Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Esa música que nos hizo vibrar

El año casi termina y Juventud Rebelde echa la vista atrás para ver qué ha pasado con nuestro arte musical en estos 12 meses

 

Autor:

Sergio Félix González Murguía

CONCLUYE 2022 y, como es costumbre en estas fechas, resulta casi inevitable no echar la vista atrás, a modo de balance de todo cuanto ha acontecido en el mundo de la Cultura, que paulatinamente ha recuperado su ritmo y dinámicas pre pandemia, pero en un entorno marcado por las dificultades heredadas de los momentos más duros de esa crisis sanitaria.

La música, por fortuna, ni en las etapas más graves de la COVID-19 dejó de abrirse paso y buscar acomodo en la virtualidad. Muchos creadores aprovecharon el aislamiento para ir calentando motores hasta el día en que pudieran compartir su arte con el público de manera presencial.

Ese día llegó, y pudimos recibir el año con la dicha del rencuentro entre la audiencia y sus músicos en un Jazz Plaza que, nasobuco mediante, se vistió de gala con estrellas de la talla de Dominic Miller y Javier Malossetti, quienes se juntaron con artistas del patio para hacernos vibrar en varios espacios entre ellos el Teatro Nacional de Cuba, donde intérpretes como Alain Pérez dejaron la pista caliente ¡y de qué manera! en momentos en que empezábamos a recuperar los abrazos.

Cuando nos dimos cuenta, La Habana ya era de nuevo un hervidero de conciertos, peñas, presentaciones de discos y eventos culturales, entre citas novedosas y otras con cierto arraigo en la programación cultural, como la Fiesta del Tambor, dedicada a África en su 19na. edición.

Pronto se sumaron nuevos encuentros, como el San Remo Music Awards, el Habana Mambo Festival o el Bohemia Mía Filin Festival, dedicado al aniversario 95 del nacimiento del Rey del
filin, José Antonio Méndez, y al centenario de César Portillo de la Luz, entre otros creadores de ese género.

Noviembre se convirtió en pretexto para disfrutar la música clásica en todos sus matices con tres citas: el Festival de Música Contemporánea, el Habana Clásica, y el Festival Mozart Habana, que reunió artistas cubanos e internacionales para celebrar, entre otros sucesos, el aniversario 170 del natalicio del eminente músico criollo Claudio José Domingo Brindis de Salas y Garrido.

La 25ta. Feria Internacional Cubadisco también recuperó presenciali-
dad con sus tradicionales encuentros entre profesionales del disco cubano e internacional, sus conciertos y su faceta competitiva, en la que el fonograma Será que se acabó (Páfata Productions/Producciones Abdala), de Alexander Abreu, se alzó con el Gran Premio: una reafirmación de la gran calidad de ese material, que también fue nominado como Mejor álbum de salsa en los Premios Grammy 2022.

Otras producciones discográficas de este año coincidieron en ese propósito de conectar generaciones, como Los herederos. Homenaje a Chucho Valdés e Irakere (Egrem, 2021), y Saldando deudas (Producciones Abdala, 2022), de Joaquín Betancourt y su Joven Jazz Band. Por su parte, el cantautor Amaury Pérez celebró sus 50 años de vida creativa con el compilatorio Casi todo Amaury, y la agrupación Interactivo, comandada por el pianista Roberto Carcassés, festejó sus dos décadas con el CD En fa sostenido. 20 años no es todo, ambos productos de BisMusic.

La obra de otro grande, Silvio Rodríguez, fue reverenciada en dos materia-
les discográficos de demostrada calidad que tomaron temas del cantautor y nos los devolvieron en novedosas e interesantes demostraciones de buen arte bajo el sello de Producciones Colibrí: Animal de galaxia, del guitarrista Héctor Quintana, y Mujeres con sombrero, de Isaac Delgado.

Otro regalo musical fue Ancestros Sinfónico (FACMusic, 2022),  que vio la luz de la mano de Síntesis, X y Eme Alfonso y vino con alegría bajo el brazo, pues casi al finalizar el año se alzó con el premio a mejor álbum folclórico en los Latin Grammy 2022, evento en el que otros artistas cubanos triunfaron para goce de su público y toda nuestra cultura.

Ha sido un año de contrastes para el público que día a día acude de una forma u otra a la música como pretexto para el disfrute y la desinhibición, en una descarga de jazz, una rumba, un concierto multitudinario o con el simple gesto de activar la playlist que atesoramos en el móvil.

Esa diversidad musical que nos une quedó plasmada en presentaciones en la Mayor de las Antillas de artistas internacionales como la cantautora Silvia Pérez Cruz y el cantaor Miguel Poveda, así como en eventos que suscitan la curiosidad de la audiencia, como Havana World Music, que regresó con su energía vital y nos hizo disfrutar la música del mundo en el Coliseo de la Ciudad Deportiva.

Poco después volveríamos a llenar esa sala cuando acudimos al concierto del cantautor Pablo Milanés en su gira Días de Luz, y tara-
reamos sus canciones junto a uno de los innegables referentes de la Nueva Trova, esa que ha estado
celebrando su aniversario 50 entre cantatas, reconocimientos a fundadores y otras iniciativas para poner en valor este capítulo esencial de nuestra historia musical.

En medio de los festejos por tan recono-
cido acontecimiento, la trova cubana fue declarada patrimonio cultural de la nación,  un anuncio que reconoció la trascendencia de ese género en nuestro acervo cultural y se hizo desde Manzanillo, cuna de la Nueva Trova desde el 2 de diciembre de 1972.

Hablemos hoy también de figuras que crearon un legado imprescindible para nuestra cultura; personalidades que un día abrieron caminos; artistas que partieron físicamente en un año que se ha ensañado particularmente con nuestra música.

El público se estremeció con el adiós de dos de sus grandes cronistas y referentes de la música popular bailable: José Luis Cortés (El Tosco) y César (Pupy) Pedroso.

Igualmente en este año conocimos de la muerte de Pablo justo el día de Santa Cecilia, patrona de los músicos. Meses antes, otra pérdida nos llenaba de consternación: la de Suylén Milanés, artista y promotora de empeños crea-
tivos como el Festival Eyeife, encuentro que volvió este año por todo lo alto a la Fábrica de Arte Cubano, con una gran programación de música electrónica dedicada a su creadora.

Hacer balance de lo más significativo de un 2022 marcado por el regreso a los espacios presenciales implica también mirar deseosos lo que vendrá en 2023, un año que promete ser mejor para nuestros eventos culturales, la promoción y la difusión de nuestros artistas. Estemos atentos entonces a esas propuestas, para no perderle la pista a esa música que nos llena de orgullo y nos hace vibrar.

El Jazz Plaza alegró el alma de sus seguidores.

 

Dedicada a África, la Fiesta del Tambor animó  la capital.

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.