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A golpe de amor

En el poco abultado calendario personal de Elizabeth Lachicott Flores, de apenas 26 años, aparecen marcados como grandes hitos de felicidad, algunos momentos que esta instructora de arte especializada en danza no olvidará fácilmente

Autor:

José Luis Estrada Betancourt

En el poco abultado calendario personal de Elizabeth Lachicott Flores, de apenas 26 años, aparecen marcados como grandes hitos de felicidad, algunos momentos que esta instructora de arte especializada en danza no olvidará fácilmente. De hecho, ha transcurrido casi una década desde que se apareciera en Sola, Sierra de Cubitas, como integrante del reconocido proyecto sociocultural Golpe a golpe, y esa vivencia permanece todavía muy nítida en su memoria, como si hubiera ocurrido ayer.

«Llegamos a Sola con nuestro espectáculo y actuamos para toda la comunidad, pero cuál no fue nuestra sorpresa cuando los pobladores se opusieron de plano a que nos marcháramos. Enseguida montaron a asar un puerco y un pavo, y se armó...», recuerda Elizabeth.

«Lo que nos sucedió, como muchas otras veces, da una medida de cómo son de atentos los habitantes de esos lugares en los que en ocasiones la corriente eléctrica proviene de una planta o no existe siquiera una tarima y terminamos actuando sobre tierra firme, pero comparten sin miramientos todo lo que tienen, y ese amor sincero, de corazón, vale mucho para nosotros, a quienes tanto nos apasiona lo que hacemos y más cuando comprobamos que podemos contagiar a otros con nuestra dicha». 

Egresada de la octava graduación, Elizabeth abandonó su profesión cuando se convirtió en mamá y le tocó decidir a qué se entregaría cuando terminara de dejarle todo listo a su bebé, de cocinar, limpiar, lavar..., para cuando llegara su joven esposo poder seguir dándole forma a ese sueño, que descubrió un día en que notó a un grupo de muchachos que ensayaba en la terraza de la Casa del Joven Creador de la filial provincial de la Asociación Hermanos Saíz (AHS).

Tenía entonces 17 años. Aunque lo que realmente estudió fueron los bailes populares, su entrada se produjo a través del hip hop. «Creo haber participado en millones de actividades, porque prácticamente hacíamos una diaria. Sí, es agotador, pero este proyecto me eleva hasta las nubes», reconoce quien se alejó a los 21 por cuestiones de salud, hasta hace unos meses, que la vida la volvió a premiar.

«Tengo un esposo de oro, entre los dos nos compartimos las tareas. Él sabe el bien que me hace actuar para esas personas de miradas de sincero agradecimiento, por la manera como nos abrazan; entonces que se rompa la guagua es lo de menos, porque me he sentido útil».   

Es exactamente el mismo sentimiento que embarga a Julio César Pérez Muñiz, también de 26 años y otro de los 45 jóvenes      camagüeyanos que, distribuidos en las diferentes manifestaciones, conforman tan ambicioso proyecto, que este músico descubrió primero por medio de su tía, quien se unió a Golpe a golpe cuando se llamaba Pista abierta, y luego a través de un tío humorista, que cuando él cursaba el décimo grado, lo llevó al consejo popular Caonao, en Esmeralda.

«Así fue creciendo en mí esa ilusión de querer estar, de ser también protagonista; algo que es muy común aquí entre mis contemporáneos, porque es como si se tratara de un espacio tan atractivo como Sonando en Cuba o Bailando en Cuba, pero aquí en Camagüey».

«Provocado» por JR sobre cómo se accedía al proyecto, Julio César respondió: «¿Fácil? ¡Ni jugando! Hace seis años me presenté a las audiciones con un poco de catarro y no me escogieron, porque tal vez no te imagines la magnitud del «ejército» de jóvenes que acude a la convocatoria. Y hay una verdad: el jurado es muy estricto. Unos meses atrás volví a la carga y entonces me admitieron.

«Coincidió con la etapa veraniega y el «fuego» fue tremendo, pues no se trata de cantar, bailar, actuar y se acabó... No llegamos a esas comunidades como personas ajenas, extrañas, que van a entretenerlos un ratico y se marchan, sino que nos unimos codo a codo en lo que haga falta, porque no tiene precio ver esas sonrisas dibujadas en esos rostros».

Por ello Pérez Muñiz disfruta tanto cuando las actividades se hacen en brigadas, «porque las acciones se desarrollan durante tres días. Nos alojamos donde sea, porque hay un espíritu lindo; ocurre algo mágico, es muy bonito.

«Estas brigadas se realizan casi siempre los viernes, sábados y domingos, días en que los jóvenes solemos salir a pasear, a divertirnos con nuestras parejas o amigos, sin embargo, eso no nos angustia, porque sabemos que no basta con tener el don de artista, es una carrera que exige sacrificio, entrega. Cuando se entra a golpe a Golpe te «coge ese tren», pero uno siente que el esfuerzo se traduce en más vida, escuela, disciplina, preparación para la vida.

«Resulta increíble su capacidad para que nos sintamos como una gran familia; de encauzar a aquellos que con talento están en la calle «haciendo esquina», de ayudarles a encontrar una motivación, una inspiración. Ese sentido de pertenencia que nace en nosotros nos lleva a consagrarnos, a intentar la perfección, a ensayar duro, con tal de vivir la satisfacción de mostrar nuestro mejor arte».

Un proyecto en detalle

Lleva Golpe a golpe 12 años (los cumplió el pasado 6 de diciembre) trabajando en localidades rurales de difícil acceso, afectadas en el orden social; pero también en centros hospitalarios, estudiantiles y de trabajo, penitenciarios, plazas públicas... Donde se requiera apuntalar la espiritualidad con arte, con cultura, allí estará este proyecto sociocultural, asegura al diario su director, Yunielkis Guerra Naranjo.

Nació inicialmente con el objetivo de vincular a la vanguardia artística de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) con la Brigada José Martí de instructores de arte, «en ese empeño de querer «adueñarse» de las comunidades asentadas en la geografía camagüeyana. En esa labor cómplice también recibieron en su seno a estudiantes de las escuelas de arte, a integrantes del Movimiento de Artistas Aficionados de la FEU y de la FEEM, así como a proyectos de excelencia del sistema de las Casas de Cultura.

«Fue después, en 2007, en que se le dio a Golpe a golpe la tarea de organizar los eventos y actividades de extensión de la AHS en la provincia, responsabilidad que se mantiene hasta la actualidad, con lo cual tributa a la programación de la organización donde surgió. Hoy podemos decir que por sus filas han transitado muchísimos creadores que hoy son artistas profesionales que enriquecen los catálogos de los consejos, centros e instituciones del territorio, lo cual fortalece y le otorga más valor al proyecto, que ha sido la escuela de estos jóvenes. 

«Con el tiempo Golpe a golpe se fue multiplicando. Hoy resulta un macroproyecto que agrupa al espectáculo homónimo, que es una revista de variedades; la Brigada de Jóvenes Creadores, la cual reúne a escritores, actores, artistas de la plástica… y se activa durante el verano, la Semana de la Cultura u otra fecha significativa; la Brigada Arte Joven, concentrada en defender el performance en lugares públicos; y Cine en los barrios, que atendido por la Sección de Audiovisuales de la AHS y la Productora Luz Joven, se pensó para llegar a todos los rincones de la ciudad cabecera, especialmente con las obras premiadas en las diferentes ediciones del Almacén de la Imagen, de la Muestra Joven Icaic, así como con la selecta nómina de películas que se han erigido como clásicos del cine universal y conforman el proyecto Memorias.

«En los últimos tiempos ha tenido mucha aceptación el hecho de que hayamos unido a los DJ con Cine en los barrios, lo que ha posibilitado que, concluida la exhibición, el público pueda disfrutar de un concierto de música electrónica.

«Desde diciembre nos asociamos al Centro Provincial del Libro y la Literatura, lo cual ha permitido, por una parte, que una experiencia valiosa como el Club itinerante de la lectura, liderada por la Uneac y con su creador Jorge Santos Caballero a la cabeza, se extienda a los más diversos lugares; y por otra, que Dulce hogar no se reduzca a la presencia de los niños de las primarias en el café literario La Comarca, de la AHS, sino que dicho espacio invada las escuelas con autores, narradores orales, payasos, magos, libros que se ponen a la venta...

«Son alianzas estratégicas que siempre han funcionado en Camagüey y que posibilitan también que, por ejemplo, los cuartos domingos de cada mes en el Casino Campestre, el parque urbano más grande del país, se produzca una feria que propone presentaciones literarias y artísticas dirigidas al público infantil en la mañana; a los adolescentes en la tarde; y para los jóvenes en la tarde-noche. Durante todo el día las diferentes instituciones ofrecen sus talentos que comparten la escena con los de la AHS y los nuestros del proyecto.

«Nos llena de satisfacción constatar que Golpe a golpe es muy esperado, muy aplaudido y muy querido, sobre todo por esos pobladores de comunidades que mucho necesitan de nuestro aliento, de nuestro acompañamiento. Ocurre de ese modo porque se trata de una práctica sistemática: preferimos ser nosotros el huracán que arme el «revuelo». Mientras tanto, continuamos con la intención de concretar una sede en los bajos de la Casa del Joven Creador, un sueño que viene desde el año 2009 y que no vamos a abandonar, pues ello no nos impide continuar adelante».

 

 

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