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Solo para enamorados del cine

Un Coral de Honor le entregará el 38 Festival del Nuevo Cine Latinoamericano a la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños (EICTV), que cumple 30 años

Autor:

Alejandro A. Madorrán Durán

Dicen que los estudiantes de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños (EICTV) nunca dejan de pertenecer a ella. Lo mismo ocurre con los profesores. A todos los invade el espíritu de los fundadores y esa magia que confiesa sentir en cada espacio del recinto la actual directora de dicha institución, Susana Molina, que es como un espíritu que apoya su mano sobre la espalda cuando es necesario la ayuda y el consejo oportuno.

Debieron ser mágicos también los sentimientos que motivaron la creación, en 1986, de la EICTV por parte del escritor Gabriel García Márquez y los cineastas Julio García Espinosa y Fernando Birri, quienes encontraron en Cuba y en Fidel todo el apoyo necesario para hacer realidad un gran sueño.

Y tanto ha sido el aporte en tres décadas de una escuela que, a decir de Jerónimo Labrada, jefe de la Cátedra de Sonido, todavía mantiene su filosofía de «aprender haciendo», y de respetar la individualidad creativa, que el 38 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano le hará una reverencia a partir de mañana.

En su blog Bitácora Memoriosa, el escritor, cineasta, periodista y fotógrafo Alfonso Gumucio rememora aquellos tiempos de fundación, y sobre todo la séptima edición del Festival en la cual no solamente hubo hermosas películas representativas de la cinematografía de la región, sino que además tuvo lugar en el año cuando se creó la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, «presidida por Gabriel García Márquez, cinéfilo mayor que declaró entonces: “Nuestro objetivo final es nada menos que lograr la integración del cine latinoamericano. Así de simple, y así de desmesurado”.

«Hubo mucho más. Fidel anunció la creación de la EICTV en San Antonio de los Baños, que se inauguró un año más tarde, el 15 de diciembre de 1986, con Fernando Birri como director». Recuerdo que en el Teatro Karl Marx escucharon fascinados durante cinco horas, de pie, el discurso de Fidel en el que anunciaba tantas cosas buenas para el cine latinoamericano. Habló de su amor por el cine y lo hizo con tanto conocimiento del tema, que no se aburrieron ni un minuto. Los discursos de Fidel eran de antología, por su elocuencia y la calidad de la información que manejaba.

«El cine ha sido siempre favorecido por el proceso revolucionario cubano y en especial por Fidel. No olvidemos que uno de los primeros decretos del Gobierno de la Revolución fue la creación del Icaic», añade.

Motivos de homenaje

Elocuentes resultan las cifras que ofrece Jerónimo Labrada de lo mucho bueno que ha entregado la EICTV. «Los resultados son constatables en la realización de más de una docena de largometrajes, 883 egresados de los cursos regulares y alrededor de 6 000 de los talleres. Además, la institución cuenta con el privilegio de ser la única escuela de cine del mundo con el premio Roberto Rosellini, otorgado en la 46 edición del prestigioso Festival de Cannes, en 1993».

El gentilicio de eicetevianos, categoría que adquieren los egresados y hasta los talleristas, habla sobre el amor y la hermandad entre personas de diversas culturas, con diferentes idiomas y costumbres, a quienes los une el empeño de conformar una gran familia, apunta Susana Molina, a quien le ha bastado poco más de dos meses desempeñando su nueva responsabilidad para confesarse enamorada de la EICTV.

Nombrada antaño como la Escuela de los tres mundos por representar fundamentalmente a las regiones de América Latina y el Caribe, África y Asia, hoy la llaman la de todos los mundos, pues recibe a todos aquellos que comparten la misma búsqueda emancipadora que propicia el séptimo arte, lo cual se hace posible gracias al rigor de la enseñanza y a la seriedad de un claustro de profesores, cineastas en activo, quienes, según Enrique Álvarez, jefe de la Cátedra de Ficción, «nos estamos reciclando constantemente con nuestros alumnos».

Explica Álvarez, director de películas como Mariana y Sharing Stella, que el curso regular es la columna vertebral del programa de estudios, y consta de tres años, durante los cuales se potencian las diferentes especialidades, a la vez que se desarrolla la capacidad de integrar equipos de realización desde diferentes funciones.

Asimismo, para ampliar y completar los conocimientos se ofrecen los talleres internacionales y los cursos de altos estudios, modalidades dirigidas fundamentalmente a los profesionales latinoamericanos, explica Héctor Veitía, jefe del Departamento de Altos Estudios. Cada año llegan alrededor de 80 profesores y 300 alumnos, mientras se imparten casi 48 talleres en todos los campos.

Enfocando el futuro

Desde hace unos años la EICTV ha comenzado a apostar por los nuevos modos de expresión audiovisual nacidos con los cambios tecnológicos, como internet, hecho que conllevó al surgimiento de la Cátedra de Televisión y Nuevos Medios.

Con solo una generación de graduados (2015), esa Cátedra representa el espíritu renovador de la escuela, aunque Susana Molina reconoce que en un principio fue difícil insertarla en el programa de estudios por no contar con la infraestructura necesaria.

De cara al futuro, la EICTV también busca darle otros aires a la figura del productor cinematográfico en Latinoamérica. Esa es la razón por la cual, señala Héctor Veitía, se empezó a impartir un taller que se ha propuesto preparar especialistas capaces de encontrar el presupuesto para hacer un filme y además de reconocer y hallar buenos proyectos.

Esa cuestión, que va desde la producción de campo hasta la ejecutiva, ha comenzado a ocupar los esfuerzos del plantel debido a los problemas de distribución que enfrenta la región ante la sobreabundante oferta fílmica norteamericana, agrega Veitía.

El cine latinoamericano tiene cada vez más espacios en los festivales del mundo, pero no sucede lo mismo dentro de los circuitos comerciales, de ahí que sea necesario perfeccionar el trabajo de los productores en lo referente a este punto tan álgido, insiste Susana.

En ese sentido la Cátedra de Producción promueve el espacio Nuevas Miradas, con diez años funcionando como «una incubadora de ideas para lanzar nuevos proyectos», manifiesta Marta Orozco, jefa de dicho departamento.

Las reconocidas películas Agosto, de Armando Capó, y Tus padres volverán, de Pablo Martínez Pessi, son algunas de las más recientes obras beneficiadas por esta experiencia, que reúne a especialistas y productores internacionales para seleccionar las mejores propuestas de los egresados.

Pero quedan otros desafíos, como acceder a tecnologías más modernas. «A veces no se cuenta con el equipamiento al día, porque sus costos son muy elevados», comenta Molina.

Aunque gran parte del público, acostumbrado a facturas cinematográficas cada vez más altisonantes, demande en la actualidad calidades óptimas de audio y video, y la espectacularidad de los efectos especiales, la escuela no piensa asumir desmesuradamente el camino de la persecución tecnológica, no solo por las limitaciones económicas, sino porque la formación no es tecnocrática sino fundamentalmente humanística, y a lo largo de 30 años ha dado muchos logros y reconocimientos al centro, asevera Molina.

En el Festival

* 9 de diciembre, sala Alfredo Guevara del Pabellón Cuba, antología de los 30 cortometrajes que mejor definen a la EICTV, según Patricia Segura, coordinadora de Cultura y Extensión.

* 9 de diciembre, sala Yelín de la Casa del Festival, inauguración de la expo de carteles en homenaje al  aniversario.

* 13 de diciembre, EICTV, presentación de los números 51, 52 y 53 de la revista de cine Enfoco y de un libro electrónico con obras de Fernando Birri.

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