artistas le ofrecen a los universitarios cubanos, y que levantaba polémica desde antes de darse a conocer.

Es un tema que, martianamente hablando, le canta a lo bello, enciende el entusiasmo por todo lo noble y admira y hace admirar todo lo grande, aunque lo hace desde una perspectiva que a algunos se le antoja transgresora.

—No debe ser sencillo elaborar una canción por encargo, ceñida a un tema sugerido. ¿Qué los motivó a aceptar este proyecto?

—Israel: El propio carácter del Congreso. Yo tenía bastantes prejuicios porque realmente no sé hacer canciones llenas de imágenes tan patrióticas. Los muchachos de la FEU nos comentaron en un primer acercamiento que nos lo pedían porque el Congreso se caracterizaba, como nuestras canciones, por ser reflexivo desde la propia base, para luego tomar decisiones más prudentes y precisas.

—La canción, sin negar la propia historia universitaria, trasluce la energía de la Universidad de hoy...

—Joel: Quisimos reflejar la Universidad de hoy con elementos que conforman su espíritu. Espíritu de batalla, de combate, sin eludir la propia historia.

Israel: Cada vez que tengo un encuentro con los jóvenes en los conciertos comprendo más a Fidel en aquella alocución a los estudiantes de la Universidad de Ciencias Informáticas: “solo les puedo decir una cosa: siento envidia”.

«Yo no hago otra cosa que sentir envidia porque es una etapa de la que no salí, espiritualmente me quedé ahí y ojalá nunca salga.

«Uno no se cansa de renovar las aspiraciones, no pierdes la capacidad de asombro, la capacidad de reconocer lo interesante y hermoso».

—Hablar de la Universidad cubana es referirse a personas imprescindibles en la historia patria. ¿Cómo logra Buena Fe traducir esta esencia?

—Israel: Pretendimos establecer ese puente generacional entre la universidad que fue, es y también un poco la que será, desde una arista esencialmente humana.

«Se trata de poner en toda su trascendencia a hombres de la talla de Mella sin dejar de admirar toda la elegancia del también hijo del mejor sastre de La Habana. Es importante reconocer la estética, la hermosura que no deja de estar en la Ciénaga con Korimakao, o en la Sierra con el trabajo cultural-comunitario que allí se desarrolla.

«Convocamos en el tema a aprender de la historia y mirar hacia el futuro. En su último discurso en la Universidad de La Habana, Fidel nos hablaba de la enorme responsabilidad que tenemos de preservar lo logrado.

«Pienso que nos corresponde preservar los logros que se mantienen, no por obra y gracia del Espíritu Santo, sino por obra y gracia de la voluntad de gente que todos los días da su vida por esta historia».

—¿Por qué expresan que al Alma Mater se le debe una deidad como a la Virgen de la Caridad?

—Israel: Tanto el Alma Mater como la Virgen de la Caridad forman parte de nuestra identidad nacional. Cuando leí el libro Fidel y la religión conocí que la madre de Fidel le había puesto una medallita con la Virgen de la Caridad. Él dice que la aceptaba no por

creencia religiosa sino porque se la estaba poniendo su madre, y que eso quizá la tranquilizaba.

«La Virgen de la Caridad está muy arraigada en nuestra espiritualidad, es como un símbolo de protección. Y el Alma Mater, ícono de la Universidad cubana, no es solo la que te abraza desde el punto de vista espiritual sino la que te arma desde el punto de vista intelectual. Hablar del Alma Mater es hablar de la Universidad, y es como esa madre que te nutre y te protege con el conocimiento que te aporta. Por eso pienso que igualmente se le debe una deidad».

—¿No consideras que resulte polémico asociar estas dos imágenes en la canción?

—Israel: Polémico siempre va a ser, vivimos en tiempos polémicos. Puede hasta que resulte chocante pero, como decía Armando Hart, no hay choque de culturas sino de ignorancias, y estaremos abiertos a estos choques y a las incomprensiones. Para eso también está el arte, para arrojar un poco de luz sobre esas discrepancias desde una perspectiva de «buena fe».

—¿Qué elementos consideras que debe tener una canción que aborde temas patrióticos para que trascienda?

—Israel: Las canciones que han quedado son las que tienen la suficiente carga de realidad, su semejanza a la vida tal cual es. La canción de Silvio, Preludio de Girón, trata de guerra, de batalla; pero habla también de la abuela, las tijeras, imágenes que van de lo más íntimo del ser humano hacia afuera. Y en El Mayor no solo presenta al hombre épico, sino que nos lo entrega más terrenal.

«También Vida, de Santiaguito Feliú, es hermosísima por esa dosis suficiente de realidad que posee. Yo no sé si esta va a quedar pero uno siempre apunta hacia ahí».

—A propósito de su último disco, Presagios...

—Joel: Presagios es un disco en el que hicimos todo lo que queríamos hacer. Este es un disco lleno de puertas abiertas, que comienza a respirar.

«La producción se ha mantenido prácticamente con un disco por año porque tienes un público que te exige, y súmale a ello que cuando tienes por dar no dejas para mañana...».

—Hace muy poco estuvieron de gira por España. ¿Cómo fue el encuentro con ese público?

—Israel: Es como volver a empezar, porque se trata de personas que no nos conocen. Es como cuando Joel y yo comenzamos con una guitarrita, así mismo, aunque con la ventaja de tener muchas horas de vuelo frente a un público culto e inteligente como es el cubano. De contar con un repertorio más amplio y más elaborado. Y también tener más control sobre nuestras potencialidades como artistas.

Hacer este tema nos abrió un campo creativo interesante sobre cosas culturales cubanas que se han tratado poco", comentó Israel Rojas. —Y en Cuba, ¿qué está sucediendo con el público?

—Israel: Lo más interesante es que hace tiempo que no se «pega» una canción, sino el disco. La gente oye el disco y escogen su canción.

«Es asombroso cuando en los conciertos alguien te pide una canción poco difundida. En el último que hicimos en el Parque Morro-Cabaña hubo personas que nos sorprendieron, pues nos pidieron temas que no habíamos presentado mucho.

«Pero para Buena Fe lo más importante no es tanto la pegada sino que la canción viva, que nuestra canción forme parte de la banda sonora de la vida de la gente».

Tema del VII Congreso de la FEU/ Buena Fe

Como hornos para que ardan entrañables/ Esos años inflamables/ La llamaron Universidad.

Retozan y casi en estado puro/ Los incendios del futuro/ Juegan a enterrarse a fondo hasta la última verdad.

Porque lidian sus ensayos/ Con la fetidez de un baño/ Y el teorema de algún genio universal.

Mientras, carnaval de buenas notas/ Con la música que afloja/ Las literas con dos cuerpos al volar.

Al Alma Mater se le debe una deidad/ Como la Virgen de la Caridad,/ Llevó el soldado que en la guerra le puso al cuello su mamá.

El Alma Mater entre idilio y escasez/ Salvando de la estupidez a sus muchachos y muchachas/ A donde quiera que estén/ A donde vayan a dar.

Vienen como en viaje de regreso/ Con la fuerza del progreso.

Y la llamamos Universidad.

Busca por la ciénaga y la sierra/ Por las calles aún de tierra/ La elegancia de aquel Mella que además podía luchar, sabía morir, quería amar.

Huellas que provocan la porfía/ Que otro gallo cantaría.

Si «manzana» Echeverría para el pulso de Batista.

Y aprendiendo las aristas/ De la historia y la fortuna.

Para saltar de la cuna y ver con la propia vista.

Al Alma Mater se le debe una deidad/ Como la Virgen de la Caridad,/ Llevó el soldado que en la guerra le puso al cuello su mamá.

El Alma Mater entre idilio y escasez/ Salvando de la estupidez a sus muchachos y muchachas/ A donde quiera que estén/ A donde vayan a dar.

(bis)

Al Alma Mater se le debe una deidad/ Como la Virgen de la Caridad,/ Llevó el soldado que en la guerra le puso al cuello su mamá.

El Alma Mater despojándose en su tez/ Paciencia con inmediatez frente a buenas y malas rachas/ A donde quiera que estén/ A donde vayan a dar.

Oye te rezo mi canto, mitad de negro y de blanco./ Óyeme profe, óyeme profe, en mi alma va el seminario, me lo llevo a mi barrio.

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