Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

A Tony lo que más le gusta de Chicha…

Como buen cubano no escapo al sentido del humor y lo he insertado en mi obra, confesó a este diario el trovador Tony Ávila, quien realizó su primera gira nacional en esta etapa estival

Autor:

Yahily Hernández Porto

CAMAGÜEY.— El niño de diez años de edad debió vencer un obstáculo: ser rítmico en la percusión. «A simple vista lo dominé», recordó jocosamente el cantautor cubano Tony Ávila, quien por estos días realizó su primera gira de verano «parcialmente nacional», como la calificó.

Desde muy pequeño sintió una atracción especial por la música que le hizo dar pasos lentos, pero aplastantes, en el mundo trovadoresco. «Escribí mi primera canción, Infame traición, a los 15 años de edad, en el politécnico Lázaro Cárdenas, de Villa Clara», comentó Tony y agregó: «Luego me licencié en Historia y Marxismo Leninismo, y con los “sube y baja” de la vida me hice trovador».

Contrario a lo que muchos piensan, el hombre que le dio vida a La choza de Chacho y Chicha, primero tocó el bongó y luego la guitarra. «Soy guitarrero por obligación y bongosero por naturaleza, desde muy pequeño».

—Usted expresó que la obra de la vida de una persona es bonita si se mira eternamente hacia el futuro. ¿Considera que su obra es de ese tipo?

—Me gusta hacer cosas que tengan un mensaje para el público, y que este conspire conmigo y sea mi cómplice. Si logro esa implicación se ha logrado una obra bella y para el futuro.

«Si la gente baila, ríe y reflexiona, al tiempo que mueve la cintura con Regalao murió en el 80 o Balsero, entonces mi obra mira al futuro y es bella, por su contenido y forma».

—¿Cómo valora a su público?

—Es multigeneracional, en el que incluyo a los niños, pues los he tenido tarareando y bailando mis canciones en espectáculos. En mi público predominan los jóvenes, que considero es el segmento más difícil.

—¿Por qué?

—Porque tienen muchas opciones para escoger, y la trova, como movimiento musical, más que género, está en desventaja, hasta en los escenarios donde debe ser difundida.

—Sin embargo, la juventud ha hecho suya sus canciones…

—Los he reclutado por la forma en que hago mi música, por su contenido. Porque la verdad atrapa, seduce y convoca.

«El ritmo bailable y el humor de mis canciones también suman público, porque conectan con la forma de ser del cubano».

—¿Se considera un cronista de su tiempo?

—Mis canciones son el reflejo de la vida cotidiana de Cuba, con sus matices. Son una crítica con cascabeles en la punta, como dijo Martí, pero sin ser látigo, sino reflexión. Con ellas trato de golpear, acariciando la realidad, desde la poesía, el pensamiento y la ética. Si eso me convierte en cronista, entonces lo soy.

—Es un ejercicio de pensamiento…

—Siempre que decido escribir lo hago sobre una idea que no puede navegar en aguas superficiales. El resultado de esa búsqueda lo revelo a través de un lenguaje sencillo, en el que destierro las frases rebuscadas, pero también las simples y las fáciles, porque ambas son sinónimos de banalidad y superficialidad.

—¿Quién es Tony Ávila?

—El Tony cubano que es parte de su contexto. No soy un tipo esnobista. Soy parte más que juez, aunque mis canciones enjuicien. Soy público más que músico. Soy un cubano botellero, que pertenece al mundo de los más, como la canción. Soy descendencia de El Guayabero…, y como trovador cultivo la música raigal y de pensamiento.

—¿Satisfecho con sus resultados?

—No hay satisfacción que paralice mi creación. Ver cómo mi música se inserta me hace hasta dormir tranquilo. Pero esa realidad impone un compromiso con el público, que no puede ser traicionado, y con la música, que no debe admitir concesiones. Tales responsabilidades me convierten en un eterno inconforme con lo que soy y hago.

—¿Qué ha descubierto en su profesión?

—Que en la riqueza de los ritmos cubanos está la fuente inagotable para crear con profesionalidad. He descubierto una escuela auténtica, pues siempre estoy repensando la vida y buscando en ella algo, aunque no sepa lo que es. Y en esa búsqueda rimo palabras, armo ideas y hasta las invento, mientras practico intuitivamente el ejercicio constante del pensamiento y el conocimiento.

—Su obra tiene un humor de doble sentido. ¿Es esta su herramienta principal para componer?

—Una de ellas. El cubano se ha impuesto a todos sus avatares gracias también a su sentido del humor. Como buen cubano no escapo a él.

—Es Chacho más que Tony. ¿Cómo nace el tema más popular de su repertorio, La choza de Chacho y Chicha?

—Antes de responder exhorto a que la gente mantenga limpia su choza. Ahora soy Chacho o «el hombre de Chacho y Chicha». Yo acepto lo que me digan. No hay problemas con eso.

«En el ejercicio de mi pensamiento nacen mis canciones, sobre todo cuando viajo, o cuando estoy solo o tranquilo. La choza de Chacho y Chicha no fue la excepción, porque nació igual que las flores silvestres, de forma espontánea.

«En una botella de regreso a Cárdenas bajó la musa: A Chacho le gusta Chicha, vaya mujer hacendosa, no te niego que es hermosa… Luego en casa saqué el estribillo: A Chacho lo que más le gusta de Chicha, es que siempre tiene limpia la choza. Lo otro que se ha dicho son conjeturas».

—La plenitud de su verbo accede a un lenguaje que afronta a uno muy usado por intérpretes contemporáneos. ¿Se opone Tony al reverso de su lenguaje?

—Existe un contexto musical contemporáneo cubano, no ajeno al fenómeno antimúsica mundial, que cede y se rinde muy fácilmente a estribillos que son vulgares y agresivos.

«La banalidad está condicionada por la “moda” de los caprichos del cuerpo y de los pies, y por el uso inteligente de la cabeza, que comienza a convertirse en un apéndice del cuerpo y no en el gobierno de este.

«Lo lamentable de este fenómeno es la cantidad de gente que acepta dichos estribillos y se someten a ellos a través del uso de audífonos, que dislocan el cuerpo humano en tronco, extremidades, cabeza y audífonos. Tal metamorfosis permite que lamentablemente la música entre con tal sentido de pertenencia que logra invertir, en quien la escucha, la función de la cabeza, que es la que debe dirigir al cuerpo y no al revés.

«No resto “mérito” a nadie, pues la música al igual que los géneros musicales no debe culpas por ser de pésima factura, sino sus “intérpretes” o “creadores”.

«El idioma español es rico en adjetivos, sinónimos, antónimos… que enriquecen la creación y permiten expresar lo que se desee sin denigrar. La expresión de mi obra define lo que defiendo y a lo que me opongo».

—¿Condición humana que desecha?

—La traición.

—El mayor regalo…

—Mis hijos Yidiel Antonio y Yohan David.

—¿Qué música prefiere?

—La buena música, no importa de donde venga, aunque disfruto bailar el son cubano.

—Y en el deporte…

—Creo que me dediqué a la música porque soy malo en los deportes. Me gusta la pelota, más si Matanzas se faja, como lo hizo en la pasada Serie.

—¿Qué le molesta y complace de la fama?

—No me molesta la fama, porque no ha cambiado mi esencia como ser humano. Estaré complacido con ella mientras no se me suba a la cabeza. Si esto ocurriera algún día no me gustaría mirarme al espejo, pues su reflejo sería otro Tony, que prefiero no conocer.

—Ha demorado en realizar una gira nacional…

—Creo que las giras deben responder a un trabajo previo y no al revés. Primero hay que saber si existe un público que te escuchará. Hacerla para ponerla en un currículo sería engañarme a mí mismo. Este ha sido el momento de hacerla.

—¿Por qué Camagüey para iniciarla?

—Es una plaza importante de la cultura cubana, la tierra de Nicolás Guillén y la Avellaneda. Hay que venir a Camagüey, lugar de poetas, escritores, artistas, pastores y sombreros; si ellos me aceptan, Cuba también lo hará.

La choza de Chacho y Chicha

Por Tony Ávila
CD ...En Tierra (BisMusic)

A Chacho lo que más le gusta de Chicha es que siempre tiene limpia la choza…

(se repite)

A Chacho le gusta Chicha,

vaya mujer hacendosa,

no te niego que es hermosa

y a Chacho trae mucha dicha.

Chicha vive para Chacho,

pendiente de cada cosa

Chacho mantiene la choza,

a Chicha y a los muchachos.

Chacho trabaja en el campo

y Chicha de ama de casa

Y todo el tiempo lo pasa

limpia que limpia la choza

A Chacho lo que más le gusta de Chicha es que siempre tiene limpia la choza

Siempre la tiene

qué tiene que la mantiene

A Chacho lo que más le gusta de Chicha es que siempre tiene limpia la choza

Chicha mantiene cerrada

la choza durante el día

La tiene bien atendida,

qué mujer tan preocupada

Chacho arranca en la mañana,

al cantío de los gallos

Afila su paraguayo y coge la guardarraya

Pero cuando cae la tarde, Chicha empieza a abrir la choza

Y Chacho no hace otra cosa que pensar en el regreso

Chicha dice: Vida mía, a mi pecho yo te arrullo

no hay machete como el tuyo ni choza como la mía

A Chacho lo que más le gusta de Chicha es que siempre tiene limpia la choza

Siempre la tiene limpia, siempre la tiene hermosa

A Chacho lo que más le gusta de Chicha es que siempre tiene limpia la choza…

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