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Miguetal: «Mi obra es la gente»

La pieza de un artista visual mayabequense acompañará las celebraciones de la UJC por su 60 aniversario, rumbo al 100 cumpleaños de la organización juvenil

Autor:

Santiago Jerez Mustelier

-NUEVA PAZ, MAYABEQUE- ¿Cuánta fe y creencia en el mejoramiento se necesitan para transformar lo feo en bello, lo viejo en nuevo, lo inútil en útil, lo oscuro en luminoso, lo olvidado en presente, lo roto en impecable, lo simple en monstruoso…?  

A Miguel Morales García no hay material que se le resista cuando se trata de hacer arte. Saca provecho lo mismo de una cafetera desvencijada que de un caracol, un cepillo de diente, una cuchara o una botella. Cualquier objeto cotidiano y común le sirve a su propósito de ensillar un mensaje y lanzarlo a la cabalgadura.

La botella vista desde uno de los ángulos. Foto: Santiago Jerez Mustelier

«La gente no sabe el arte que desecha diariamente», dice Miguetal (seudónimo artístico) mientras sonríe con irreverente picardía y se jala la barba grisácea que le cuelga del mentón. Hay quien lo ha tildado de loco porque continuamente lleva entre sus brazos o en su jolongo objetos que recoge en el asfalto para usarlos en un trabajo alguna vez. Él prefiere que lo llamen soñador y sabe que no es el único, como John Lennon.  

Habita entre el verdor de una zona campechana y la tierra colorada propia de Nueva Paz, en Mayabeque. No está seguro si vivir aquí ha impactado en su visión y en sus instalaciones, pero le da una tranquilidad tremenda.

La Virgen de la Caridad del Cobre es símbolo recurrente en las obras de Miguetal. Foto:Cortesía del entrevistado.

Se define como artista visual, desde los años 80 es miembro de la Asociación Cubana de Artesanos y Artistas (Acaa), ha expuesto en salones dentro y fuera del país, sus obras forman parte de importantes colecciones y son marca registrada en ferias de artesanía de la capital, Holguín y Camagüey.

Junto a su esposa, Inlay Pérez González, sostiene un taller donde produce piezas de diverso formato, para engalanar un hogar o para invitar a la reflexión y a las más disímiles lecturas. «Disfruto cuando el público se encuentra en mi creación, mi obra es la gente, quien la ve y la reinterpreta».

También enseña sobre técnicas plásticas y artesanales a niños de la comunidad en un centro cultural llamado La Salita, que antaño fue una sala de vídeo y él rescató, con el auspicio de la dirección local de Cultura, pues el espacio cayó en desuso y lo mordió el deterioro.

Obra dedicada a la esperanza frente a la pandemia de la Covid-19. Miguetal sueña con emplazarla en un lugar público, a grandes dimensiones. Foto: Cortesía del entrevistado.

Con diversidad de materiales de uso común, Miguel construye sus obras. Foto: Cortesía del entrevistado.

Oferta en este lugar, además, interesantes productos en una tienda artesanal a la que acceden mayormente pobladores de las rutas aledañas para hacerse de ingeniosas lámparas confeccionadas con tubos plásticos, relojes al estilo de La persistencia del tiempo, de Salvador Dalí, y otras propuestas funcionales para personalizar sus moradas.

En muchos kilómetros a la redonda se le conoce e identifica por su trabajo, asegura sin inmodestia, pues se trata de piezas únicas e irrepetibles por la propia selección de los materiales reciclados y el acabado final.

Una de sus creaciones más notables —que sueña con emplazarla en grandes dimensiones, a la vista de todos — estuvo inspirada en la resiliencia, la fragilidad y la firmeza de la humanidad frente a la Covid-19, así como en el logro de las vacunas soberanas.

El globo terráqueo semejaba la imagen del virus mortífero, pero sobre tanto dolor y sufrimiento se erguía, altiva, una palma —elemento recurrente para él— como expresión de esperanza.

La aproximación y apropiación del alma autóctona distingue el catálogo de Miguetal. «Trabajo mucho lo cubano, mientras más rasgos identitarios más universal. Utilizo monedas, billetes de denominación nacional, símbolos como la bandera, la estrella y la palma».

Ello le sirve para explorar temáticas como la religiosidad, la riqueza cultural y la idiosincrasia. La virgencita de la Caridad, patrona nuestra, luce en varias de sus miradas devenidas en reto artístico-visual.

En un salón de arte religioso en Santiago de Cuba obtuvo el primer premio con una obra atrevida y contundente. La nombró Cuestión de Fe. Entonces resonaban en la prensa los ecos del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos. El artista, lejos del bullicio mediático, incrustó la cabeza de un Martí sereno y escéptico en el vientre de una virgen amparadora, y debajo anexó un machete de cuya hoja afilada tendían las banderas de las dos naciones.

Tuvo, además, el privilegio de halagar a la Prima Ballerina Assoluta Alicia Alonso con un obsequio en uno de sus cumpleaños, cuando la diosa visitó la Galería de Güines. A una bailarina, tejida de alambres, le nace de sus manos un árbol. El árbol de la vida, tituló la pieza. Cuenta que Alicia la amó y la conservó en su casa.

Un Martí sereno y escéptico mira desde el vientre de la Patrona de Cuba en la obra Cuestión de fe. Foto:Cortesía del entrevistado.

El abrazo a los del futuro

Si tuviésemos la oportunidad de hablarle a nuestros jóvenes del futuro, qué les diríamos, cómo lo haríamos, de qué forma les llegaría nuestro sentir. Cuarenta años después, en 2062, una obra de Miguetal se desenterrará de la Comandancia de La Plata porque dentro contiene un mensaje a la generación que vivirá el centenario de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC).

Otros temas sociales, como la migración, componen su catálogo. Foto:Cortesía del entrevistado

Se trata de una botella cuadrada, de colores vivos y difuminados, coronada por una palma y en la que uno de sus laterales se ve la bandera cubana y en otro se hace alusión al paisaje de la Sierra Maestra.

«Lo más difícil del trabajo fue la premura con que nos lo encargaron, debíamos atender al clima porque si aparecía el anunciado frente frío iba a ser complejo que se secara y estuviese lista. Está trabajada a relieve, con materiales de uso común y un barniz especial, que suponemos permita su conservación por las cuatro décadas siguientes.

Palma y bandera cubana son elementos que caracterizan su producción. Foto:Cortesía del entrevistado.

«Es emocionante ver la utilidad y la significación de una obra como esta, que contribuye al diálogo intergeneracional. Quizás no estuviese vivo cuando la botella salga a la luz, pero si llego a los 91 años no me pierdo ese momento en La Plata».

La cubanía surca de punta a punta la botella que, junto a una declaración como un abrazo, yacerá desde este jueves en una urna de mármol en el sitio otrora base guerrillera para Fidel y los Rebeldes. «Nuestra historia y cultura son prodigiosas. Somos únicos y hay que tener orgullo por ello. Soy sencillamente alguien con mucho sentimiento por su tierra, que nació en Cuba y morirá en Cuba», y se vuelve a tocar la barba, Miguetal. 

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