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Despiden en España a Juan Antonio Samaranch

Fidel y Raúl Castro enviaron ofrendas florales al entierro del ex presidente del Comité Olímpico Internacional

Autor:

Redacción Digital

Representantes del deporte olímpico, los reyes de España, familiares, autoridades y pueblo español y del mundo dieron este jueves el último adiós al ex presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Juan Antonio Samaranch, quien falleció el miércoles a los 89 años de edad.

El funeral celebrado en la catedral de Barcelona, noreste de España, y oficiado por el arzobispo de esa ciudad, Lluís Martínez Sistach, congregó a cientos de personas para despedir a uno de los máximos promotores del espíritu olímpico en los últimos tiempos.

Los reyes de España, Don Juan Carlos y Doña Sofía, presidieron el emotivo funeral. Se encontraban también sus hijas las infantas  Cristina y Elena, y la infanta Margarita, hermana del rey, así como el príncipe  Alberto de Mónaco y Constantino de Grecia, miembros del COI.

«Samaranch cambió todo, hizo de los Juegos (Olímpicos) lo que son hoy, la primera  competición deportiva del mundo», expresó el presidente del COI, Jacques Rogge,  durante un acto institucional previo a la apertura al de la capilla ardiente de  su antecesor, instalada en el Palau de la Generalitat, sede del gobierno  regional de Cataluña en Barcelona (noreste).

La familia Samaranch ha perdido a un padre, España ha perdido a un hijo y a un personaje ilustre, y el movimiento olímpico ha perdido a un líder, aseguró Rogge.

El féretro con el cuerpo de Samaranch había llegado en la mañana, sobre  las 10h00 locales (08h00 GMT), a la plaza de Sant Jaume, donde se encuentra la  sede del gobierno catalán, y trasladado al son del himno olímpico hasta la sala de Sant Jordi, donde quedó instalada la capilla ardiente.

La hija de Samaranch, María Teresa, depositó una rosa roja sobre el féretro de su padre, cubierto con la bandera olímpica y rodeado de varias coronas de  flores, entre las que figuraban dos enviadas por el presidente cubano, Raúl  Castro, y su hermano Fidel.

Tras permanecer ahí para que ciudadanos dieran su despedida al promotor de los Juegos Olímpicos en su Barcelona natal en 1992, el féretro cubierto con la bandera con los cinco aros fue llevado por deportistas hasta la catedral, a solo unas calles del lugar, como lo pidió Samaranch antes de morir. Entre ellos estuvieron los olímpicos Arantxa Sánchez Vicario, Rafael Nadal, Gemma Mengual, Manel Estiarte, Beatriz Ferrer Salat, Jordi Villacampa, David Burrafet y Enric Massip.

En el oficio religioso, el arzobispo de Barcelona recordó que el deporte fue la gran dedicación de Juan Antonio, y el esfuerzo que todo el deporte comporta fue una constante en su vida. Recordó que se dedicó siempre a la promoción del deporte desde sus cargos políticos en Barcelona y, posteriormente, desde el COI, lo que le llevó a ser uno de los principales emblemas del deporte en el mundo.

Tras el oficio religioso, Juan Antonio Samaranch (hijo) agradeció a todos los asistentes en nombre de la familia las muestras de afecto, en especial las de deportistas de muchos países. El féretro con los restos del considerado padre del olimpismo moderno fue retirado por el mismo grupo de deportistas, mientras que los reyes de España acompañaron a los familiares al exterior donde se despidieron.

En representación del gobierno español estuvieron los ministros de Defensa, Carme Chacón, y de Trabajo, Celestino Corbacho, y el secretario de Estado de Deportes, Jaime Lissavetzky.

Juan Antonio Samaranch, reconocido como uno de los hombres ilustres de Barcelona, recibió en sus funerales los honores de cualquier autoridad política a nivel estatal, con la asistencia de representantes del Estado, del gobierno, autoridades locales y sociedad civil. Los restos del ex presidente del COI fueron llevados posteriormente al cementerio de Montjuic, donde serán incinerados y posteriormente depositados en una cripta familiar.

El que fuera presidente del COI entre 1980 y 2001 había sido internado el pasado domingo en el Hospital Quirón de Barcelona, debido a una insuficiencia coronaria aguda, falleció la víspera.

Antes del funeral, el rey Juan Carlos de Borbón pronunció unas palabras que bien pudieran ser el epitafio de Samaranch: «Cataluña y el resto de España habían perdido a uno de sus hijos de mayor proyección universal. Un gran español, promotor ejemplar de los valores olímpicos y del entendimiento entre los pueblos, cuya estrecha amistad, firme lealtad a la Corona y permanente servicio a España nunca podremos olvidar».

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