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La fuerza del erotismo en la imagen

Una joven matancera, miembro de la Asociación Hermanos Saíz, revela su tesón ante el arte que le abre las puertas a los mundos que tanto sueña

 

Autor:

Hugo García

MATANZAS.— Siempre pinta de noche, con mucha tranquilidad. No necesita bocetos, pues prefiere trabajar directamente en la obra hasta el final. Así sucede ahora y fue así cuando con solo dos años realizó su primer dibujo.

Lauren Mederos Díaz, de 19 años de edad, es miembro de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) en la Ciudad de los Puentes, y reconoce que su vida lleva colores desde que a los cinco años se integró a un taller de artes plásticas.

«Mis padres siempre me inclinaron hacia el estudio de las artes plásticas y desde pequeñita tuve afinidad con la creación. Nunca me interesé por otras manifestaciones artísticas, aunque me he caracterizado por mostrar más interés por el diseño que por las artes plásticas».

Le gusta la docencia, que considera algo difícil, pero que le encanta; y adora el jazz y el rock clásico.

«Mi creación tiene que ver más con el diseño», nos dice la recién graduada con Título de Oro en la especialidad de Artes Plásticas de la Escuela Provincial de Artes Plásticas Roberto Diago, de esta ciudad. En esos cuatro años de estudio creó varias series temáticas.

«Nunca me desharía de las fotografías con que comencé toda mi nueva etapa de trabajo, que culminó con mi tesis, cuya serie Narraciones eróticas del cuerpo cuenta con seis piezas y las considero especiales porque es mi primera incursión seria en el arte».

—¿Cuándo le das el punto final a una obra?

—Observo las obras desde lejos y las concluyo por instinto, siempre mirando dónde hay que agregar nuevos elementos. Trabajo generalmente en una sola obra, lo he tratado de hacer con varias y no ha fructificado. Mis obras son complejas, las integran muchos detalles, llevan mucha dedicación  en su terminación. Veo mi futuro dedicado completamente al arte, pero sobre todo vinculado con el diseño, trabajar en grandes proyectos de diseño junto a otros creadores.

—¿Por qué el diseño?

—Me enamoré durante un curso que impartió el artista Rolando Estévez. Cuba tiene antecedentes en la creación de carteles y actualmente los artistas no se interesan tanto por esa línea. Cuando veo algo con baja calidad me molesto muchísimo porque comprendo que se pudo hacer de otra manera, mucho mejor.

—¿Retos como joven cubana?

—Siempre hay un muro, pero como joven me he desarrollado. Las limitaciones mayores están en recepcionar los materiales adecuados para concebir mis obras. Uso materiales de reciclaje, como ordenadores y cámaras fotográficas rotas, relojes, lo que me permite desarrollar mi trabajo sin preocupación de que me falten porque el acceso a ellos es inesperado. Las limitaciones existen, pero siempre busco las alternativas. Y me interesa el trabajo en la fotografía realizada por las creadoras cubanas.

—¿Eres una joven feliz?

—Advierto la felicidad en los pequeños detalles, no tengo grandes expectativas en cuanto a eso, no creo que sea algo que dure mucho. A veces mi felicidad está en un sorbo de café. Aunque es normal deprimirse.

—¿Principal temática en tu obra?

—Trato de representar la fuerza del erotismo en la imagen. Al emplear pantallas de ordenadores y televisores en desuso, aprovecho las sensaciones que producen esos objetos desde el punto de vista visual, como en tres dimensiones, y todo eso lo vinculo con el erotismo. Empleo muchas formas geométricas como el rombo, que personalmente incluyo para representar la vagina y la forma femenina, y esa es una figura que siempre va a estar de una manera u otra en mis obras.

«Uno descubre que el sexo y la muerte están relacionados y siempre llaman mucho la atención a las personas, ya sea negativo o positivo, porque se convierte en algo atractivo. Yo implemento mucho la sexualidad en mis obras, siempre está presente porque es un punto de atracción temáticamente.

«Es estratégico porque tengo asegurada la retención de las personas. cuando el espectador mire mis obras se va a sentir atraído por ellas. Mis imágenes son sutiles, no dicen todo lo que yo quiero expresar, dejo un espacio para la interpretación. Y no son explícitas, porque la sexualidad se puede tratar de varias maneras.

«Los especialistas afirman que mi obra es identificable, porque es fundamental tener un estilo; es monocromática, empleo el blanco, el negro y la gama de grises. Sé que las personas se sienten atraídas mucho más por los colores vivos, pero a mí no me gustan para mis obras».

—¿Qué haces en el tiempo libre?

—Soy buena lectora.

«Tengo poco tiempo libre, aunque me gustan los videojuegos, de los cuales me atrae el aspecto artístico de los realizadores. Ojalá me pudiera dedicar en el futuro al audiovisual, al videoarte y al cine».

—¿Cuáles son tus proyectos de vida?

—Enfocarme en mis estudios. El hecho de matricular para el curso venidero en el Instituto Superior de Arte (ISA) se convierte en una herramienta más, una oportunidad para apoyar proyectos. La mediocridad no lleva a nada, el éxito estaría en tener un sello personal en el trabajo, que las personas lo reconozcan y les guste. En cuanto al arte quisiera llevar mi trabajo a salones internacionales y a bienales.

«La expo colectiva Materia Nostra fue una sorpresa por la cantidad de público en la galería provincial de arte Pedro Esquerré. Estoy satisfecha con esta expo junto con mis compañeros de aula Deylis Rodríguez, Manoel Hernández, y Mélani Mercadet. Siempre escucho y pido opiniones, pero eso sí, nunca dejo que alguien vea mis obras hasta que estén terminadas».

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