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El arlequín de Calendario

Juventud Rebelde comparte con sus lectores la entrevista publicada en la revista Alma Mater a Jomy Marull, actor cubano que interpretó el personaje de Gustavo en la gustada serie juvenil

Autor:

Félix A. Correa Álvarez

Calendario llegó a su final, una segunda temporada que tuvo entre sus aciertos la incorporación de jóvenes actores a su elenco, quienes aportaron nuevos matices y complejidades a los conflictos de los alumnos del ahora 11no. 3 José Miguel «Jomy» Marull es uno de ellos; el irreverente, extrovertido e insensible Gustavo vino a cubrir ese personaje que toda aula necesita: el arlequín o bufón.

Refiere el actor que esos rasgos del alumno al que Amalia obsequió el libro Hojas de hierba, de Walt Whitman, no se alejan del muchacho que a temprana edad sintió la necesidad de ser reconocido por los demás, sin imaginar que era  dueño de un talento que lo llevaría a encontrar en los aplausos la redención: «Yo era el gracioso del grupo, el ocurrente, el loco, por lo que siempre digo que pasé de ser el “payaso” de la secundaria a estudiante de la Escuela Nacional de Arte (ENA). Entré por “carambola” gracias a la sugerencia de unas amigas, y de repente en ella encontré el lugar donde sacar todo ese mundo interior, toda esa creatividad que llevaba dentro».

Fue así que llegó el teatro a su vida, el medio donde más a gusto se siente y donde no ha dejado de crecer: «El hecho de poder tomar prestada la esencia de cada una de las artes para construir un espectáculo sobre las tablas, es un verdadero regalo, un nivel de libertad que solo te ofrece el teatro. El ambiente de trabajo es más severo y más comprometido; no hay margen al error, es un acto único e irrepetible».

Antes de Calendario, Jomy ya había hecho televisión. Recordados son sus papeles en la telenovela Vuelve a mirar, la serie Primer grado y el telefilme Para toda la vida, este último también bajo la dirección de Magda González Grau, experiencia que —asegura el actor— le hizo transitar con mayor soltura y confianza por estas12 páginas del calendario: «Todos los directores tienen sus propios códigos, diferentes formas de creación, y el hecho de haber trabajado con ella en un proyecto anterior a Calendario, me permitió moverme un poco más fácil respecto a su proceder, a su estilo de trabajo.

«Magda y yo tendremos siempre un eterno conflicto, pues soy un actor al que le gusta jugar mucho con el texto y que esos agregos al guion o “morcillas” —como se le dice en el medio— esclarezcan detalles del personaje y sus conflictos; pero ella, conociendo el dominio perfecto de Amílcar Salatti a la hora de crear una escena y construir una atmósfera a través del guion, respeta mucho los textos.

«Podría decir que fue cómodo, porque ya nos conocíamos, pero siempre existió ese roce —amigo— entre ambos durante el rodaje, donde la voz de Magda me imponía un: «¡Repite lo que dice el texto!», mientras
yo trataba de impregnarle mi propio sello. El resultado creo que fue bueno, ambos logramos el Gustavo que queríamos. Trabajar con ella es un regalo».

—¿Cuál fue tu primera
reacción al leer el guion?

—Mi primera reacción al leer los textos fue de felicidad extrema. Ya por el proceso de casting había tanteado las características del personaje y empaticé al instante con él. Gustavo es muy afín a mí, como una versión más joven de Jomy, claro, despojando su actitud de anteponer el dinero a los valores y principios.

«Hacer este personaje, más que una interpretación, fue pura diversión. Incluso, en pleno rodaje, las respuestas a los chistes de Gustavo, a las cosas que le pongo, también fueron, a mi entender, bastante efectivas y eso lo disfruto muchísimo. Nunca imaginé la acogida tan linda que está teniendo el personaje en el público que es fiel a la serie; la gente quiere ver más de Gustavo».

—¿Qué tú,  Jomy Marull, no harías igual que Gustavo?

—Jomy es un «tipo» más familiar, más cercano, más sentimental; Gustavo, por el contrario, es más frío e insensible, es el resultado de una crianza donde lo material siempre se ha antepuesto al afecto, a los valores y a la sensibilidad humana. No hay ni una sombra de empatía en su carácter, cree que todo gira en torno a él. Estas características me distancian mucho del personaje, pese a los puntos en común que tenemos».

—En esta temporada el personaje no tuvo mucho protagonismo. ¿Se agudizarán sus conflictos en la tercera temporada?

—En esta segunda temporada Gustavo fue un personaje creado para cumplir una especie de rol antagónico, vino a dinamitar situaciones en específico y generar conflictos en otros personajes. En estos últimos capítulos se presentó la pincelada de una historia que tendrá su desenlace en la tercera temporada. La nueva vuelta del Calendario nos traerá a un Gustavo más maduro, sensible y empático. Los televidentes van a conocerlo más, podrán adentrarse en su vida, en su hogar, en sus conflictos y conectar con él.

—¿Crees que las series juveniles cubanas deban apostar por más personajes como Gustavo?

—Evidentemente. Yo creo que uno de los grandes aciertos que tiene la serie es precisamente la construcción de esta paleta de personajes, distantes a los que reiteradamente nos presentan los dramatizados cubanos destinados al público juvenil, tanto a nivel visual como conductual. También es importante el vínculo entre el personaje y el espectador, al sentirse este último identificado con sus conflictos, incluso hasta con su estilo, como ha sucedido con el personaje de Noemí, por solo mencionar un ejemplo.

«A mí me han sucedido cosas muy curiosas en la calle y en las redes sociales. Hay muchachos que me han escrito para decirme que se quieren vestir como Gustavo o a pedirme consejos para aprender a “ligar” como lo hace él. Es una locura, pero que estoy disfrutando mucho».

—¿Cómo asumiste el reto de integrarte al elenco de una serie ya consolidada, con varios
actores cuyos personajes han evolucionado desde una primera temporada?

—Siempre tuve claro que entrar a Calendario suponía un reto tremendo, no solo por el hecho de trabajar junto a jóvenes talentosos a los cuales admiro, sino por «arrancar» en una serie que ya tenía un precedente y que estaba posicionada entre lo más esperado por el público televidente. Sin embargo, yo me tengo mucha confianza como actor y sabía que estaba manejando un personaje que era muy afín a mí  y que el trabajo con él iba a ser mucho más fácil.

«Lo otro que me ayudó en este proceso fue que a varios de mis colegas los conocía del propio medio, forman parte de mi compañía de teatro o les había dado clases en los años que fui alumno ayudante de la ENA. Me integré desde el primer día y ha sido una experiencia maravillosa, en la que la diversión nunca ha faltado».

—Cuando visité el set de Calendario tuve la sensación de que fuera de las cámaras muchos de los actores se mantenían dentro de sus personajes...

—Eso depende del actor, cada uno puede tener una visión diferente de lo que es el rodaje. En mi caso, soy el mismo muchacho malcriado, tanto fuera como dentro del set, ese que se la pasa dando «chucho» a sus compañeros y haciendo chistes: el arlequín del grupo. Pero es que así soy yo, eso me distingue, no importa cuál sea el personaje en el que esté trabajando.

«Respirar un ambiente así tan lúdico y divertido en el set hace que las cosas fluyan de una mejor forma, claro, siempre salvando la responsabilidad que requiere un rodaje, la disciplina y el respeto al trabajo de nuestros compañeros».

—¿Crees que este personaje marca en tu carrera un antes y un después?

—Para un actor joven como yo, con poca presencia en pantalla antes de este proyecto, el haber llegado a una serie tan exitosa como Calendario me ha abierto muchísimas puertas y me ha ofrecido un sinfín de nuevas oportunidades. En Cuba se hacen muy pocas producciones al año y lograr «clasificar», como se dice en la calle, es muy complicado, pues hay muchos jóvenes con probado talento contra dos o tres proyectos anuales. Por lo que fue una bendición que Magda haya confiado en mí para este personaje.

«Siempre supe, desde el guion, que Gustavo iba a gustar. Es carismático, ocurrente, dicharachero y recoge la esencia —en cierta medida— de lo que es el cubano. La acogida del público ha sido increíble y no puedo devolverles otra cosa que mi gratitud».

Jomy anhela hacer personajes que le exijan un cambio físico radical, que lo reten a asumir una transformación extrema. Actualmente acaba de concluir el rodaje de la tercera temporada de Calendario y se encuentra inmerso en otros dos proyectos, la segunda entrega de Al habla con los muertos, bajo la dirección de Alberto Luberta Martínez, y la obra de teatro Candela, de Jazz Vilá Projects.

El indiscutible crecimiento artístico de este joven actor podremos seguirlo a través de todos los personajes que, ante las cámaras o sobre las tablas, están por venir. A Gustavo, no nos queda más que despedirlo y esperar la tercera entrega del Calendario para comprobar si, como en ese libro de Walt Whitman que le regaló su profesora, cuando los días se vistan de una luz más suave, y la manzana penda al fin del árbol, lograda, indolente, madura, serán entonces —para él— los días más fecundos.

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